Bienvenidos a una nueva edición de "La Posesión", una sección en la cual el Staff de NBA.com analiza una posesión en particular de determinado partido de la temporada, revelando detrás de ella un significado mucho más grande del que parece.
En esta oportunidad, ponemos en el foco en el increíble tapón que Giannis Antetokounmpo colocó a Deandre Ayton en el Juego 4 de las Finales de la NBA y que resultó clave para que Milwaukee Bucks empatase la serie tras vencer 109-103.
El dos veces MVP protagonizó la imagen de la jornada y que puede terminar convirtiéndose en la secuencia de los Playoffs por su vistosidad e importancia. Con 2-1 en la serie a favor de Phoenix Suns, una victoria para cualquiera de los dos equipos habría tenido una serie de consecuencias muy diferentes en el desarrollo de los acontecimientos. El griego fue el protagonista de la acción que definió el cuarto encuentro y que posibilitó el triunfo de los de Wisconsin.
MÁS | 10 observaciones de la victoria de Milwaukee Bucks en el Game 4 de las Finales NBA sobre Phoenix Suns
"Fue una jugada de lucha. Para ser honesto, pensé que me iban a hacer un póster. Pero ya sabes, es la recta final hay que hacer lo que sea necesario para ganar el partido. Simplemente hay que colocarse en una posición en la que pueda vencer. Vi venir la jugada. Vi que Devin iba a lanzar el pase y yo solo tenía que saltar verticalmente hacia el aro. Así que fue una gran acción de esfuerzo", analizó el jugador de los Bucks.
La Posesión:
Análisis
Los Suns inician la jugada con un set muy habitual en el equipo de Monty Williams, el cual repitieron una y otra vez durante el Juego 4 para sacar la máxima ventaja del gran momento de Booker. Este se fundamenta en una falsa situación de cuernos donde Ayton y Crowder ocupan el poste alto y siempre recibe el balón el jugador colocado en el lado opuesto al escolta. Automáticamente, el interior sin balón bloquea al #1 de Phoenix para que este reciba la bola en mano en mano y lance al aro, continue hacia el aro o bien conecte con Ayton en caída, que es lo que termina sucediendo finalmente.
Los de Arizona realizaron esta acción hasta la saciedad, saliendo siempre Booker a recibir desde el extremo derecho, lo que favorece que ataque a su mano buena y que pueda lanzar en suspensión con buena proyección, por lo que Milwaukee sabía perfectamente donde podía acabar la pelota.
MÁS | Khris Middleton y otra actuación heroica que ratifica su imprescindible papel de estrella en Milwaukee Bucks
La defensa de Milwaukee en un principio está lista para un bloqueo directo. Middleton persigue al balón para evitar el lanzamiento, dejando como únicas opciones posibles la penetración y el pase. Mientras, Giannis centra su atención en la bola, retrocediendo poco a poco conforme el manejador avanza para reducir el espacio que este percibe y poder llevarlo al error.
En un momento concreto el griego detecta que va a haber un alley-opp, por lo que se gira al instante, evitando realizar un choque de cara a la bola que habría sido inútil por la parábola, y realiza un segundo esfuerzo con un salto tremendo.
Lo destacable de la acción de Giannis desde un punto de vista físico y biomecánico es que es capaz de realizar el salto en movimiento, no de manera vertical y a dos pies como suele ser habitual, tanto por memoria muscular como por rapidez a la hora de ejecutarlo.
Antetokounmpo hace efectivos sus 2,21 metros de envergadura ante los 2,27 de Ayton, cuyo punto más alto de elevación es superior al del griego, lo cual le permite al defensor coincidir con él justo en la caída del atacante, el momento más crítico y de mayor fuerza para el de los Bucks.
¿Por qué importa?
Más allá de la complejidad técnica y física de la acción protagonizada por Giannis Antetokounmpo, merece la pena detenerse en esta jugada porque terminó convirtiéndose en un punto clave en el desarrollo de los acontecimientos. Una de esas secuencias que cambian el sino de un partido y sirven para que el equipo que la realiza reciba un extra de motivación para los instantes finales.
Con apenas 1:14 restantes para concluir el duelo, Devin Booker lanza un balón a la estratosfera con destino Deandre Ayton, quien aparentemente solo ha de empujarlo hacia abajo. De entrar, los Suns empatarían el partido a 101, dejando el duelo en un pañuelo. De repente, Giannis aparece de la nada para colocarle un tapón al bahameño y los Bucks retoman el control de la bola gracias a la rápida reacción de PJ Tucker. Milwaukee sale a la contra y entrega el balón a su mejor jugador en ese momento, Khris Middleton, que intenta sin éxito un tiro desde la media distancia.
MÁS | Pat Connaughton, la figura silenciosa del triunfo de Milwaukee Bucks
Aunque el marcador no se ha movido y tan solo el tiempo ha sido consumido, la sensación de ansiedad y de urgencia para los Suns es aún mayor. Con la bola en manos de Chris Paul para jugar el bloqueo directo, el gran trabajo defensivo de Jrue Holiday como del propio Giannis hacen posible que el base rival pierda la bola y, ahora sí, Middleton anote el doble que les otorgue la victoria.
La posesión del tapón de Antetokounmpo a Ayton importa porque muestra cómo ha evolucionado la serie más allá del básquet, concretamente en el aspecto mental. Los que parecían derrotados tras los dos primeros partidos ahora se muestran como los grandes ganadores, motivados y unidos en torno a una idea y objetivo. La reacción de los dos conjuntos al tapón tanto en el instante por el lenguaje corporal como más tarde en la resolución de las siguientes posesiones, revela que la eliminatoria ha dado un giro de 180º en cuestión de días.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.