Tras cinco años sin mucho brillo como jugador en la ABA, George Karl pasó rápido a los bancos. Con 28 años era entrenador asistente de los San Antonio Spurs y en la 1984-1985 recibió su primera oportunidad como entrenador jefe con los Cleveland Cavaliers.
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Una carrera en la que estuvo al frente de los Cavs dos temporadas y otras dos en los Warriors. Su paso por el Real Madrid llegó antes de tomar el banco donde ganaría relevancia, el de los Seattle SuperSonics. Tras la etapa junto a Gary Payton y Shawn Kemp, Karl firmó por los Milwaukee Bucks y se quedó a una victoria de las Finales de la NBA. Los Nuggets fueron su siguiente destino, desde 2004 hasta 2013, y su última experiencia fue en Sacramento entre 2014 y 2016.
"Tengo muchos amigos que siguen entrenando. Dwyane Casey, Terry Stotts, mi hijo... Paso mucho tiempo haciendo de mentor, voy a los entrenamientos. Hay gente del básquet que viene a Denver a menudo. Comemos juntos, veo sus entrenamientos, hablamos. Sigo involucrado con el básquet, lo amo. Ha sido muy bueno y amable conmigo", dijo Karl en una entrevista con Planeta NBA.
"Creo que si no tuviese una hija de 15 años probablemente intentaría entrenar. Pero he comprometido los dos años de instituto que quedan y seguramente no entrene en estos años. Si estoy sano, quizás en un par de años vuelvo a entrenar. No sé si quiero entrenar en la NBA, pero sí sitios como Europa o Australia. Me encanta Europa, viví dos años allí y creo que podría hacerlo de nuevo", señaló Karl recordando su etapa en Madrid.
"(Hago) tres, cuatro o cinco llamadas de Zoom por mes con algún equipo de la NBA o la NCAA. Doy muchas charlas, hablo mucho de liderazgo, juego en equipo y, en mi caso, por ser un superviviente del cáncer. No estoy aburrido, pero no estoy muy ocupado. Busco una nueva aventura para el futuro".
Al igual que LeBron James y su sueño de compartir futuro en la NBA con su hijo, Karl no descarta una conexión con su hijo Coby, entrenador en los Southbay Lakers. "Ese sería el mejor regalo del juego. Ser el asistente de Coby o viceversa sería lo mejor. Si pudiese acabar mi carrera con mi hijo sería fantástico".
"Un día me levanto y quiero básquet. El día siguiente me levanto y quiero que mi país se encuentre a sí mismo antes de que hagamos algo loco o estúpido", cuenta Karl sobre la reanudación de la liga. "Hasta el 31 de julio no jugamos, ¿por qué? Si lo vamos a hacer, ¿por qué no podemos hacerlo antes? Va a ser diferente, pero sigue siendo básquet. Estoy seguro que la NBA sabrá presentarlo de una manera positiva. Ojalá todo el mundo termine sano".
También tiene opinión sobre si el ganador de esta temporada tendrá asterisco. Lo tiene claro:
"Siempre va a haber un asterisco. Siempre hay alguien que dice que no es una temporada real. Pero voy a ser sincero, va a ser más difícil ganar este título que ganar uno normal. Sin fans, sin ruido en las gradas, una sociedad convulsa en Estados Unidos. Una situación racial en el país. Ojalá el deporte pueda unir al país en una manera positiva".
"Si tienes a Popovich y a Phil Jackson discutiendo sobre si es legítimo o no... Mientras tanto los que no tenemos ningún campeonato estamos contentos con lo que está sucediendo".
"Mi primer recuerdo de mi carrera es perder la final del estado, perder en la Final Four de la NCAA, perder en la final NBA, perder en la final del torneo Europeo. He llegado en varias ocasiones a la cima pero nunca he ganado. Hay momentos en los que me falta algo en mi carrera. El 99% de las veces no, celebro mi carrera. He tenido una gran carrera, pero ¿por qué no he podido ganar nunca un campeonato? Sostener una vez un trofeo", lamenta el todavía en activo entrenador, aunque sin equipo.
"Cuando estás en la NBA juegas 82 partidos y a veces te pierdes en la rutina, pierdes lo importante", confiesa. "Por eso siempre me ha gustado traer a otro entrenador para decirme lo que pensaba. Prefiero estar fuera de la caja que dentro de ella. Prefiero entrenar de forma diferente a lo que la mayoría de gente suele hacer".
"En ese momento fue dinero. El Real Madrid me ofrecía más dinero del que me ofrecían en la NBA", reconoció sobre su marcha al Madrid, al que alaba y recuerda con cariño. "North Carolina es la mayor fraternidad que existe. Todos nos queríamos y apoyábamos el proyecto. Y el Madrid es una organización tradicional mundial, con muchos títulos. Cuando Lolo me pidió ir estaban en una situación de malos resultados y confiaba en poder dar trofeos. Y estoy contento porque el año que volví a la NBA creo que ganaron, asi que creo que aporté algo. Mi etapa en el Madrid me ayudó a madurar".
Karl es considerado un entrenador ofensivo que ya en la década de los 90 introdujo conceptos revolucionarios con los Sonics y después con los Bucks. Pese a que los primeros eran defensivos, también eran un enorme bloque de ataque. Mientras, los de Milwaukee eran unos especialistas ofensivos como pocos cerca de la gloria.
"Creo que mucho de lo que hicimos en Seattle conduce a lo que se juega hoy. Básquet sin posicionamiento, todo el mundo juega. Es simplemente jugar al básquet y ser listo. Pero no solo mi equipo. Mira a Chicago. Todos tenían una altura parecida. ¿Y quién era el base? Pippen, Jordan, Kukoc... Todos eran grandes creadores de juego".
"Nos hemos vuelto locos con los triples porque los analistas dicen que hay que tirar de tres. Pero a ningún entrenador le gustan los malos tiros. En Estados Unidos todavía lo estamos resolviendo, pero creo que el básquet europeo tiene un mejor equilibrio con los triples que muchos equipos NBA".
Por supuesto, también comentó la famosa escena de "The Last Dance" en la que Michael Jordan habla del saludo esquivado por el entrenador durante las Finales de 1996:"He estado con Michael 10 veces desde entonces y nunca me mencionó la escena. Michael tiene eso en el ADN. Va a tomarse algo de forma personal para elevar su juego. Pero estábamos en las Finales de la NBA, ¿necesitas algo para elevar tu juego? Recuerdo estar en el restaurante y él dice que no le saludé. Ese no soy yo, no soy así. Dice que no le saludé, pero él tampoco vino a saludarme".
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.