La pizarra: La clave que hace a Toronto Raptors un equipo molesto en defensa

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La defensa es una de las partes más complicadas de poner en valor del básquetbol. Resulta ambigua, enrevesada y depende de muchos factores en los que la lógica no solo es si el rival anota en esa posesión o no como en la ofensiva. Es un trabajo de desgaste, de adecuar el timing al plan de partido y estar preparado para las reacciones del ataque, que siempre va un paso por delante a la defensa.

Por otro lado, hay quienes reducen el impacto defensivo al esfuerzo individual (o colectivo) a una suerte de implicación y ahinco por el cual hacer fracasar al contrincante. Hecho que, sin dejar de ser cierto, se queda corto para poder llegar a comprender este importantísimo aspecto del juego que marca la diferencia entre la victoria y la derrota o, al menos, ayuda a decantar la balanza a uno u otro lado.

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Se ha asumido que los equipos defensivos son necesariamente conjuntos lentos, de ataques medidos y con jugadores poco habilidosos, en contraste, los Toronto Raptors representan el contrapunto a este prejuicio. Un equipo rápido, vertiginoso y que no teme aprovechar cada mínimo espacio para elevarse desde la larga distancia. Equipados con un elenco de jugadores de corte medio, los canadienses han suplido el adiós de Kawhi Leonard conformando un grupo muy unido, que responde al unísono en todos los sentidos, actuando de manera homogénea. Así se explica que apenas haya habido una alteración notable en el balance de la presente campaña, pues tras 64 encuentros de regular tienen el mismo registro que el curso anterior (46-18).

La razón se esconde en su defensa, la cual se ubica en el segundo lugar dentro de toda la NBA, solo superada por los Milwaukee Bucks. Los canadienses han encajado 104,9 puntos en contra por cada 100 posesiones a lo que hay que sumar que han dejado a sus rivales en un 42,8% de media en tiros de campo por el 45% que ellos han conseguido promediar en ataque. La faceta camaleónica del equipo se ha producido como resultado de las constantes bajas a las que han tenido que hacer frente, pues Siakam (11), Lowry, (12), Ibaka (14), VanVleet (16) y Gasol (28) se han perdido un número considerable de partidos sin que esto haya afectado lo más mínimo a la estructura defensiva del equipo.

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¿Cómo lo han conseguido? Su identidad defensiva es cambiante con algunos patrones fijos. Mientras hay equipos como Rockets o Lakers que siempre mantienen una clara pauta en la defensa colectiva e individual, los Raptors han ido mutando dependiendo del rival. Esto que puede resultar obvio adquiere una importancia mayor en los canadienses, yendo de la zona a las defensas agresivas en trap pasando por estructuras complejas para el poste bajo o su efectiva permisividad de los lanzamientos en esquina que tanto rédito les ha dado. 

Sin embargo, hay un aspecto de su defensa que se ha mantenido más o menos inalterable, como el eje fundamental de su entramado: el balance o transición defensiva.

La transición es la manera más sencilla de anotar dentro del baloncesto, permite atacar cuando la defensa no está posicionada y, dependiendo del caso, incluso en superioridad numérica. Este aspecto ha adquirido especial relevancia y peso en el último lustro por el incipiente uso del triple y expansión de las áreas de juego, haciendo que cada vez más jugadores se atrevan a intentar un lanzamiento que antes estaba completamente vetado.

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Dentro de esta parcela del juego el equipo entrenado por Nick Nurse ha permitido apenas 18,2 puntos, el décimo mejor registro de la liga, pero que representa apenas un 5% del total de puntos recibidos por encuentro (106,5). En este caso no es tanto el volumen encajado como el rédito que sus rivales han sacado de ella, pues aunque es una jugada de alto porcentaje solo han recibido un 50% de acierto de los intentos de sus oponentes, el quinto mejor número de toda la NBA que contrasta con otros contendientes como Lakers (20,7 puntos, 51,2%), Rockets (24 puntos, 56.2%) o 76ers (18,9 puntos, 53,6%). A esto hay que añadir que son la séptima mejor defensa en contraataque, permitiendo 12,6 tantos por noche, una mejora de 1,3 puntos respecto al curso anterior y que la pasada temporada les ubicaba en 15º lugar de la NBA.

Los Raptors son, de hecho, uno de los conjuntos que más se esfuerzan en defensa, recorriendo una media de 13 kilómetros por encuentro en este apartado del juego y llegando a puntear 62,8  de los 88,5 intentos por partido que realizan sus rivales.

Echemos un vistazo de cerca a los entresijos de la defensa en transición del equipo canadiense y el motivo de su éxito.

Toronto arriesga mucho y tiene perfectamente estructurado el cambio de fase de ataque a defensa y pese a ser uno de los equipos menos peligrosos en el rebote ofensivo de la liga (25,9% del porcentaje disponible) son capaces de forzar una media de 16,8 pérdidas por partido a sus rivales, buena parte de ellas se producen en este tipo de acciones. Siguiendo una idea bastante clásica del baloncesto, tratan de ralentizar al máximo la salida de balón presionando al reboteador o subidor de balón, permitiendo a los cuatro jugadores que le acompañan que puedan transitar hasta la pintura e impedir una canasta fácil. Esta tarea recae en los bases como Lowry y VanVleet, ágiles e inteligentes con el uso de las manos. 

En caso de que no consigan robar o frenar en ese primer intento, entra en juego la segunda línea que va desde un punto de vista más agresivo, saltando antes de cruzar medio campo, y siempre orientando a una banda, preferiblemente aquella donde haya más compañeros para limitar aún más el espacio. La clave de todo balance defensivo exitoso es limitar al máximo el espacio a ocupar por el ataque, hacer de la desventaja de defender en movimiento algo de lo que aprovecharse y en eso los Raptors son únicos. 

Si ninguna de esas dos premisas consigue su objetivo de 2 a 3 jugadores frenarán el avance del manejador a la altura del tiro libre, con un continuo trabajo de fintas con el que tratar de que este cometa un error ante la percepción del espacio. Esto fue llevado a la máxima expresión durante la serie frente a Milwaukee Bucks donde consiguieron desesperar a Antetokounmpo haciendo colapsar la pintura y cerrándose alrededor suyo. Una propuesta arriesgada fruto del estudio del resto de equipos y sus tendencias.

Llegado el caso, Nurse incluso ha apostado por formaciones que acaben derivando en defensas zonales previo trap a balón, con el objetivo de castigar no solo la circulación rápida a través del pase, sino el bloqueo directo, aumentando las posibilidades de defender con éxito la pintura. 

Los canadienses defenderán el título en la reanudación de la temporada el próximo mes de julio. Si en los Playoffs los ataques tienden a templarse y a jugarse mucho más lento, los Raptors van a tener una oportunidad única de exprimir al máximo a los equipos contrarios, poniendo en marcha estrategias muy variadas en el balance defensivo limitando como pocos las canastas fáciles.  

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.