Donovan Mitchell y Rudy Gobert: los orígenes del dúo estelar de Utah Jazz en Denver Nuggets

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El mercado de Utah Jazz siempre ha sido limitado. Como franquicia disponen de menos glamour que otras, factor en buena parte condicionado por el reducido tamaño de su poder mediático, pero siempre han sabido explotar otros caminos para obtener estrellas. De hecho, lo más habitual en los mercados pequeños es conseguirlas vía traspaso, justo lo que hicieron con Donovan Mitchell y Rudy Gobert.

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El proyecto actual con Quin Snyder en el banco está marcado por la continuidad. El juego del Jazz se basa en la continuidad y lo colectivo. En el pase y la horizontalidad aprovechando los huecos y ventajas que genera Mitchell desde el juego de bloqueo directo con Gobert. Snyder acumula ya siete temporadas en Utah como entrenador jefe, uno de los mejores de toda la NBA. Mientras, el pivote francés llegó una campaña antes, cuando todavía Tyrone Corbin dirigía los años más complicados tras la marcha del mítico Jerry Sloan.

El Jazz comenzó su reconstrucción ese mismo curso (2013-2014) tras quedarse fuera de la postemporada. Había perdido en el mismo verano a su pivote más competitivo, uno de perfil vieja escuela como era Al Jefferson, gigante revestido de clase, al completo Paul Millsap y a Mo Williams. En su lugar aparecían las jóvenes promesas de Trey Burke en el puesto de base, y Derrick Favors y Enes Kanter como pivotes. Sin embargo, el mejor bastión interior estaba entre los suplentes y apenas promediaba 9,6 minutos por encuentro. Un Gobert con cara de niño aprendía en su duro inicio de carrera NBA. Sin peso en la rotación y sin ver los Playoffs en un Oeste exaltado.

La directiva de Utah había gastado un pick 3 en Kanter y un 5 en Dante Exum, mientras que Favors había llegado por Jefferson. Pero Gobert, en una versión mucho más comedida, había sido seleccionado por Denver Nuggets con el pick 27 y el Jazz se había hecho con él a cambio de Erick Green y dinero en efectivo. En ninguno de los dos equipos se hacían una idea de lo que sería, pero en Utah siempre tenían el ojo puesto en detectar talento por debajo del radar.

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Gobert necesitó salidas para establecerse como pivote titular, algo que no sucedió hasta un par de temporadas después. El Jazz continuaba sin oler los Playoffs, pero el crecimiento de Gordon Hayward dotó al equipo de la referencia ofensiva que necesitaba. Seguían siendo un equipo basado en la defensa y en el pase, aunque faltaba el ejecutor referencia, y ese fue Hayward. Llevaba en la franquicia desde el año 2010, cuando tenía 20 años, y las marchas de Jefferson, Millsap y Williams lo situaron como la guía de la reconstrucción. El faro en la oscuridad mediática de Salt Lake City.

Fue entonces cuando la directiva decidió buscar un nuevo rostro. Precisaban de un técnico joven que trajese un enfoque renovado para añadir sobre su filosofía anterior. El elegido fue Snyder, entonces de 48 años y sin experiencia previa como entrenador jefe. Había sido asistente en Clippers, Sixers, Lakers y Hawks, Hablaban maravillas de él y tendría espacio y tiempo para trabajar, aunque no hizo falta. Los resultados fueron inmediatos.

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El Jazz pasó de ganar 25 partidos en el último curso de Corbin (30,5% de triunfos); a lograr 38 en el primero de Snyder (46,3%); 40, en el segundo (48,8%); y 51, en el tercero (62,2%), en el que lograron la vuelta a Playoffs por todo lo alto: eliminaron a los LA Clippers de Chris Paul y Blake Griffin, en el que fue el último encuentro de CP3 con el equipo angelino.

La felicidad era plena con Snyder. Gobert ya se había establecido como uno de los mejores pivotes jóvenes de la NBA y Hayward venía de ser All-Star con 26 años y una fantástica temporada. Incluso superior fue su rendimiento en la serie ante Clippers, con promedios de 23,7 puntos, 7,3 rebotes, 2,9 asistencias y 44,7% en triples. Sin embargo, el mazazo del mercado golpeó de nuevo: Hayward se marchó como agente libre a Boston Celtics para reunirse con su entrenador de la universidad, Brad Stevens.

#Hayward

Sin embargo, al igual que ocurrió con Gobert, la ilusión apareció cuando nadie la esperaba. La salida de Hayward no había dejado réditos, por lo que tenían que rearmarse ese mismo verano cuando el proyecto parecía explotar. Denver Nuggets seleccionó en el Draft 2017 al joven anotador Donovan Mitchell con el pick 13, que tenía muchas similitudes con Jamal Murray, al que habían escogido en la 7º elección. Entonces, Utah llamó a su puerta preguntando por el precio, y se hicieron con Mitchell a cambio de dos jóvenes interiores cuyo encaje era mejor con el proyecto, Trey Lyles y Tyler Laydon.

La historia a continuación es de sobra conocida. Mitchell explotó tras un mal inicio de temporada del Jazz. El equipo se adaptó a la nueva figura, que siendo un novato de 21 años promedió 22,4 puntos, 4,2 rebotes y 4 asistencias en los últimos 33 partidos del curso. Se clasificaron de nuevo a Playoffs y lograron una hazaña todavía más poderosa, eliminar al Oklahoma City Thunder de Russell Westbrook, Paul George y Carmelo Anthony. Ricky Rubio resultó vital en aquella serie, al igual que otro jugador al que se sacaron de la manga en la NBA, el australiano Joe Ingles, la peor pesadilla de George.

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Desde que Mitchell debutó en la liga, el Jazz jamás se ha perdido los Playoffs. De hecho, se han instaurado como uno de los bloques más poderosos de la temporada regular, terminando con el mejor récord en la inusual temporada 2020-2021. Es cierto que en Playoffs han tenido actuaciones decepcionantes. Se demanda más de un proyecto cuyo techo parece estar un escalón por debajo de los grandes candidatos, en buena parte por la diferencia de impacto de Gobert entre la temporada regular y la postemporada, donde sufre más ante quintetos abiertos y Snyder tampoco logra las rotaciones defensivas para paliarlo.

Más allá de lo lejos que lleguen o no en Playoffs, una historia aún por escribir, el Jazz ha logrado sacar a dos de los que terminarán siendo de los mejores jugadores de su historia a precio irrisorio en el Draft, y ambos casos siendo elegidos por Denver Nuggets. Ni Erick Green, ni Lyles, ni Laydon hicieron carrera en Colorado, mientras Mitchell y Gobert, dejando sus problemas en el pasado, forman una de las parejas más letales de toda la liga. Si las estrellas te rechazan en la Agencia Libre, busca en el Draft y fórmalas. La fórmula del Jazz da resultados.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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