Finales NBA 2019: ¿Cómo afecta la lesión de Kevin Durant a su narrativa?

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Kevin Durant

Es indiscutible que Kevin Durant es uno de los mejores jugadores de la NBA: con apenas doce minutos alcanzó para dimensionar su impacto en el quinto partido de las Finales después de treinta días ausente. Golden State Warriors, en desventaja por 3-1 frente a Toronto Raptors, recurrió a su alero estrella para intentar remontar en busca de su tercer anillo consecutivo, el cuarto en el último lustro. 

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KD, quien sufrió una lesión en la pantorilla durante el quinto partido frente a Houston Rockets, regresó al quinto juego frente a Toronto para ayudar a sus compañeros. Su breve participación plasmó su influencia, con 11 puntos gracias a tres triples, hasta que en un intento de penetración quedó tendido en el piso. Los estudios posteriores plasmaron una lesión en el tendón de aquiles, un escenario devastador para unos Warriors consternados por la situación de Durant. 

"Ves el compromiso y los desafíos que afrontamos que KD ha afrontado durante todo el año, realmente. Y nos entregó todo lo que tenía, salió a la cancha a sacrificar su cuerpo, y todos sabemos cómo resultó eso", lo elogió su compañero Stephen Curry. 

"Para él poner su salud en juego para regersar y competir al máximo nivel, es uno de los mejores en la historia en hacerlo, y trataremos de ganar esto para él. Lo extrañaremos, le deseamos una pronta recuperación. Es nuestro hermano y honestamente, para ser honesto, es algo que te desinfla. Es difícil celebrar una victoria así", agregó Klay Thompson. 

Bob Myers, visiblemente emocionado, se sumó a la oda hacia el alero estrella de Golden State: "Es una de las personas más incomprendidas. Es un buen compañero, es una buena persona, no es justo. Tengo suerte de haberlo conocido".  

El capítulo más triste en la historia de Kevin Durant modificó casi instantáneamente la percepción sobre un jugador que durante los últimos años se había convertido en villano para muchos fanáticos desde que abandonó Oklahoma City Thunder para sumarse a Stephen Curry y Klay Thompson en Golden State Warriors. En 2015-2016, tras desperdiciar una ventaja de 3-1 en las Finales del Oeste frente al combinado de Steve Kerr, tomó la decisión de dejar acéfalo al Thunder y mudarse a su verdugo. Por aquel entonces ya era considerado uno de los jugadores más dominantes de la liga pero la nueva frustración en busca de un anillo que lo valide lo llevó a marcharse rumbo a San Francisco. 

Los hinchas de Oklahoma City, despechados y decepcionados, bajaron el poster, sepultaron la idolatría que sentían por él y lo transformaron en enemigo público de toda una ciudad mientras se encomendaban a Russell Westbrook, el nuevo emblema de fidelidad para OKC. KD también se ganó la antipatía del resto de la liga, reacción que se da cada vez que uno de los mejores jugadores de la liga se une a una fuerza dominante para convertir a ese equipo en una amenaza aún mayor. 

Dos veces campeón y MVP de ambas Finales, Durant también protagonizó polémicas fuera de la cancha. Por ejemplo, cuando en 2017 publicó desde su cuenta de Twitter un mensaje que pretendía enviar desde cuentas paralelas que él mismo había creado. Cuando un usuario de Twitter le preguntó a su arroba personal sobre los motivos por los que abandonó OKC, Durant se olvidó de cambiar la cuenta desde la que escribía y respondió desde @KDTrey5: "A él no le gustaba la organización ni jugar para Billy Donovan. El plantel no era tan bueno, eran apenas él y Russ. Imaginen sacar a Russ de ese equipo, miren qué tan fueron. KD no puede ganar un campeonato con ellos". 

La polémica #BurnerTwitter acrecentó las críticas hacia un jugador que, como reflexionara Myers, es uno de los más incomprendidos de la NBA desde su decisión de marcharse en busca de un anillo, escenarios que otros jugadores han imitado en el último tiempo sin recibir tantos reproches a nivel mediático y popular. 

Durante esta temporada, su cruce con Draymond Green y las especulaciones en torno a su futuro empañaron una producción espectacular de KD durante la campaña regular. Durant, quien en un principio iba a buscar opciones en la agencia libre pero que tras su lesión podría ejecutar la cláusula de jugador para extender su vínculo por un año más con los Warriors, volvió a ser protagonista durante su ausencia: eran múltiples los rumores sobre la gravedad real de su lesión. Algunos incluso se animaron a plantear diferencias en el seno del plantel porque los compañeros le reprochaban a Durant, quien en teoría estaba listo para regresar, una ausencia innecesaria. 

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Nada de eso existió. Durant volvió cuando su equipo más lo necesitaba y se sacrificó por su franquicia, también por sus compañeros, para intentar conseguir un título más para la dinastía que edificaron los Warriors durante el último lustro. KD no lo necesitaba, con un contrato multimillonario en el horizonte y con dos anillos, además de dos MVP, en sus estantes. Pero volvió, hizo un esfuerzo para batallar codo a codo con sus hermanos frente a los Raptors y en el intento sufrió una lesión que podría estropear su presencia en la próxima temporada. 

Curry, Thompson, Kerr y Myers, al igual que el resto de los jugadores, destacaron su compromiso. Durant, convertido en villano durante los últimos años, transformó en una noche la narrativa a su alrededor después de haberlo entregarse en cuerpo y alma en el quinto partido de las Finales frente a los canadienses. Quienes antes lo señalaban con su dedo acusador, hoy lo elogian. Sin saberlo ni buscarlo, Durant cambió la percepción del mundo con respecto a su leyenda: su entrega será recordada por siempre, especialmente si los Warriors consuman la remontada en nombre de KD. 

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