Drazen Petrovic y la temporada 1992-1993 en la que mereció ser All-Star

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Hasta la celebración del Partido de las Estrellas de 1993, Drazen Petrovic promediaba 23,4 puntos, 3,6 asistencias, 2,8 rebotes y 1,4 robos en 39,8 minutos. Se situaba en el top 10 de anotadores y era referencia entre los tiradores: un 47% de acierto con 2,6 intentos por noche.

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Los New Jersey Nets marchaban 30-21 y Petro no se había perdido ni un solo encuentro. Era la estrella consolidada y una figura que rápidamente conseguía millares de aficionados al otro lado del charco, porque en el Viejo Continente ya había deslumbrado a todos. Y aun así, Petrovic se quedó sin ser All-Star.

Cuesta entender la decisión por motivos puramente deportivos. El croata era una de las figuras anotadora más destacadas de la liga en un momento de altísima popularidad. Al dominio de los Chicago Bulls de Michael Jordan, se unían su irrupción y la de otros jugadores jóvenes, como el pivote de segundo año Shaquille O'Neal.

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Petrovic aterrizó en Nueva Jersey el 23 de enero de 1991. Se unía a un equipo que llevaba varios años huérfano de Playoffs, desde 1986, y contaban con el prometedor Derrick Coleman. El Mozart del baloncesto pasó del ostracismo de Portland a tener un rol de sexto hombre con 20,5 minutos de promedio. Cerró su medio curso en los Nets con 12,6 puntos, 2,1 rebotes y 1,5 asistencias. Y sobre todo un juego prometedor.

Los Nets mejoraron con otro rookie, Kenny Anderson, y se encontraron con uno de los mejores núcleos jóvenes del momento. Petrovic, Anderson, Coleman, Mookie Blaylock y Terry Mills. Regresaron a Playoffs con Drazen a las riendas y sus 20,6 puntos por noche.

Lo más destacado no fueron sus números, si no que acompañó su rendimiento y liderazgo con victorias para los Nets. Ganaron 14 partidos más que en la temporada anterior y volvieron a Playoffs para caer contra Cleveland en Primera Ronda. Pero en New Jersey ya tenían a su líder. Pese a las dudas y rechazo que todavía generaban los extranjeros, Petrovic se ganó el reconocimiento de la liga.

Su segunda campaña completa como titular fue sobresaliente. Los Nets cambiaron el banquillo, pasando de Bill Fitch a Chuck Daly, mítico entrenador de los Bad Boys y del Dream Team de 1992. El equipo ganó más, jugó mejor y Petrovic aumentó sus prestaciones. Terminó como 11º máximo anotador e incluso recibió un premio de Jugador de la Semana. Los 22,3 puntos, 3,5 asistencias, 2,7 rebotes y 1,3 robos, con otra línea de excelentes porcentajes (44,9% en triples, 51,8% en tiros de campo), sirvieron para la consideración de All-NBA en el tercer mejor quinteto del curso, pero no el de All-Star.

Junto a Petrovic estaban Tim Hardaway, Scottie Pippen, su compañero Derrick Coleman y David Robinson. De los 13º máximos anotadores de la 1992-1993 solo Petro se quedó fuera del Partido de las Estrellas pese a clasificar a los Nets como 6º de Conferencia.

Es cierto que la competencia era voraz. Solo en el juego exterior del Este se encontraban nombres como Isiah Thomas, Michael Jordan, Joe Dumars, Mark Price o Mitch Richmond. La sorpresa no fue tanto que se quedase fuera de los primeros 12 seleccionados, si no que, cuando se cayó Richmond por lesión, la NBA optó por Terry Porter como recambio. El entonces base de Portland firmó 16,9 puntos, 4,9 asistencias, 3,9 rebotes y 1,3 robos hasta el All-Star, teniendo los Blazers un récord de 31 victorias y 16 derrotas.

"No había en toda la NBA un tirador con su calidad", aseguraba Daly, en declaraciones recogidas por Marca. Petrovic sintió que ya había demostrado que podía ser una estrella en la mejor liga del mundo, pese a recibir menos crédito del que quería y merecía. De hecho, se comentaba durante ese verano de 1993 que era previsible una vuelta del genio al baloncesto europeo.

Ese fatídico accidente de coche del 7 de junio de 1993 cortó el mejor momento profesional de uno de los mayores genios de este deporte. La vida se escapaba de un cuerpo destinado a proezas más grandes. Porque Petrovic tenía 28 años y apenas sumaba un par de temporadas potentes en la NBA, pero al darles contexto ganan en valor. La 1992-1993 de Petrovic es una de las mejores temporadas que jamás ha firmado un extranjero en la NBA, por mucho que fuese descartado para el All-Star.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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