El anunció que realizó la NBA el jueves 4 de junio, con la aprobación de la Junta de Gobernadores sobre el formato a usar para reiniciar la temporada y ponerle un cierre a la 2019-2020 después de la suspensión del 11 de marzo por al avance del coronavirus COVID-19, haría que 22 equipos vuelvan a la acción (sería desde el 30 de julio) para la reanudación. Es decir que ocho conjuntos, los que se encontraban en la parte de abajo de las posiciones, entrarán en vacaciones a la espera de la 2020-2021.
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El parate por la pandemia cortó ocho realidades diferentes que, por más que estaban relacionadas a equipos del fondo, nos dejarán sin algunas historias interesantes que íbamos a ver en el cierre de la Fase Regular de haber seguido su curso normal. Y aquí estamos para hacer una especie de informe de despedida de cada uno de esos ocho equipos.
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Es el momento de cerrar esta serie de artículos analizando lo qué habría ocurrido en el cierre de la temporada de Detroit Pistons. Momento complicado el que atraviesa la franquicia de Michigan. Tras el éxito en 2004 y los años competitivos que siguieron, los Pistons viven sin un rumbo claro durante la última década. Un equipo acostumbrado a ganar y competir que vive una fase de falta de identidad e ideas. La temporada 2019-2020 queda marcada por las lesiones de Blake Griffin y el traspaso de Andre Drummond, principal estrella durante los últimos años.
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Luke Kennard, mucho más que un anotador
Aunque tenga fama de tirador, que lo es y de altísimo nivel, Luke Kennard ya había enseñado en los Pistons que es más que un tirador en situaciones de catch&shoot. Pese a ciertos problemas físicos que ha sufrido durante la temporada, Kennard firmaba el mejor de sus tres años en la NBA, cuando le resta una sola campaña de contrato.
Kennard llegó como pick 12 del Draft 2017 y en sus dos primeros años recibió minutos y balón limitados. Es en esta 2019-2020 en la que ha recibido más bola y ha generado juego para el resto como una amenaza real en el pick&roll. Gran lector y pasador, es más, Kennard es un tipo muy inteligente cuyo cerebro lee por encima del ritmo de partido.
Hasta que las lesiones le comenzaron a cortar el ritmo en diciembre para dejarlo sin jugar desde el día 21 de ese mes, Kennard abrió la temporada de gran forma. El escolta promedió 18,9 puntos, 4,2 asistencias y 3,8 rebotes con un 41% en triples en 33,7 minutos. Titular y más minutos y bola que nunca.
El rol de tirador se queda corto para Kennard, que estuvo cerca de salir en febrero hacia Phoenix. Lo que restaba de la 2019-2020 hubiese servido para verlo recuperado y acumular minutos. Kennard encaja perfectamente en la NBA actual gracias a un juego lento, un cerebro veloz y un acierto por encima de la media. No es un tirador de gatillo rápido como Redick, pero sus números lo dicen todo: un 39,9% en la temporada con 6,5 intentos por partido, entre los mejores tripleros de la NBA.
El foco de la esperanza: Sekou Doumbouya
Kennard es un jugador más hecho, cuyo nivel actual sirve para ser importante en cualquier equipo de la liga, sea de mayor o menor calibre. Sin embargo, las dudas con su continuidad a medio plazo existen. Ya estuvo cerca de ser traspasado y le resta un solo año de contrato. ¿Se quedará en Detroit? Imposible saberlo a día de hoy, aunque los Pistons tendrían la opción de igualar contrato si sale al mercado de 2021.
El que sí formará parte de los planes a medio plazo es el rookie Sekou Doumbouya. El alero francés apenas impresiona con sus registros de novato: 6,4 puntos y 3,1 rebotes en 19,8 minutos, con un 28% en triples. Pero esto se debe a que prácticamente no contaba en la rotación de Dwane Casey, y comenzó a jugar más minutos a partir del encuentro número 35 de la temporada.
En este tramo de 31 partidos, siendo titular en 19, ha visto noches de más y menos minutos, aunque ya como parte importante de una rotación que estaba sin Blake Griffin y sin Luke Kennard, añadiendo por medio el traspaso de Andre Drummond. Había minutos a repartir y Doumbouya tenía que recibir como el que más. Promedia 7,5 puntos, 3,7 rebotes y un 39% en triples en 23,5 minutos.
Lo importante en su caso son las sensaciones. Demuestra poderío defensivo, capacidad para defender varias posiciones, instinto para el rebote y, sobre todo, habilidad para anotar con el balón en las manos. Todo esto unido a sus más de 2 metros, potente físico y envergadura, crean una receta muy interesante para seguir observando. Doumbouya es la mayor esperanza de los Pistons en la actualidad y el cierre de la 2019-2020 hubiese servido para darle más minutos y balón. Tiene 19 años.
Disfrutar de Derrick Rose
Más allá de la positiva irrupción de Christian Wood, el motivo principal para acudir al recién estrenado Little Caesars Arena era sin duda él, Derrick Rose. Los Pistons han estado entre las 10 peores defensas y los 10 peores ataques de la temporada, pocas victorias y menos alicientes para ir a verlos jugar. Sin estrellas y sin ideas.
Con minutos limitados y el rol de sexto hombre, Rose ha mostrado la mejor versión de su carrera en mucho tiempo. Es cierto que en Minnesota ya tenía ese rol y los números son muy parecidos, pero además de ser mejores los de la 2019-2020, su comienzo fue prometedor.
Rose promedia 18,1 puntos, 5,6 asistencias y 2,4 rebotes en 26 minutos con un 49% de acierto. Detroit era un equipo desesperado por conseguir un manejador para la segunda unidad. Lo cierto es que Rose encajaba de maravillas: él quería sentirse protagonista y los Pistons necesitaban un jugador así.
Le queda una temporada más de contrato y los Pistons seguro que buscarán a su base de futuro, por lo que la permanencia de Derrick es puesta en duda. Sin embargo, mientras juegue en Detroit, los aficionados de los Pistons tendrán una buena excusa para ir a los partidos.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.