La experiencia es un grado cuando llega la hora de marcar la diferencia en los Playoffs, más si cabe en unas Finales de la NBA, algo que dadas las circunstancias en las que se encuentra Miami Heat ha acabado por penalizarle en exceso en las series por el título. Y es que ante las bajas de Bam Adebayo y Goran Dragic, el núcleo del equipo se ha resentido considerablemente, obligando a los actores secundarios, acostumbrados a un rol mucho menor al que han desempeñado en los dos últimos meses, a dar un paso adelante.
De este modo, tras tres partidos de las Finales encontrábamos dos polos opuestos echando un vistazo a los dos exteriores de referencia de Miami como eran Tyler Herro y Duncan Robinson. Si el primero venía de haber despertado como una estrella en ciernes ante Boston Celtics y asentarse como un anotador explosivo, el segundo venía arrastrando la dureza que acompaña su perfil de tirador, muy penalizado por el escrutinio de sus rivales en ataque que había hecho que sus porcentajes de acierto desde el triple bajasen del 44% al 38% en postemporada.
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Con el cuarto partido en el horizonte muchas cosas debían cambiar dentro de los Heat si querían optar a empatar la eliminatoria y poder seguir luchando en igualdad de condiciones ante los Lakers. Y, en cierto modo, así fue. El resultado final de 102 a 96 no refleja en absoluto el fantástico papel que Herro y Robinson realizaron para el equipo de Florida, minimizando errores y dando esperanza a los de Erik Spoelstra durante buena parte del choque. Ambos firmaron su mejor partido de lo que llevamos de Finales de la NBA con 21 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias del rookie y 17 tantos y 3-6 en triples para Duncan.
El caso que merece más detenimiento y reconocimiento quizás sea el de Duncan Robinson, más si se tiene en cuenta la dinámica en la que se había visto inmerso pues la defensa de los Lakers había conseguido reducirle a la mínima expresión, siempre perseguido por Kentavious Caldwell-Pope o Rajon Rondo independientemente de su lugar en la cancha para evitar que este los castigase desde la larga distancia.
Así se explica que en los dos primeros partidos sumase un 2-10 en triples y un total de 9 puntos. No es que de la noche a la mañana el jugador de Miami haya olvidado cómo lanzar a canasta, se trata simplemente de las consecuencias de su perfil de especialista que, ante conjuntos veteranos y bien trabajados, se ve muy reducido y acaba penalizando a los suyos.
"Obviamente siento frustración después de un partido así, pero no sentimos lástima por nosotros mismos", dijo Robinson. "Sentimos que podríamos haber hecho más para ganar y necesitamos encontrar soluciones y resolverlo".
"Tenemos que conseguir el siguiente juntos. Tenemos que encontrar soluciones. No podemos permitir que esto nos separe, sino que aprendamos de ello y aplicarlo para el próximo", finalizó el escolta.
THE BANK
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La baja de Dragic, que se estima que se pierda también el Game 5 a causa de sus dolencias en el pie izquierdo, ha obligado al novato Herro a ser el segundo referente ofensivo de Miami, algo que ya venía siendo de manera indirecta pero sin la presión de ser el acompañante natural de Jimmy Butler en unas Finales de la NBA. El jugador formado en Kentucky asumió el reto sin dudar un ápice, dando un paso al frente y cumpliendo con su deber, pero pronto se demostró que hacía falta algo más, ese algo lo demostró en el cuarto encuentro, tomando más balones y resolviendo con acierto en una compleja noche para el resto de los Heat.
"Tenemos que poner la misma energía y el mismo enfoque que teníamos esta noche y el último partido", dijo Herro. "Estamos 3-1 abajo por lo que nuestras espaldas están una vez más contra la pared. Tendremos que luchar. La serie no ha terminado. Tenemos una tarea difícil por delante, pero tenemos a los muchachos adecuados y al grupo adecuado para hacerlo".
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Su madurez está fuera de toda duda y en más de una ocasión se ha demostrado como una pieza clave para sostener al equipo en momentos complicados, descargando de peso ofensivo a Butler y tomando la determinación necesaria que requiere un partido de las Finales de la NBA.
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"Hay que relajarse, tenre paciencia y dejar que el juego llegue. Las cosas pasan rápido", expresó. "Al final del partido, algunas cosas funcionan a tu manera y otras no. Las cosas empezaron a ir en su dirección e hicieron algunas jugadas más que nosotros. Acertaron un par de tiros más y cuando lo haces hacia el final del partido, terminas ganando por 6. Lo teníamos en nuestras manos y podríamos haberlo hecho, pero a veces las cosas no salen como quieres".
En estos niveles de igualdad y exigencia los detalles acaban por definirlo todo. Miami luchó hasta el final y naufragó en la orilla, superados por la fiabilidad de contar con Davis y James en un encuentro que podría haber tenido un desenlace completamente diferente y todo ello gracias al empuje y la constancia ofrecida por Herro y Robinson que estuvieron al mejor nivel posible en el momento adecuado.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.