Hasta que Toronto Raptors ganó el título de 2019, la consideración pública de Kyle Lowry era casi de perdedor para muchas voces. Adjudicar fracaso o éxito a un profesional de la NBA por el hecho de levantar o no el trofeo Larry O'Brien se antoja cuanto menos exigente. En su caso, Lowry estaba en los focos por las rondas perdidas ante los Cavaliers de LeBron James, y ese anillo frente a los Warriors sirvió para que la esfera pública cambiase la etiqueta del base. Pues bien, algo similar ocurría con Jrue Holiday, quien ha necesitado superar la treintena y ganar en Milwaukee Bucks para recibir el reconocimiento merecido.
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A Lowry se lo marcaba de forma equivocada como perdedor, pero recibía la atención de las masas por jugar año tras año en Playoffs. Para Holiday ha sido distinto. Debutó en un interesante proyecto de Philadelphia 76ers, donde consiguió el único All-Star de su carrera, que rápidamente lo cambió todo por "The Process". Después, un mercado pequeño como el de Luisiana para ser el escudero de Anthony Davis en New Orleans Pelicans. Y ya con 30 años fue traspasado a Milwaukee, lugar donde encuentra el escenario más competitivo de su carrera.
Holiday ha sido un infravalorado lejos de los grandes focos. Elogios de compañeros y entrenadores, de prensa especializada y de los seguidores más férreos del básquet. Sin embargo, su nombre nunca aparecía entre los principales. Tampoco le importaba, pero ahora sí está en esa posición. Holiday le costó cinco primeras rondas a los Bucks y podemos decir que el precio se ha quedado hasta corto. Pasar de Eric Bledsoe a la seguridad que trae este jugador. La defensa, la creación de juego y la toma de decisiones.
Si hay un factor diferencial de los Bucks que se estrellan en 2020 a los que triunfan en 2021, es sin duda Jrue Holiday.
Jrue siempre fue un jugador muy destacado a todos los niveles. Pese a no destacar por el tamaño o la anotación, este combo guard le gustaba a los entrenadores por su entrega y compromiso siendo ya muy joven. Sereno, competitivo y comprensible. En instituto dejó muestras de su liderazgo, tanto de ejemplo como de cariñoso calor. Un competidor desmedido al servicio del equipo, cuyo carácter fue madurando para ser un referente para el grupo.
Apenas dudó Doug Collins, su segundo entrenador en la NBA, en darle las riendas de los 76ers cuando era sophomore. Tenía premios y reconocimientos como defensor de elite en instituto y universidad, jugando un único año en UCLA; gran talento como líder; y capacidad de impactar en los partidos. Collins captó el carácter del joven, por entonces de apenas 20 años, y lo situó como titular con más de 35 minutos por noche. Entre la 2010-2011 y la 2012-2013, los tres años que fue base titular de Philadelphia, promedió 15,1 puntos, 6,4 asistencias, 3,9 rebotes, 1,5 robos y 37% en triples en 35,7 minutos.
Entonces enseñó ya la principal característica de su juego, esa que tanto destaca en las Finales NBA 2021: la defensa. Los robos a Devin Booker, las manos fuertes, rápidas y precisas. Un incordio capaz de defender a Chris Paul o a Kevin Durant. Especialista en el cambio defensivo como pocos en la liga de la versatilidad.
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— NBA Spain (@NBAspain) July 18, 2021
Fue elegido en el mejor quinteto defensivo en 2018 como jugador de los Pelicans; repitió en 2019, todavía en New Orleans, aunque en el segundo quinteto; y volvió este 2021 junto a su compañero Giannis Antetokounmpo al mejor quinteto defensivo de la NBA. Y Holiday podría haber entrado antes y sumar más elecciones. En su caso se trata de un tipo que siempre ha entrenado muy duro y mostrado maneras de veterano cuando apenas era un joven con los Sixers.
Ladrón de guante blanco. Defensor de elite, el mejor de todos cuando nadie habla de él. Infravalorado como pocos por estar alejado de los focos. De hecho, jugadores como Lonzo Ball, Bradley Beal o Andre Iguodala lo han catalogado como el más infravalorado de la NBA.
La historia de Jrue es la de un enamorado del deporte. De un tipo tan silencioso como competitivo, de corazón enorme y humildad superior a la figura de su talento, hablando de un combo de enorme nivel. Las estadísticas reflejan una parte reducida de su impacto, pero las cifras de carrera, si filtramos a 16 puntos, 6 asistencias y 1 robo por noche, solo las tienen otros 25 jugadores en toda la historia.
"Es un gran jugador de básquet. Sé que va a estar ahí cuando le necesitemos y no me preocupo por ello. Ha jugado muy bien durante la temporada regular y en Playoffs ha estado ahí. Seguirá jugando bien para nosotros. No tengo dudas", dijo Khris Middleton, otro para el que también servía en su día la etiqueta de infravalorado, sobre su compañero. Lo mejor es que las palabras fueron cuando perdían las Finales por 2-0 ante Phoenix. Pero Middleton no dudó y el nivel de Holiday en los siguientes encuentros fue enorme para dar la vuelta a la eliminatoria.
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Ni es el mejor anotador, aspecto donde es inconsistente, ni es el mejor creador, ni el defensor más pesado. Sin embargo, Holiday es un playmaker de muy alto nivel, uno de los mejores combos atacando el aro y defensor de elite. Pocos hay en su posición que combinen todos sus atributos de juego, pero ninguno une todas esas características junto a la humildad que lo marcan.
Así, tras series fantásticas en el pasado, como la que le enfrentó a Portland y Damian Lillard en 2018, y años compitiendo fuera de los focos, Holiday gana el título de la NBA en un mercado pequeño, al lado del brillo del MVP de las Finales, Giannis, pero con una contribución fundamental por su parte. Jrue lo merece todo. Nunca ha renunciado a ser como él es y la vida le ha dado aquello que tanto merece.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.