28 puntos, 17 rebotes y 5 asistencias. La planilla estadística de DeMarcus Cousins en el triunfo de Houston Rockets sobre Dallas Mavericks por 133-108 recuerda a los mejores tiempos del pivote de 30 años nacido en Alabama: de hecho no tenía números así desde el 22 de enero de 2018, antes de romperse un tendón de aquiles y el ligamento anterior cruzado de una de sus rodillas.
En esa temporada 2017-2018 que quedó interrumpida antes de que pueda jugar el All-Star Game para el que había sido elegido, Cousins promedió 25,2 puntos, 12,9 rebotes y 5,4 asistencias por encuentro, cifras similares a las de su renacimiento el domingo. Se trata solamente de un primer paso por el momento: hasta antes de este partido tenía una media de 6,1 puntos, 6,7 rebotes y 2,5 asistencias en 15,9 minutos de 11 encuentros con los Rockets, lejos de su carrera previa a las lesiones, de esa carrera en la que fue dos veces All-NBA y uno de los mejores pivotes ofensivos de los últimos 15 años.
Boogie, nuevamente titular ante la ausencia de Christian Wood, tiró 9-15 de campo con 4-8 en triples, quedando a un tiro de tres puntos encestado de igualar su récord personal en la NBA. La noche anterior había lanzado un pésimo 2-16 frente a Detroit Pistons, en un partido similar en rebotes (15) y asistencias (7) pero sin la cuota de anotación: por ello Houston sufrió para ganar y lo hizo por 103-102. Unos días antes había tirado 0-7 de campo vs. Indiana Pacers. Pero como dijo él después del partido, contra Dallas "simplemente entraron los lanzamientos".
Big time game from @boogiecousins in the win!
— Houston Rockets (@HoustonRockets) January 24, 2021
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"Bajé un poco la velocidad, fui más paciente. Es un proceso por el que estoy pasando, recuperando las piernas, acondicionando mi cuerpo. Era cuestión de tiempo para que entren los lanzamientos y esta fue una de esas noches", afirmó Cousins al terminar la noche que tanto tiempo llevaba esperando. Al terminar el primer cuarto ya estaba cerca del doble-doble, con 9 puntos y 8 rebotes.
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"Se sintió genial. Nadie vio el trabajo que tuve que hacer para llegar a este punto. Fue toda una travesía. Mi objetivo es hacer esto de forma consistente. Esto definitivamente empuja mi confianza. Espero poder seguir hacia adelante", comentó Cousins, quien definitivamente necesitaba esta motivación. "Esto es una prueba de que el trabajo funciona. Los días en los que no me quería levantar a hacerlo, los días en los que pensaba que estaba perdiendo mi tiempo, los días en los que pensaba que todo estaba terminado para mí. Eso pasó como un flash por mi cabeza. Estaría mintiendo si dijera que no me sucedió. Pero continué creyendo en mi mismo", agregó.
El próximo partido de DeMarcus Cousins y Houston Rockets será el próximo martes 26 de enero, jugando en casa frente a Washington Wizards.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.