Cinco historias de New York Knicks en la temporada 2019-2020

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rj barrett julius randle

Con la temporada 2019-2020 suspendida de forma indefinida por la pandemia del coronavirus COVID-19, desde NBA Global miramos hacia atrás para recordar qué estábamos viendo en una campaña repleta de condimentos. Por lo tanto, largamos con una serie de artículos recordando cinco historias, momentos u observaciones de cada uno de los 30 equipos que componen la mejor liga del mundo. En esta entrega, repasamos la campaña de New York Knicks.

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Barrett, de menor a mayor

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Entre los focos de mayor atención que caían sobre la temporada de los Knicks, estaba el debut de RJ Barrett, elegido con la tercera selección del Draft 2019. El canadiense había llegado a la NCAA con antecedentes fenomenales, sobre todo a nivel internacional, pero una 2018-2019 con altibajos en Duke le puso ciertas dudas a su potencial de estrella.

Lo cierto es que lo que se ha jugado de 2019-2020 no ha ayudado demasiado en ese sentido. Más allá de que sus números globales no son malos para un novato (14,3 puntos y 5 rebotes), Barrett ha hecho poco para cambiar la noción de que puede ser un anotador de bajos porcentajes.

Barrett

Con un 40% de campo, un 32% en triples y un 61% en libres, el alero tiene mucho camino por recorrer en ese sentido. Y ni hablar como generador de juego, promediando apenas 2,6 asistencias, en relación a sus 2,2 pérdidas.

Barrett tiene talento, tanto físico como técnico. Pero también está claro el hecho de que todas los interrogantes con los que cargaba al entrar a la NBA, siguen presentes.

¿Una en su favor? El mes de marzo estaba siendo, por lejos, el mejor de su carrera. En seis partidos había promediado 18,7 puntos, 4,5 rebotes y 3,3 asistencias, subiendo su porcentaje de campo a un interesante 45%. Los fanáticos de los Knicks tendrán que agarrarse de esa mejoría, hasta que la naranja vuelva a picar sobre los campos NBA.

Randle como referencia

Randle

La falta de figuras naturales y probadas, hizo que esta temporada de los Knicks tenga a jugadores habitualmente de segundo orden, como sus faros ofensivos. Hasta que fue traspasado a los Clippers, Marcus Morris lideraba el equipo con 19,6 puntos, mientras que Julius Randle lo seguía de cerca con 19,5 unidades y 9,7 rebotes.

Randle ya venía de una muy buena 2018-2019 en lo personal con los Pelicans, lo cual le valió un salario de 18 millones de dólares en esta campaña. Sus números a simple vista claramente justifican esa inversión, pero la sensación es bastante parecida a la de Barrett: estadísticas en parte vacías, que no llevaron al equipo a ser competitivo (marca de 21-45).

Por supuesto que no estamos culpando a Randle por ese registro negativo, pero a todos las cifras hay que darles un contexto y ese casi 20-10 de promedio, también viene acompañado de un 28% en triples, un 73% en libres y de 3 pérdidas por juego (contra 3,1 asistencias).

Es innegable que para aspirar a más, New York debe encontrar a ese jugador determinante que no posee desde la lesión y posterior salida de Kristaps Porzingis. Hoy está lejos de tenerlo.

Sin respuestas en la base

Elfrid Payton

Una de las preguntas que más circulaba alrededor de New York antes del comienzo de la temporada, pasaba por la situación en la base, con tres candidatos para esa posición: Frank Ntilikina, Dennis Smith Jr. y Elfrid Payton. Y lo cierto es que aún no han encontrado demasiadas respuestas claras para ese escenario.

Payton es el que más se ha acercado a adueñarse de la titularidad, saliendo como inicial en 36 de los 45 partidos y promediando 10 puntos, 7,2 asistencias y 4,7 rebotes. Ntilikina, por su lado, titularizó en 26 de 57 encuentros y tuvo medias de 6,3 puntos, 3 asistencias y 2,1 rebotes. ¿Smith? Afuera de la rotación durante buena parte del certamen y con solo 5,5 tantos por juego.

