El nuevo rumbo de Chicago Bulls, ¿escenario complicado o equipo del futuro?

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Gafford

Por estas horas los Chicago Bulls oficializaron una decisión que muchos de sus seguidores venían reclamando hace años, descontentos con el rumbo de la franquicia: quitaron a Gar Forman y John Paxson de sus cargos al frente de la toma de decisiones deportivas y en su lugar, contrataron al lituano Arturas Karnisovas, proveniente de los Denver Nuggets (seguramente también sumarán a un nuevo GM en el corto plazo).

Está claro que para Karnisovas, más allá del ascenso desde lo jerárquico (en Denver era el segundo de Tim Connelly), el movimiento representa todo un desafío: pasa de uno de los mejores equipos de la Conferencia Oeste, a un conjunto que en la 2019-2020 lleva un récord de 22-43 y que en los últimos tres años acumula un olvidable registro de 71-158.

A simple vista, el panorama de Chicago no es para nada alentador. Más allá de su bajo nivel actual, hay algunos factores que atentan contra su balance para el mediano plazo: tienen demasiados millones depositados en un Otto Porter envuelto en lesiones y en un Zach LaVine que si bien ha tenido una temporada de explosión ofensiva (25,5 puntos de promedio), todavía debe demostrar que puede jugar un básquet ganador, más allá de las estadísticas individuales. Por otro lado, casi ninguno de sus jóvenes tiene pasta de súperestrella y el bajón que ha tenido en su tercera campaña Lauri Markkanen fue un golpe fuerte a la moral de sus fanáticos.

Y sin embargo, dentro de todo ese panorama oscuro, venimos a aportar algo de luz. Porque si bien todas esas contras existen y son innegables, hay ciertos puntos que vaticinan un futuro mucho más feliz.

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Para empezar, saquemos algo del medio: Chicago no está cerca de ser competitivo. O al menos, no al nivel de los mejores conjuntos del Este. Un equipo que ya tiene casi 80 millones de dólares depositados para la 2020-2021 en Porter (28M), LaVine (20M), Thaddeus Young (14M), Tomas Satoransky (10M) y Cristiano Felicio (8M), está lejos de poder ser un jugador importante, en una ya de por si floja Agencia Libre 2020.

Sin embargo, la historia podría ser muy diferente a partir del 2021. Allí apenas LaVine tiene contrato garantizado y todo indica que el equipo contará con muchísimo margen como para apostar por alguna (¿o un par?) de las muchas súperestrellas que estarán disponibles, incluyendo potencialmente nombres como Giannis Antetokounmpo, LeBron James, Kawhi Leonard, Paul George o el oriundo de la ciudad, Anthony Davis.

Lo interesante es que para ese entonces, los Bulls tranquilamente podrían tener uno de los mejores grupos jóvenes de la liga. Sin grandes figuras entre ellos, pero sí con los hombres de rol ideales como para acompañar a ese desembolso en la Agencia Libre.

Detrás de las decepciones, los jugadores que han dado menos de lo esperado y el sentimiento derrotista que parece reinar en la franquicia desde hace un tiempo, hay un puñado de nombres que aún sin la confianza plena de un entrenador conservador como Boylen, han mostrado destellos de muchísima calidad.

Empecemos por uno que sí tiene potencial de estrella: Coby White, quien para el momento del parate venía con una seguidilla de actuaciones sobresalientes, que se consolidaban como la historia más positiva de la 2019-2020 de los Bulls. En sus últimos nueve juegos promedió nada menos que 26,1 puntos, 4,4 asistencias y 4,2 rebotes, lanzando un 48% de campo, 43% en triples y 90% en tiros libres. Y todo saliendo desde el banco en 8 de esos 9 compromisos.

Seguramente White todavía no sea con consistencia ese jugador que los números indican y su complemento con LaVine está lejos de ser el ideal. Pero los mismos no dejan de ser una señal extremadamente positiva, para un novato de 20 años recién cumplidos. Si el ex UNC se transforma en esa clase de base determinante, habrá que analizar el futuro de los Bulls todavía con mayor optimismo.

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Detrás de él, encontramos obreros de condiciones ideales para jugar en un equipo que eventualmente cuente con dos o tres anotadores explosivos: Wendell Carter, Daniel Gafford, Adam Mokoka y Chandler Hutchison ya son muy buenos defensores hoy en día y seguramente solo mejorarán con el paso del tiempo.

Que Chicago, aún con todos sus problemas y contando con un perímetro titular de corte ofensivo como el LaVine-Satoransky, se ubique con la 14° mejor defensa de la liga, habla a las claras sobre lo mucho que aporta en ese costado su segunda o tercera línea de rotación.

Si a todo esto le agregamos que los Bulls seguramente elegirán en el Top 10 del próximo Draft y quizá hagan algo parecido en el siguiente, su columna vertebral para la esperada 2021-2022 puede verse aún más fortalecida.

Todo dependerá de si pueden cumplir sus objetivos en esa magnífica Agencia Libre que nos espera en un año y medio. Pero si lo hacen, estarán más preparados para dar pelea inmediatamente de lo que podría parecer a simple vista.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Juan Estevez Photo

Juan es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.