Maya Moore, la estrella de la WNBA que puso un parate a su carrera deportiva para luchar por la justicia

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Maya Moore

Son tiempos de turbulencia social en todo el mundo y principalmente en Estados Unidos, donde el movimiento "Black Lives Matter" ("Las vidas negras importan") tomó más fuerza que nunca luego del asesinato de George Floyd a manos de la polícia de Minneapolis, Minnesota, en el mes de mayo, uno más de tantos que ocurren cada año.

La población, principalmente la integrante de las comunidades de color, salió a la calle a manifestarse contra la violencia institucional y la opresión por la que se sienten sometidos hace años. "Son años y años de disconformidad, de enojo, de frustración. Es una acumulación de muchas cosas que han pasado durante los últimos 400 años. Es el reinicio de un ciclo. La diferencia es que ahora tenemos cámaras y el mundo lo puede ver a través de videos. Pienso que la gente, mi comunidad, simplemente está cansada" , explicó Carmelo Anthony, uno de los deportistas afroamericanos más reconocidos, en la entrevista que protagonizó la semana pasada como parte del programa NBA Together.

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En este contexto es que varios deportistas han utilizado distintas plataformas de comunicación para expresarse con sus seguidores y difundir un mensaje de apoyo a "Black Lives Matter", sea desde las redes sociales, en la televisión, con donaciones o liderando protestas comunitarias en la calle.

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Las protagonistas de la WNBA, la liga profesional de básquetbol femenino de Estados Unidos, tomaron posición rápidamente.

Justamente una de las figuras principales de la liga y una de las mejores jugadoras del básquetbol femenino mundial en los últimos 10 años, Maya Moore, de Minnesota Lynx, había tomado una elección importante meses antes.

A comienzos del año 2019 la MVP de la temporada 2014, campeona de la WNBA en 2011, 2013, 2015 y 2015, All-WNBA desde 2012 hasta 2018 y campeona olímpica en Londres 2012 y Rio 2016 había anunciado que se tomaría un año sabático para poder enfocarse más en su familia y en sus actividades religiosas, como lo anunció mediante un texto publicado en el sitio The Players Tribune .

Maya Moore

Después del descanso, se esperaba que Moore regrese para enfrentar una nueva temporada con Minnesota, el equipo que la eligió con el pick número 1 del Draft en 2011, y para prepararse para el gran acontecimiento del básquetbol femenino a nivel mundial en el año 2020: los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero la alero nacida en Missouri en 1989 decidió que ahora su propósito era otro.

Luchar por la justicia

Maya Moore

La familia de Moore trabajaba con un programa religioso en las cárceles y allí el padrino de Maya conoció a Jonathan Irons, un hombre de Missouri encarcelado en 1998, acusado de asaltar una casa en 1997 y dispararle a su propietario, que sobrevivió, en la cabeza. Irons entonces tenía 16 años. Desde entonces estuvo en prisión, con una sentencia de 50 años de cárcel. "Yo soy el primero en admitir que no era un santo, un chico de coro de iglesia, era un delincuente juvenil, pero no cometí ese crimen", le dijo Irons al New York Times.

El caso judicial estaba teñido por la polémica: Irons sostenía su inocencia. Moore, que lo conoció en el 2007, y su familia lo acompañaban, visitándolo en prisión y acudiendo a las audiencias. Por eso fue en parte su decisión de tomar un año sabático más alejada del deporte, dejar pasar otra temporada de la WNBA, dejar pasar la chance de quizá sus últimos Juegos Olímpicos y enfocar su tiempo en ayudar al caso de Irons, en el que se sostenía que se había recolectado evidencia de huellas dactilares en el hecho del crimen que no pertenecían ni a Irons ni a la víctima y que en el proceso judicial no habían sido presentadas a tiempo. Un juzgado compuesto por un 100% de personas blancas había sido el que había determinado que  Irons era culpable.

Tampoco había evidencia de sangre o de otras huellas de Irons. No había un arma en la escena del crimen. Irons había sido simplemente visto en el barrio con la posesión de un arma de fuego en el día del robo. La evidencia principal era una supuesta confesión de Irons a un detective sobre que había ingresado a la casa pero no recordaba nada más porque estaba ebrio. No habían grabaciones y ni siquiera un cuaderno con notas de la confesión. Y el detective había fallecido debido a una enfermedad. Según Irons, lo único que confeso es haber rondado por el barrio ese día con posesión de un arma, pero no con una de calibre .25 como la del disparo.

"Mis ojos se abrieron cuando vi ese caso a los 18 años", declaró Moore a la prensa. Visitó a Irons en la cárcel y se formó un lazo de hermandad. Luego no tendría demasiado tiempo para ir a verlo, entre sus años en la Universidad de Connecticut, sus temporadas en la WNBA, sus pasos por China, España y Rusia, sus torneos con la Selección de Estados Unidos. Pero se mantenía en contacto por teléfono y le envíaba libros.

