Finales NBA 2021: Cam Johnson y una importante lección con miras al Draft

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Pocas selecciones de Lotería han tenido una reacción inmediata más negativa en estos años que cuando los Phoenix Suns draftearon a Cameron Johnson con el 11° pick en el 2019. Y es que más allá de que el alero venía de una muy buena temporada con North Carolina, se trataba de alguien que ya tendría 23 años en su año de novato NBA y que por otro lado, no mostraba demasiado potencial superior al de un futuro jugador de rol.

Las críticas parecían tener cierta lógica en ese momento. Sobre todo porque la idea era que Phoenix podía haber bajado algunos escalones en el orden (consiguiendo algo extra a cambio en un traspaso) y aún así quedarse con Johnson, teniendo en cuenta que probablemente el perimetral de Pennsylvania no estaba en los planes de los otros conjuntos de Lotería. Obviamente esto es imposible de comprobar sin conocer las intenciones de cada franquicia, pero al menos es lo que se apuntaba desde los especialistas más cercanos al proceso del Draft. Los cuestionamientos para James Jones y compañía no se hicieron esperar.

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Sin embargo, en apenas su segundo año en la NBA, Johnson ya empieza a darle la razón a la franquicia. Es cierto que se trata de un jugador de edad muy avanzada para un sophomore (25 años) y que efectivamente no pasa de ser una pieza complementaria. Pero tras una Fase Regular 2020-2021 algo decepcionante, donde bajó claramente sus porcentajes de acierto exterior (del 39% al 34,9%), el ex UNC está teniendo unos Playoffs inmejorables: garantía absoluta desde la segunda unidad, promediando 8,5 puntos en 20,9 minutos, con un 50% de campo, un 44% en triples y un 91% en tiros libres.

¿Jugador de rol? Sí. Pero de élite en su función.

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Su actuación en el Juego 3 de las Finales fue una nueva muestra de su gran presente. No solo dejó una definición inolvidable sobre PJ Tucker, demostrando que no depende exclusivamente del tiro de tres, sino que también fue de los puntos más altos de su equipo, sumando 14 puntos y 5 rebotes. De hecho, fue quien recibió una nota más alta en los Suns en nuestras calificaciones post partido.

La situación de Johnson deja una lección para Drafts futuros, incluyendo el que se llevará a cabo en apenas unas semanas. Por supuesto que entre los primeros picks se debe apostar por el potencial de estrella y los proyectos más jóvenes... pero una vez que salimos de esas primeras ocho o diez selecciones, no está nada mal realizar apuestas de bajo riesgo, por jugadores que aún sin un techo tan alto, demuestren tener un piso elevado.

Muchas veces queda la sensación de que los picks de Lotería se sobrevaloran. Especialmente estos que mencionamos, fuera de los primeros diez. Es cierto que en estos años hemos visto a All-Stars siendo elegidos a esa altura, como el caso de Donovan Mitchell, Zach LaVine o el mismo Devin Booker (todos con el 13°), entre otros, pero las chances de que eso ocurra son bajas. Entre Booker (2015) y Mitchell (2017), el 13° del 2016 fue Gergios Papagiannis. Y luego del Draft del guardia del Utah, el 13° del 2018 fue Jerome Robinson. Jugadores que ya están afuera de la liga o en camino a eso.

Lo mismo podemos decir del pick 11°. Sí, en estos años han caído allí jugadores del calibre de Klay Thompson, Domantas Sabonis o Shai Gilgeous-Alexander. Pero también Malik Monk, Doug McDermott, Michael Carter-Williams, Meyres Leonard, Cole Aldrich, Terrence Williams, Jerryd Bayless, Acie Law... en fin, está claro que esa clase de selecciones están lejos de representar una garantía de estrella, que haga que apostar por un jugador relativamente probado y con potencial de buen complemento, resulte un error fatal.

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En este sentido, hay dos nombres en este Draft 2021 que entran en un molde similar al de Johnson. Uno es el de Davion Mitchell, quien si bien viene de ser una de las estrellas de la 2020-2021 en la NCAA con el campeón Baylor, es visto como alguien sin tanto potencial debido a su edad (cercano a los 23 años) y falta de estatura (1,86). 

De todas formas, el caso que realmente se asemeja al de Johnson es el de Corey Kispert, alero tirador surgido de Gonzaga, de ya 22 años. Nadie ve futuro de estrella en Kispert, con claras limitaciones a la hora de crear su tiro, pero como están demostrando estos Suns, hay mucho valor en conseguir jugadores secundarios que brillen dentro de un rol definido. Los Pelicans, dueños del 10° pick, necesitan tiradores alrededor de Zion. Los Warriors, quienes tendrán el 14° pick, están listos para competir en el corto plazo, por lo que un jugador más veterano (al menos para la norma de un rookie) parece ideal. O incluso conjuntos que ya están en zona de Playoffs como Charlotte (11°), Indiana (13°) o Washington (15°) podrían beneficiarse de un perimetral de sus características.

Y es que por más trabajo de investigación que se ponga detrás, el Draft muchas veces termina siendo una apuesta a ciegas, sobre jugadores de 18 o 19 años en plenos proceso de formación. Con eso en mente, prender una pequeña luz en la oscuridad y optar por jugadores más probados, aún con sus limitaciones, no debería ser visto inmediatamente como un error de concepto. Cam Johnson es prueba fehaciente de ello.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Juan Estevez Photo

Juan es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.