Chris Paul y Monty Williams: lágrimas, emoción y alegría por unas Finales que cementan un vínculo especial

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Chris Paul, Monty Williams

Hay imágenes que valen más que miles de palabras. Y esa escena del final resume un montón de cosas...

Ese abrazo entre Monty Williams y Chris Paul es mucho más que un abrazo. Es ese instante que todos amigos necesitan para saborear un largo camino. Porque tiene que quedar claro: ellos son mucho más que coach y jugador. Es un vínculo que comenzó a crecer a New Orleans, que se sostuvo con el tiempo más allá de la distancia y que este reencuentro en Phoenix volvió a unir para el capítulo más especial. Ese donde ambos consiguen el objetivo más deseado (o el primero de ellos, porque el trabajo no está terminado) para dejar atrás años y años de dolores, frustraciones y sufrimientos, adentro y afuera de la cancha. Para cambiar las lágrimas de pena por las de alegría. Porque esas que recorren ambos rostros son de felicidad por saber, cada uno, lo que ese momento representaba para el otro.

Monty y CP3 nos regalaron una de las mejores escenas de la celebración de los Suns tras avanzar las Finales después del 4-2 ante LA Clippers. Y si hacía falta explicación, Williams se encargó de darla, con una pequeña historia personal previa al encuentro.

"Simplemente fue algo auténtico. Sentí que tenía que hacer eso, que debía abrazarlo. Creo que sus padres estaban detrás y él estaba emocional. Y yo tuve mi momento así antes del partido. Por eso Randy está acá conmigo", comenzó Monty sobre la presencia de Randy Ayers, uno de sus asistentes, junto a él en la atención a la prensa. "Hoy, cerca de las 2.30, estábamos sólos con Randy en el vestuario. Yo le decía que estábamos tan cerca... Y ahí él comenzó a decirme todo lo que sentía por mí, porque ha estado conmigo desde el primer día en New Orleans. Y me quebré antes del partido. Así que entendí las emociones que tenía Chris. Pero me quedé sin lágrimas porque usé todas cerca de las 2.30", explicó.

Chris Paul, Monty Williams

En este acceso a las Finales hay una especie de círculo que se cierra y que conecta a estos protagonistas. "Con Randy y Willie Green (otro asistente en Phoenix) estuvimos junto a Chris en New Orleans. Cuando se fue, mantuvimos el contacto. Randy y Chris también. Todos nos mantuvimos unidos, así que reencontrarnos y hacer esto, ¿cómo se lo puede poner en palabras? Pese a que lo vivimos desde adentro, te encontrás mirándolo como diciendo 'wow, es algo realmente bueno'", remarcó el coach, quien siguió con los elogios para su base.

"Estoy realmente feliz por Chris porque veo el trabajo que pone en esto. Veo cuánto le importa. Ustedes vieron las lágrimas después del partido. Nunca sabés si vas a poder estar en esta posición, y ves a jugadores que llegan tres, cuatro o cinco veces... Muchos llegaron incluso más que eso, y vos decís 'me estoy rompiendo el alma'. Hasta que te das cuenta que es una bendición, porque todos trabajan para esto. Así que si tenés la oportunidad de ser parte de algo así, te das cuenta que has sido bendecido", señaló.

Además, Monty destacó una enseñanza que entrega siempre CP3: "Si hay algo que puedes aprender de él es que hay que seguir adelante, nunca rendirse. Que hay que servir al resto, porque eso es lo que él hace. Se preocupa por sus compañeros. No tienen idea cuánto tiempo pasa con los jóvenes del equipo. Creo que cuando atendés a gente de esa manera, te siguen. Y es por eso que es un gran líder, porque ayuda y acompaña a los que están a su alrededor".

La historia entre Monty Williams y Chris Paul es una de las tantas razones que explican esta llegada de los Suns a las Finales. Una historia con dos protagonistas que pasaron por muchísimas cosas antes de esas lágrimas y ese abrazo para festejar.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Leandro Fernández Photo

Editor Jefe de las ediciones en español de The Sporting News.