Si hace unos años alguien hubiera pensado que las máximas estrellas de la NBA eligirían ser un Net y no un Knick, lo habríamos tratado de loco. Pero la Agencia Libre del año 2019 lo confirmó: Brooklyn Nets consiguió, en menos de cuatro años, lo que los New York Knicks están buscando hace más de 20: asociar en su equipo a dos estrellas del mejor nivel de la NBA.
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Kevin Durant y Kyrie Irving llegan a Brooklyn tras concluir que no había otro mejor equipo en la liga que pudiera "manejar su poder", según esta nota de Marc Stein en el NYT.
Históricamente los Nets fueron el segundo equipo de Nueva York, por la historia, por el Madison Square Garden y por todo lo que significan los Knicks, quizás la franquicia más asociada a Estados Unidos de toda la NBA.
Pero Irving y Durant estaban en busca del “mejor lugar para mostrar sus talentos”, según una persona de confianza. Además, ambos estaban decididos a juntar fuerzas en un equipo desde antes que finalizara la temporada regular.
Los Knicks y los Nets eran los dos equipos que podían cumplir con las demandas salariales de ambos jugadores más su deseo de vivir en New York. Pero fue la actualidad de los de Brooklyn, con el trabajo del General Manager Sean Marks en ya tener un equipo preparado para los Playoffs y la reputación en crecimiento de los Nets, lo que atrajo a ambos antes de la Agencia Libre.
Hay un actor oculto en el “pitcheo” de los Nets a Kyrie Irving y es Spencer Dinwiddie, el base suplente de Brooklyn que se viene destacando hace dos semanas. Irving y Dinwiddie compartieron un programa en Harvard durante la temporada. Como la NBA no castiga los diálogos entre jugadores, fue allí donde el base empezó a endulzar los oídos del entonces jugador de Boston.
La rotura del Aquiles por parte de Durant también jugó su papel: que Marks tenga ya disponible un equipo que viene de salir sexto en la Conferencia Este conserva una estructura mucho más sólida que los Knicks (peor récord de la NBA) para la recuperación de KD, que puede regresar para una posible postemporada si todo sale bien.
Al final, la conclusión de ambos fue que la organización de los Knicks estaba ampliamente detrás de lo que pregonan los Nets, que en 2013 hipotecaron su futuro pero se reconstruyeron lenta pero sólidamente. Y ahora, irán a por todo.