Entonces llegó el año 2016, en el que en el verano estadounidense ocurrieron varios crímenes vinculados a hechos de racismo y brutalidad policial. Las jugadoras de Minnesota Lynx, lideradas por Moore, salieron a la cancha en un partido en el mes de julio vistiendo canusetas que llevaban la frase "Black Lives Matter" y los nombres de Philando Castile (habitante de Minnesota) y Alton Sterling, asesinados por oficiales de la policía, el logo de la policía local de Dallas, que había perdido a cinco miembros asesinados por Micah Xavier Johnson, un ex miembro del ejército estadounidense que manifestó estar lleno de ira tras ver los asesinatos de Castile y Sterling. Las camisetas también llevaban la frase "Justicia y Responsabilidad" y "El cambio empieza por nosotros".

Esto despertó una ola de protestas similares en distintos equipos de la liga. Ese mismo 9 de julio de 2016, el mismo día que Minnesota vistió las camisetas por primera vez, cuatro oficiales de la policía local que estaban fuera de servicio y trabajando de forma privada como seguridad del estadio abandonaron sus lugares de trabajo en disconformidad. Poco importó. A Moore si la motivó todo esto: "Encontré mi voz". Y empezó a dedicarse a ayudar a Irons. Contribuyó con dinero de su bolsillo para contratar a los mejores abogados disponibles en Missouri, intentando lograr que se reabra el caso. Lo consiguió. Y la reapertura fue un éxito.

En marzo de 2020 el juez Daniel Green revirtió la sentencia de 50 años sobre Irons, manifestando que los fiscales habían omitido evidencia clave en el caso y que la defensa de Irons había presentado pruebas suficientes para demostrar que su cliente había sido acusado de forma incorrecta.

"Mi decisión de tomar un año sabático extra no fue solamente por este caso, pero obviamente esto estuvo en primer lugar en mi cabeza. Ahora espero a que termine todo para poder descansar un poco con mi familia", declaró Moore en el mes de Marzo.

Cheryl Reeve, entrenadora y gerente general de Minnesota Lynx, afirmó que el equipo la acompañaba. “En el útlimo año estuvimos en contacto frecuente con Maya sobre el gran trabajo ministerial y en la reforma de la justicia criminal en el que ella está totalmente comprometida. Estamos orgullosos de como Maya está luchando por la justicia y utilizando su plataforma para generar un cambio social."

"Siento que puedo respirar, que el peso del mundo ya no está encima mío, que tengo la chance de vivir. Ella (Moore) salvó mi vida. No tendría esta chance sino hubiese sido por ella y su maravillosa familia", le manifestó Irons al New York Times. Todavía no está en libertad, ya que el caso se encuentra en un circuito de apelaciones y contraapelaciones, pero por ahora todas ellas terminaron falladas a favor de Irons.

Cuando la ciudad de Minneapolis volvió a ser escenario de un caso de abuso de autoridad que terminó en un asesinato, Moore volvió a hablar. “Las raíces y la cultura de la esclavitud siguen presentes al día de hoy. Se muestran a través de la policía, de las malas decisiones judiciales, de numerosas cosas que sistemáticamente ocurren. Ahora mismo estamos teniendo nuestros ojos abiertos ante las malas noticias que suceden. Pero también pienso que ahora la gente puede abrir los ojos hacia las buenas noticias de lo que podemos hacer, en lo que podemos convertirnos, ahora que realmente estamos empezando a admitir donde estamos parados", manifestó en una entrevista en ESPN.

"Pienso en la situación de Jonathan y en como no lo veían como alguien digno de justicia y es el mismo problema de raíz de lo que ocurrió con George Floyd. No lo vieron como un ser merecedor de justicia y de dignidad. Entonces quedan en riesgo de tirar su vida a la basura. Ese es el problema de raíz que hay que modificar. Hay que reverenciar al ser humano, simplemente reconociendo que no venimos de un pasado que dignificaba y humanizaba a cada ciudadano. Todos tenemos la responsabilidad de hacer algo que mueva eso hacia adelante", expresó Moore ante la revista Time.

Una cancha en el centro de Taguig, Filipinas, lleva su estampa al lado de otra que tiene dibujado a LeBron James. Maya, una de los mejores en lo suyo, utiliza su plataforma para pelear por las causas sociales como pocos atletas en la historia. Enfocada en algo tangible como la liberación de una persona a la que cree que se la acusa de un crimen que no cometió, no simplemente colgándose de consignas que pueden terminar resonando vacías. Y su historia merece un reconocimiento.

Moore fue nominada al premio Muhammad Ali del deporte al servicio de la humanidad, que será entregado el próximo 21 de junio en la ceremonia de premios ESPY. El ganador podrá realizar una donación de 100.000 dólares al organismo que elija, mientras que los finalistas podrán donar 25.000 dólares. Además de Moore también se encuentra nominado Kevin Love de Cleveland Cavaliers, embajador de la lucha por la salud mental y el combate con la depresión y la ansiedad. Los otros ternados son Nelson Cruz, Devin McCourty y Jason McCourty de la NFL y Titus O'Neil de la WWE.

Las opiniones en esta página no reflejan necesariamente las opiniones de la NBA o sus clubes.

Autor/es
Agustín Aboy Photo

Agustín es productor de contenidos para Sporting News.