Los Knicks fueron el equipo que menos triples anotó por partido (9,6) y parte de ese problema vino de la mano de la total falta de tiro de sus bases: 20% para Payton, 30% para Smith y 32% para Ntilikina, pero en pocos intentos.

Si bien Smith debe reinventarse como jugador si quiere permanecer en la liga, la situación de Payton y Ntilikina es diferente: en otro contexto, podrían ser jugadores útiles, por su versatilidad y aporte defensivo. Sin ir más lejos, piensen en el rol que ha encontrado Kris Dunn en Chicago, que sin ser un desborde de talento, al menos tiene muchos más recursos en ataque que los Knicks.

Pero en un New York sin anotadores y desequilibrio individual, tener guardias que no representan una amenaza ofensiva, es un lujo que simplemente no pueden darse. Para empezar a mirar al futuro con otra ilusión, los neoyorquinos deben resolver de una vez por todas su crisis de conducción en el campo.

Robinson, una luz de esperanza

Mitchell Robinson

Si hay un jugador que los seguidores de los Knicks observan con esperanza es Mitchell Robinson. No porque el pivote se proyecte como una súperestrella o la cara de la franquicia, sino porque tiene todas las condiciones como para al menos, ser un jugador NBA de impacto positivo. Algo que no sobra en su plantel.

Robinson es uno de los mejores taponadores de la liga (2 en 23,1 minutos), un buen rebotero (7 por partido) y el definidor más efectivo de toda la competencia: 74% de campo, volcando absolutamente todo lo que toca (185 sobre 254 conversiones vinieron por esa vía). ¡Y todo eso sin un base clásico que lo alimente!

Su NetRating de +5,9 es por un buen margen, el mejor de todo el plantel. 

Sin embargo, hay un problema mayúsculo que aún debe resolver: su falta de fundamentos y lectura, lo lleva a cargarse de faltas constanemente y rara vez puede jugar los minutos que realmente merecería. De hecho, en la 2019-2020 superó los 30 en apenas cinco partidos sobre 61. Y en contraste, se fue por seis infracciones en siete.

Robinson no promedia 23,1 minutos porque su rendimiento no sea óptimo o porque tenga mejores jugadores por delante. Después de todo, los Knicks literalmente no tienen a ningún otro pivote natural en su roster (Gibson, Portis y Randle vieron minutos allí, siendo ala pivotes). El problema es que hasta que no corrija esa tendencia, no se podrá transformar en ese DeAndre Jordan en potencia que empieza a asomar.

Knox, en las sombras

Kevin Knox

Aunque la 2019-2020 de New York tiene bastantes puntos bajos, muchos de los cuales ya mencionamos, probablemente no haya uno más decepcionante que el que involucra a Kevin Knox.

Elegido con el noveno pick del Draft 2018, Knox tuvo una campaña de novato irregular, aunque mostrando algunas condiciones interesantes y con la promesa de tener un salto de calidad importante en la actual temporada: promedió 12,8 puntos y 4,5 rebotes, eso sí, con muy bajos porcentajes de acierto (37% de campo y 34% en triples). Todo, con apenas 19 años.

Un año después, no solo el alero no ha tenido esa mejora esperada, sino que además ha sufrido un retroceso inmensobajó a 6,4 puntos y 2,8 rebotes, manteniendo sus bajos porcentajes (36% de campo y 33% en triples).

Los Knicks han privilegiado en el puesto a veteranos como Marcus Morris, Maurice Harkless y Reggie Bullock. Una decisión cuestionable, teniendo en cuenta la situación del equipo, pero a la vez, ayudada por lo poco que produce Knox.

El ex de Kentucky tiene todo para ser un jugador NBA de buen nivel en ambos costados de la cancha. Hasta incluso no sería una locura decir que su techo es el más alto de todo el plantel, por encima incluso de Barrett. Pero la realidad es que por el momento no se ha visto casi nada de ello y la franquicia tampoco le ofrece el mejor contexto para su desarrollo. Panorama complicado.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Juan Estevez Photo

Juan es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.