Tras 16 años a los mandos de la nave de los Boston Celtics, el mítico Red Auerbach tomaba la decisión de dar un paso atrás en la dirección del equipo estando todavía en la cresta de la ola. Nueve anillos de diez posibles eran la mejor carta de presentación para Red, un legado que se iría ampliando año tras año aunque la dinastía estuviese cerca de su fin y que lo convertiría en una de las figuras más reconocibles de la historia de la NBA.
Al concluir las Finales de 1966, donde los de Massachusetts se coronaron como campeones al vencer por 4 a 3 a los Lakers, el técnico anunció que no continuaría siéndolo el curso siguiente. Una ventana se abría al mercado, el asiento más codiciado de toda la liga estaba disponible y pretendientes no le faltarían. Una decisión que quedaría en manos del propio Auerbach y cuya única condición para aceptar un sustituto sería que fuese del agrado de su mejor jugador: Bill Russell.
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Era evidente que la personalidad de Russell chocaría frontalmente con cualquier otro entrenador que no lograse descifrarle como lo hiciese previamente el propio Auerbach, poniendo en peligro todo lo conseguido hasta el momento y quizás significando el fin de aquellos Celtics. Tras largas negociaciones y conversaciones entre las diferentes partes, Red obtuvo suerte con un candidato, alguien que Whiskers conocía a la perfección.
El 18 de abril de 1966, los Boston Celtics nombraban a Bill Russell entrenador-jugador, convirtiéndose así en el primer técnico afroamericano en la historia de la NBA en un momento histórico y nada sencillo por la situación de la sociedad. El pivote recibiría innumerables críticas así como un constante cuestionamiento de su capacidad para liderar al grupo. En ese sentido, la derrota ante Philadelphia 76ers en las Finales de División servirían a los críticos para justificar todo argumento previo. No obstante y con la mano de Auerbach siempre moviéndose en la sombra, Boston se alzaría campeón en los dos cursos siguientes, poniendo fin a la dinastía con el retiro del entrenador-jugador e iniciando una nueva era para el equipo verde.
En sus tres temporadas en el banco del Boston Garden, el nativo de Louisiana firmaría un balance de 162 victorias por 83 derrotas (66%), prosiguiendo su carrera sin mucho éxito en Seattle Supersonics (162-166) y Sacramento Kings (17-41).
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Otras cosas que sucedieron hoy
- En 1962, los Boston Celtics derrotaron a Los Angeles Lakers en el séptimo partido de las Finales para alzarse con el anillo a pesar de la gran actuación de Elgin Baylor.
- En 1967, Rick Barry, de San Francisco Warriors, anotó 55 puntos en una victoria por 130-124 del Juego 3 de las Finales de la NBA contra los Philadelphia 76ers. Los 55 puntos fueron el segundo total más alto anotado en la historia de las Finales de la NBA, y sus 22 tiros de campo empataron el récord de las Finales de Elgin Baylor.
- En 1991, cuando Utah Jazz derrotó a los Seattle Supersonics 130-103, el base John Stockton repartió 11 asistencias y terminó la temporada con un total de 1.164. El recuento superó el récord en una temporada de la NBA que estableció el año anterior.
- En 1994, Dominique Wilkins anotó 37 puntos como miembro de Los Angeles Clippers en la derrota por 134-131 ante los Golden State Warriors. En camino a anotar ese 37, se convirtió en el noveno jugador en superar la marca de 24.000 puntos.
- En 1996, Dennis Scott de Orlando Magic estableció el récord de la NBA de la mayor cantidad de triples en un solo encuentro, cuando anotó 11 contra los Atlanta Hawks.
- En 2001, A.C. Green jugó 1.192 partidos consecutivos, extendiendo así su récord histórico de la NBA.
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