Las cinco conclusiones que nos dejó el primer choque entre Luka Doncic y Zion Williamson

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Doncic Williamson

El Dallas-New Orleans de este miércoles no solo fue uno de los mejores partidos de la temporada, sino que también nos dejó el primer cruce, de los muchísimos que seguramente veremos a lo largo de la historia entre Luka Doncic y Zion Williamson.

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Más allá de la victoria de los Mavericks por 127-123 en suplementario, les proponemos analizar qué dejó el partido, enfocando específicamente en Luka y Zion. Virtudes, cuestiones a corregir, encaje en sus equipos y más. 

Presencia en el clutch

Luka Doncic vs. Pelicans

Doncic anotó 9 puntos en lo que definimos como clutch, contando los últimos cinco minutos del último cuarto y la totalidad de la prórroga. Williamson sumó 5, aunque dos de ellos llegaron con Dallas al frente por 125-121 con 13 segundos en el reloj y permitiéndole al novato un doble fácil, con la idea de evitar el triple.

Pero más allá de los números, el partido planteó una clara diferencia entre lo que uno y otro es capaz de hacer en los tramos decisivos. Al menos, en este momento de sus respectivas carreras.

Luka fue amo y señor de cada ofensiva de Dallas en el cierre. Zion, rara vez tocó si quiera el balón.

¿Lógico por las posesiones que ocupan en cancha? Puede ser, pero uno de los próximos pasos que deberá dar Williamson, tendrá que ver con poder ser decisivo en esos momentos de los encuentros. A lo largo de la historia, es allí donde los mejores internos han marcado la diferencia, con respecto a otros con muchos números pero poca sustancia.

Algo de eso vimos en Zion en un par de jugadas consecutivas en el suplementario: primero, con un gancho para empatar el marcador en 118 y luego, siendo agresivo y sacándole una falta a Maxi Kleber. Aunque no lo sostuvo en el resto de los minutos, fue una muestra de cómo puede ser determinante, también en finales apretados.

Tramos cortos para Zion

Williamson

Está claro que para los Pelicans, el cuidado de Zion es mucho más importante que una victoria o una derrota en esta temporada. No quiere decir que menosprecien esos resultados, pero es un hecho que la prioridad pasa por permitirle el mejor desarrollo posible, a quien está destinado a ser la cara de la franquicia por años.

Por eso, no sorprende que Gentry siga utilizando a Williamson en tramos cortos de los partidos, buscando evitar la fatiga y una suba en el riesgo de una lesión. Lo vimos en el último cuarto (salió restando 6:22 y volvió con 3:43) y también en la prórroga (la empezó en el banco y regresó restando 1:44). De hecho, de no haber sido porque Brandon Ingram cometió su sexta falta, quizá ni siquiera hubiéramos visto al novato en cancha durante el suplementario.

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¿Será esta la realidad del ex Duke apenas durante esta campaña o una tendencia en los primeros años de su carrera? Imposible de saberlo a esta altura, pero la decisión de New Orleans parece ser inamovible. Van a tratar de arriesgar a su joya lo menos posible, aún en partidos fundamentales para sus chances de Playoffs.

Ajustes contra la bestia

Porzingis Williamson

En el partido anterior de New Orleans, vimos como Minnesota apostó por una defensa zonal, cuando llegó a la conclusión de que no podía defender uno contra uno a Williamson. La táctica funcionó, el rookie no encontró espacios y los Wolves terminaron llevándose la victoria.

Esta vez, no vimos demasiada zona de parte de Dallas, pero sí un plan muy claro para contrarrestar la potencia de Zion: un Kleber jugándole físico, manteniendo la verticalidad y trabando sus lanzamientos, para darle tiempo a Kristaps Porzingis de abandonar a su hombre y acudir en una doble-marca tardía.

Con esa decisión, los Mavs complicaron a Williamson durante buena parte del juego y terminaron tapando cinco de sus lanzamientos. La pintura estuvo bastante más cerrada para el de Carolina del Norte que en otras noches.

Zion

Sus rivales empiezan a encontrar distintos caminos, como para que el dominio de Zion no se haga insostenible.

Luka tiene su ladero

Porzingis

La mejor noticia que se lleva Dallas de esta noche, pasa por una confirmación: la dupla Doncic-Porzingis no solo funciona, sino que está empezando a lucir dominante.

Luego de un período lógico de adaptación, sobre todo teniendo en cuenta el tiempo que llevaba alejado de las canchas, el letón está atravesando el mejor momento de la 2019-2020 y uno de los mejores de su carrera. Viene de ser elegido como el Jugador de la Semana pasada y este miércoles tuvo un rendimiento brillante contra los Pelicans, en ambos costados del campo.

Que Luka y KP hayan abierto...

... y cerrado el juego con una combinación perfecta, habla a las claras de cuánto ha progresado el tándem.

De más está decir que Zion todavía no ha encontrado ese escudero, más allá de la buena química que muestra con Lonzo Ball. Todavía es temprano para eso, por supuesto.

Aporte defensivo

Doncic Williamson

Así como Williamson deberá eventualmente ser más decisivo en el clutch, queda claro que su principal defecto pasa por el costado defensivo. Pedirle que se transforme en un defensor dominante de la noche a la mañana, es injusto. Pero debería tomar una página del libro de Doncic como para poder ayudar a su equipo.

Luka no es un gran defensor. Ni siquiera es uno que pase del promedio de la liga, si es que llega a eso. Pero tiene la inteligencia y la capacidad suficiente como para 1) esconder al máximo sus defectos y 2) al menos ayudar a su equipo en un rubro: en su caso, el rebote (bajó 17 ante New Orleans y 9 entre el último cuarto y la prórroga).

Zion necesita encontrar ese nicho en el campo propio. Ya no pensar en ser ese marcador de cinco posiciones a la LeBron, sino al menos tener un área en el que sea realmente importante para los Pelicans. ¿Tableros?, ¿defensa perimetral?, ¿robos?, ¿tapas?, ¿poste bajo? Cualquiera sería un avance.

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Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Juan Estevez Photo

Juan es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.