Todos los focos de New Orleans Pelicans se centran en Zion Williamson, el número 1 del Draft que por lesión todavía no ha podido jugar pero cuyo debut está cada día más cerca. Eso sí, un buen número de luces apuntan a Brandon Ingram, el principal jugador que obtuvieron en el traspaso de Anthony Davis.
Lonzo Ball es un joven muy interesante en ambos lados de la cancha y con un impacto menos visible, mientras que a Ingram siempre se le supuesto un techo de desarrollo más alto. Y de momento en su inicio con los Pelicans así lo está demostrando, siendo el mejor jugador de lo que llevan de curso.
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Ingram está firmando una gran temporada y se confirma como uno de los mejores aleros de la competición. Sus promedios de 25,9 puntos, 7,4 rebotes y 4 asistencias, además de 1 tapón, un 43% en triples y un 81% en libres, ratifican las sensaciones que desprende y lo ponen en una posición óptima de cara a una situación presente en relación a su futuro: la renovación de su contrato.
Marc J. Spears (The Undefeated) informó que los Pelicans tienen "todas las intenciones" de renovar a Ingram en verano y mantenerlo a largo plazo, cuando se convierta en Agente Libre Restringido. Ingram termina su contrato rookie y existen tres opciones: renovar con el equipo directamente, firmar la qualifying offer y ser libre al siguiente verano (2021, algo que con todos los nombres que habrá no le interesa) o firmar con otro equipo, momento en el que los Pelicans pueden decidir si igualar la oferta o dejarlo marchar.
Ya no es solo que esté explotando en New Orleans, es que parece un jugador diferente. Más dominante y suelto que nunca, tiene confianza y es muy evidente. Anota con facilidad, dirige la carga principal del equipo y trabaja en defensa. ¿El problema? Que los Pelicans están perdiendo partidos: marchan 6-12 y son 12º del Oeste.
"Tenemos algunos buenos jugadores jóvenes", dijo Alvin Gentry, el entrenador. “Tenemos algunos jugadores de mediana edad. Tenemos muchas elecciones del Draft para los próximos años. Estamos en una situación en la que podremos construir un equipo, como ha dicho Griff (David Griffin, GM), que tenga victorias de manera sostenible. Para mí, eso es lo más importante, poder ganar consistentemente".
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Según lo que cuenta Spears, los Pelicans le renovarán a cualquier precio. La clave para él reside no solo en mantener este nivel, sino que precisa seguir sano. Unos coágulos de sangre cortaron su temporada pasada e incluso amenazaron su carrera, por lo que demostrarle a los Pelicans que los problemas quedan atrás es clave.
La franquicia prefirió no renovarle antes del límite del pasado 21 de octubre, cuando se terminaban las renovaciones para los jóvenes de la clase de 2016. Parecía la decisión correcta, ya que Ingram llevaba meses sin jugar y tocaba ver cómo regresaba. Y, hasta la fecha, no decepciona: estamos viendo lo mejor de Brandon.
El máximo que puede firmar el ex-jugador de los Lakers con los Pelicans es de cuatro años y alrededor de 130 millones de dólares.
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