Manu Ginóbili y Michael Jordan compartieron apenas una temporada NBA en sus carreras: la 2002-2003. La primera de Manu en Estados Unidos y la última de MJ, ya en su etapa con los Washington Wizards.
Durante esa campaña, los futuros campeones Spurs y los Wizards se vieron las caras en dos ocasiones, repartiéndose una victoria por lado.
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El primer choque se dio el 21 de diciembre del 2002, en San Antonio, con triunfo de los de Popovich por 92-81, gracias a una buena tarea de Tony Parker (19 puntos). Jordan tuvo una noche apagada (16 puntos, 8-20 de campo), mientras que Ginóbili directamente no fue de la partida: un par de semanas atrás había sufrido un esguince de tobillo, que todavía lo tenía recuperándose afuera de las canchas.
Claro que el bahiense pensaba que tendría revancha, apenas 10 días más tarde. El 31 de diciembre, Spurs y Wizards volvían a verse las caras, ahora en Washington. Y esta vez, Ginóbili se encontraba a disposición de Pop.
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Manu había vuelto a la acción en la noche anterior, durante una cerrada derrota en New York, pasando solamente 2 minutos en el campo.
"Venía de un esguince de tobillo. Incluso, había jugado brevemente, tal vez dos o tres minutos, el día antes en el Madison Square Garden. En aquel entonces, Pop no era el Pop de hoy y no les daba descanso a los jugadores en absoluto. Las posibilidades de jugar minutos importantes eran escasas, pero no nulas. Hubiera sido feliz con cinco o seis buenos minutos en los que tal vez, iba a poder marcarlo o quizá él podía defenderme. ¿Quién sabe?", relató Ginóbili sobre la anécdota, algunos años atrás, a través de su blog.
Sin embargo, el desenlace de ese segundo juego frente a Jordan, terminó siendo todavía más negativo para el argentino: pasó apenas 5 segundos en el campo.
"En mi mente, lo que sucedió esa noche fue más o menos así. El juego comenzó. Había entusiasmo en el aire. Nada en el primer cuarto, pero era previsible. Nada durante la mayor parte del segundo cuarto y desde ahí ya me estaba preocupando, pero cuando estaba a punto de irme para el vestuario, Pop se dio vuelta, me miró y me dijo: ¡Entrá! ¡Vas por TD!. Lo que recordaba era que había jugado alrededor de 7 segundos, no había tocado el balón y que MJ ni siquiera estaba en la cancha en ese momento. No importa. Es un juego de 48 minutos. Muy largo y faltaba una pareja segunda mitad. Voy a estar bien".
"Después del descanso me aseguré de que estaba listo para el resto del juego, estaba volando durante ese calentamiento, creo que incluso hice una volcada de molino una vez. Quizás hacia el final del tercer cuarto, pensaba que, al menos para darle un respiro a Bruce Bowen, podía jugar. No. No sucedió. El partido se mantuvo parejo en el último cuarto y Pop nunca volvió a usarme. Juego terminado. Derrota. No MJ. Sin historia interesante que contar. Muy pobre final del 2002".
Los Wizards se llevaron el triunfo por 105-103 (Jordan terminó con 17) y como lo recuerda el propio protagonista, Manu solo ingresó en la última posesión del segundo cuarto. Pero eso sí, la memoria del escolta falla en un par de detalles: no solo tocó la bola, sino que además Jordan sí estaba en el campo en esos cinco segundos, viendo incluso como el novato tomaba un triple desde mitad de cancha, sin chance alguna de ingresar.
¿Sabor a poco? Seguro.
Pequeña, pero una de las pocas cuentas pendientes que quedaron en la carrera del mejor jugador argentino de todos los tiempos.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.