Entre las presentaciones que nos dejó la jornada del sábado en la NBA, una de las más relevantes pasó por el estreno del número uno del Draft 2020, Anthony Edwards. El perimetral salió desde el banco (Malik Beasley y Josh Okogie titularizaron) y pasó 25:51 minutos en el campo de juego. ¿Sus números? 5 puntos, 4 rebotes, 1 asistencia, 3 pérdidas, 2-9 de campo y 1-5 en triples.
Se trató de una actuación irregular de parte de Edwards, quien mostró parte de su potencial pero también los defectos que generaban dudas importantes a la hora de su selección como número uno. Minnesota deberá tener paciencia con un jugador que se muestra como un diamante a pulir, pero sin la consolidación de otros primeros picks.
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¿Qué dejó en la balanza el debut del ex de Georgia? Lo analizamos a través de tres puntos clave.
Sin pisar la pintura
Empecemos por lo más obvio: su selección de tiro y falta de eficacia. Sería sencilo atribuir ese 2-9 de campo a los nervios de un debut o a una simple mala noche... pero hay un par de factores que no se pueden obviar. El primero es que se trata de una continuidad de lo que mostró en la NCAA, donde apenas llegó al 40% de cancha y al 29% en triples. Los críticos de Edwards lo apuntan como un anotador de volumen, capaz de alcanzar cifras elevadas más por cantidad que por calidad de intentos. Y si bien se trata de solo un encuentro, no vimos algo demasiado diferente en el duelo ante Memphis.
De todas maneras, la principal señal de alarma con respecto a Edwards en ataque sigue siendo su selección de tiro. Sus bajos porcentajes no se deben a una falta de talento o toque. Está claro que tiene todo desde un punto de vista físico, atlético y hasta técnico como para ser un anotador consistente. Sin embargo, su toma de decisiones tiene que mejorar considerablemente.
En el juego ante los Grizzlies, se vieron los mismos defectos que en la NCAA: el abuso de un lanzamiento exterior desde el drible, en el que no es especialmente certero. Al menos no por ahora. Edwards tiene las herramientas para dominar atacando el aro al mejor estilo Donovan Mitchell, pero suele conformarse con disparos perimetrales ni bien encuentra el más mínimo espacio.
En este primer partido, apenas uno de sus nueve lanzamientos llegaron en la pintura. Y que un jugador de sus características no tome ni un solo tiro libre en 26 minutos, también dice bastante. De nuevo: un solo juego y de pretemporada, pero que apoya algunas tendencias que Ant ya mostraba previamente.
Esta acción es un fiel reflejo de lo que marcamos: tiene el espacio para atacar y ponerle presión a Valanciunas, y sin embargo termina conformándose con una flotadora a una pierna y a cuatro metros del aro.
No hay dudas: debe ser más agresivo y veremos si es algo que le agrega a su juego con el paso del tiempo o termina en un molde más similar al de otro gran atleta que debutó en Minnesota como primer pick del Draft, Andrew Wiggins, quien nunca ha logrado explotar al máximo sus condiciones naturales.
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Potencial a la vista
Los dos nombres con los que más se compara a Edwards son los de Mitchell y Wiggins. Y está claro que su juego debe parecerse mucho más al del primero, si quiere transformarse en una estrella NBA. Sin embargo, aún cuando hoy su estilo es más parecido al canadiense, aparecen algunos flashes que lo apuntan con un potencial más alto al del hoy jugador de Golden State.
Lo principal es que Edwards es un jugador mucho más dinámico con el balón que Wiggins. Lo es como pasador pero sobre todo como creador de ofensiva. De hecho, la mayoría de sus intentos en este primer partido llegaron vía pick and roll, donde si corrige sus defectos, podría terminar siendo una amenaza enorme para las defensas rivales. Y es que no es fácil encontrar jugadores con su combinación de altura, potencia, explosión, manejo y toque.
A pesar de esa selección de tiro mencionada, el oriundo de Atlanta muestra flashes de un potencial estelar. Incluyendo esta gran acción en la que toma un rebote defensivo por los aires, sube la bola y termina anotando un triple sobre la marca de Brooks.
Cuando el balance entre penetración/tiro sea el correcto, Edwards puede acabar siendo una pesadilla para cualquier marcador que tenga adelante.
Problemas defensivos
Si el juego ofensivo del perimetral es hoy una mezcla de sensaciones, en defensa la balanza está bastante más inclinada. Y no precisamente en un buen sentido. Edwards ya fue un defensor particularmente flojo en la NCAA y como con sus porcentajes, hizo poco para cambiar ese perfil contra los Grizzlies.
Sus problemas obviamente no pasan por una falta de herramientas, sino de concentración y fundamentos. Vean en esta acción como abandona exageradamente a su defendido (Melton) en el lado fuerte de la ayuda y termina con la acción más simple y efectiva en el baloncesto actual: descarga a la esquina y triple a pie firme.
Esta otra jugada es todavía más preocupante para Minnesota, porque no se trata de fundamentos, sino de esfuerzo. Tras la pérdida de Russell, Edwards comienza el contragolpe a la misma altura que otro novato como Desmond Bane. Pero observen lo que sucede...
Mientras que Bane corre la cancha con intensidad, Edwards vuelve a defender al trote y pierde por completo a su referencia defensiva. Minnesota paga la desconcentración del novato, sufriendo una bandeja abierta.
Edwards ni siquiera entra en cuadro.
El rookie también tuvo algunas buenas acciones defensivas, utilizando su capacidad atlética para cubrir espacio aéreo. Lo vimos en aquel rebote que luego termina con su tiro de tres y también en esta acción, en la que realiza una rotación ideal: apoyo en la pintura desde el lado débil, recuperación y desvío.
La felicitación de Saunders marca a las claras el enfoque de Minnesota con respecto al novato: saben que necesita dar un paso adelante en defensa, sobre todo en un equipo que ya tiene a marcadores débiles como Russell, Beasley y Towns como principales figuras. Como en ataque, el potencial está ahí y a esta altura de su carrera, eso es lo realmente importante.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.