Joel Embiid volvió a las canchas luego de una ausencia de nueve partidos, producto de su lesión en el dedo anular de la mano izquierda y ayudó a que los Philadelphia 76ers se impongan con claridad sobre los Golden State Warriors por 115-104, alcanzando así su sexta victoria en los últimos siete compromisos y subiendo al quinto puesto de la Conferencia Este.
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Los números de Embiid fueron excelentes en su regreso. El camerunés jugó 26 minutos y terminó con 24 puntos, 10 rebotes, 1 asistencia y un súper efectivo 9-13 de cancha, en una noche en la que decidió utilizar el número 24 (normalmente es el 21), como un homenaje a Kobe Bryant.
Más allá de las estadísticas, ¿qué dejó la vuelta de Embiid? Lo repasamos a continuación.
Al poste
Uno de los datos más curiosos de su regreso fue que contra lo que podía esperarse, jugó mucho más interior que en otras ocasiones, sin escaparle al contacto físico. Embiid recibió constantemente en el poste bajo, desde dominó sin problemas a los distintos defensores que le fue proponiendo Steve Kerr.
🎥 @JoelEmbiid came back. Wore number 24. And he scored 24. pic.twitter.com/aHUDwoNMK8
— Philadelphia 76ers (@sixers) January 29, 2020
Apenas tomó 3 triples, mientras que todos sus intentos de dos llegaron en las inmediaciones de la pintura o con alguna mediavuelta luego de postearse. Fue agresivo, aprovechó su ventaja física y la eficacia de su actuación le da el visto bueno. ¿Será un cambio de un solo partido o veremos a un JoJo más interior en lo que resta de 2019-2020?
Manos inseguras
En el debe de la noche de Embiid estuvo el tema pérdidas: entregó 5 balones en 26 minutos en el campo. Más allá de que siempre ha sido un jugador algo inseguro en el manejo de la bola, el estar aún recuperándose de una importante lesión en la mano de apoyo, no deja de ser un factor que claramente le va a jugar en contra. De todas maneras, está claro que el saldo de su partido fue altamente positivo.
Ritmo en alza
Una de las preguntas que rodeaban al retorno de Embiid tenían que ver con el ritmo de juego. ¿Cambiaría Philadelphia la velocidad de su juego, al volver a tener una referencia tan clara en la pintura? La respuesta fue sí, pero para el otro extremo de lo que se esperaba: los Sixers jugaron más rápido de lo que lo venían haciendo sin su pivote titular.
El duelo de ayer ante los Warriors vio a los 76ers con 103 posesiones ofensivas. Mientras que en los nueve compromisos sin Embiid, promediaron 96 posesiones. Una buena señal para los de Brett Brown, quienes por la configuración de su ofensiva, necesitan dañar en transición como para transformarse en una mayor amenaza.
Simmons en baja
Aunque el ritmo no se resintió e incluso se potenció, el que sí bajó su nivel fue Ben Simmons. El australiano terminó con 17 puntos, 5 asistencias y 4 rebotes, con un 4-11 de cancha. ¿En los nueve juegos sin Embiid? Promedió 21,6 puntos, 9,3 rebotes, 7,9 asistencias y un fenomenal 65% de cancha.
Con todo lo positivo que significa haber recuperado con victoria a su máxima figura, el rendimiento de Simmons debe preocupar a los Sixers. A esta altura, tenemos una muestra suficientemente grande como para asegurar que el base se siente mucho más cómodo jugando sin el camerunés, que cuando lo hace con él en cancha. Sencillamente no parecen ser compatibles. Lo cual teniendo en cuenta que son las caras del presente y futuro de la franquicia, no deja de ser un dato muy significativo.
Sin relevo en el banco
Como sucede habitualmente, Embiid salió con Al Horford a su lado y Brown tomó una decisión clara con su rotación: fue alternando a ambos internos durante diferentes tramos del encuentro, al punto tal que ninguno de los pivotes suplentes de los Sixers vio acción.
La estrategia no funcionó nada mal. Los Sixers tuvieron un +6 en el tramo en el que Horford estuvo varios minutos sin Embiid durante el segundo cuarto y un +3 cuando la situación se repitió en el cuarto parcial. Veremos si se mantiene o fue circunstancial.
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