Brooklyn Nets juntó a Kevin Durant con Kyrie Irving a mediados de 2019 y agregó a James Harden a esa ecuación en enero de 2021. tras un irregular comienzo de siete victorias y seis derrotas en la temporada 2020-2021 que tenía fuera del top 4 de la Conferencia Este a un equipo que tiene como único objetivo consagrarse campeón de la NBA debido al peso de sus súperestrellas.

Desde la llegada de Harden en adelante, los neoyorquinos se afianzaron como una verdadera máquina: ganaron 29 partidos y perdieron 10, un 74,6% de victorias que los hizo escalar hasta la cima de su Conferencia cuando les falta jugar 20 partidos más de Fase Regular. Además por el momento están registrando el mayor porcentaje de victorias de la historia de la franquicia, mejor que el 63,4% del año 2002 cuando fueron finalistas de la mano de Jason Kidd.

¿Se trata de algo lógico para un equipo con el poder de tantas estrellas? Sí, pero lo curioso es que hasta el momento han podido disfrutar poco y nada de tener a los tres juntos sobre la cancha.

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Harden, Durant e Irving apenas llevan compartidos unos siete partidos y este sábado ante Los Angeles Lakers una vez más no los veremos juntos, debido a que la Barba sigue afectado por un problema muscular en la pierna derecha que lo marginará al menos hasta el 18 de abril. En el mejor de los casos, con Harden volviendo en esa fecha y ninguno de estos tres jugadores volviendo a tener algún inconveniente, el tan temido "Big Three" llegará a los Playoffs con apenas 23 partidos compartidos, aunque por como han ido gestionando sus cargas físicas podemos especular que lo harán con aún menos.

Claramente los Nets no han necesitado de los tres juntos para brillar: el récord con Durant, Harden e Irving disponibles es de 5-2. Perdieron de forma sorpresiva con Cleveland Cavaliers en su primer encuentro juntos y también lo hicieron ante Toronto Raptors en un encuentro en el que KD apenas pudo disputar 19 minutos. Derrotaron a Miami Heat en dos oportunidades (ambas sin Jimmy Butler enfrente), a Golden State Warriors, a LA Clippers y a Atlanta Hawks.

Ya con alguno de los tres ausentes el récord es de 24-8: 2-0 sin Irving, 1-1 sin Harden, 16-3 sin Durant, 1-1 sin Harden ni Durant y 4-3 sin Durant ni Irving. Sin contar con al menos uno de los tres jugaron apenas un partido: el que perdieron por 118-88 ante Utah Jazz, el líder del Oeste.

El talento que tiene cada uno en su cuota individual y los nombres que el equipo presenta alrededor, como los recientemente incorporados Blake Griffin y LaMarcus Aldridge, hacen que hayan podido surfear las olas de una temporada en la que Kevin Durant lleva apenas cuatro partidos disputados desde el 1 de febrero y en la que Kyrie Irving ya se perdió unos 15 partidos. La llegada de Harden, para algunos no necesaria en su momento, terminó siendo fundamental: el ex Houston Rockets promedia 25,4 puntos, 11 asistencias y 8,7 rebotes en los Nets y se anotó como posible candidato a MVP. Sin él, Brookyln probablemente no estaría en la posición de privilegio que ocupa hoy.

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Los números de los tres juntos (compartieron 186 minutos sobre la pista) hablan de un equipo realmente peligroso como es de esperar: promedian unos 26,6 minutos compartidos en esos siete encuentros y Brooklyn anota unos 69,4 puntos en ese tiempo, poco más de la mitad de un partido. El porcentaje de campo es del 53%, el de triples del 40,9%, el balón circula bien (16,6 asistencias) y se las arreglan para conseguir 5,6 puntos más que los rivales. El rating ofensivo de 122,4 puntos cada 100 posesiones impresiona, subiendo 4,9 puntos del habitual de Brooklyn (117,5) que es el mejor de toda la NBA.

La falta de rodaje previa a los Playoffs entre los tres puede ser señalada como un posible problema (caso LA Clippers 2019-2020), pero esa calificación parece errada para este caso particular. Estamos hablando de tres jugadores con una técnica y una lectura de juego brillante en la ofensiva, que pueden adaptarse a distintos roles en el ataque estacionado. El combo Harden-Irving ya funcionó más que bien en la mediacancha y compartir la pista con Kevin Durant solamente les facilitará más las cosas: con lo eficiente que es, KD parece ser un "plug and play" ideal no solamente en Brooklyn, sino en cualquier equipo de la historia de la liga.

"No es lo ideal por la química y el poco tiempo, pero no debemos preocuparnos sobre cosas que no podemos controlar", afirmó el entrenador Steve Nash sobre haber utilizado tan poco a los tres juntos. La preocupación sobre algo que no pueden controlar del todo pasa más por el hecho de que estos tres jugadores de 29 años o más, ya con mucho recorrido profesional, lleguen en óptima forma física a los Playoffs en una postemporada del Este que promete ser muy dura para los Nets desde la segunda ronda en adelante, sin descontar la chance de un cruce de primera ronda más bravo que lo habitual ante Boston Celtics, Miami Heat, Atlanta Hawks o Indiana Pacers.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.