Michael Jordan no revolucionó solamente el básquetbol, también impuso una moda dentro y fuera de la cancha y se convirtió en un ícono deportivo que con el paso de los años sigue vigente. El estreno del documental “The Last Dance” nos hizo recordar a Su Majestad y todo en lo que influyó. Fue y es mucho más que un ícono del básquetbol.
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Con el avance de la tecnología y la ciencia que año con año dan pasos agigantados, las zapatillas de Jordan se transformaron y eso que hace algunos año pasaba, hoy ya no. Jordan las utilizó en las canchas durante toda su carrera, pero en el básquetbol actual son muy pesadas para jugar. Sin embargo, se convirtieron en un ícono de moda que muchos han vuelto indispensables para su vida diaria.
¿Cómo se dio el trato con Nike?
En un contexto completamente distinto, donde no había redes sociales y la televisión era el medio de comunicación dominante, en 1984 llegó alguien que se convirtió una súper estrella y trascendió fronteras. Sin embargo, en ese momento había algunas dudas del potencial de Jordan, deportivamente hablando. Y ni hablar del ícono que con el paso de los años se convirtió mundialmente.
Pero después de que ganara el campeonato nacional NCAA y liderara a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de 1984 en Los Ángeles, las marcas voltearon a verlo para que los representara, en una época en la que los grandes contratos a los deportistas no existían, como hoy sucede.
Jordan tenía ofertas de Converse, Adidas y Nike en calzado, mientras que de McDonald’s, Coca Cola y Chevrolet en otros rubros. En lo deportivo, a Su Majestad le gustaba Adidas y cuando fue a la entrevista con Converse, le ofrecieron continuar con el mismo camino que tomaron con Magic Johnson y Larry Bird, pero su aspiración era algo más.
David Falk, histórico agente de MJ, se inclinaba por Nike, pero Michael ni siquiera los tomaba en cuenta, por lo que recurrió a sus papás para intentar convencerlo. “Miren, si vamos a representar a su hijo, tiene que confiar en mí. No pediría esto si no valiera la pena”, le dijo Falk a los padres de MJ, en un extracto de Basketball: A Love Story, así que lo convencieron de tomar un vuelo hacia Oregon.
Cuando llegó a las oficinas de Nike, le pusieron un video de sus highlights por el baloncesto universitario y los Olímpicos con la canción de fondo Jump, de The Pointer Sisters. Tras esa conversación con los directivos de la marca, llegó el convencimiento de Mike: “No más reuniones. Este es”.
Pero había distintas formas de explotar la imagen de Jordan: o todo se lo cedían a una marca; es decir, zapatillas, bandas para la cabeza, para los codos, camisetas, etc. O todo por aparte. En ese entonces, ningún basquetbolista tenía su propia línea, como sí sucedía con los tenistas.
David Falk habló con su amigo Rob Strasser, antiguo ejecutivo de Nike, para comunicarle que si quería firmar a Jordan, necesitaba tratarlo como tenista. “Le daremos su línea de sneakers y ropa, pero ¿cómo la quieres llamar?”, le preguntó Strasser a Falk. Días después vino la idea de llamarlo Air Jordan.
Aunque no estaban 100% convencidos, la marca estipulo una cláusula en el contrato de que si no vendían 3 millones de dólares, podían concluir con el contrato. ¿Lo logró? En su primer año vendió 130 millones de dólares.
Una revolución total
La primera estrella de la NBA en tener una línea de zapatillas con su nombre fue Walt "Clyde" Frazier, el base campeón con New York Knicks en 1970 y 1973 que vestía las "Puma Clyde". Sin embargo, nadie generó una verdadera revolución al respecto hasta que lo hizo Michael Jordan en la década de los ochentas.
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Todo el alboroto comenzó cuando Jordan apareció en un partido de su pretemporada como novato vistiendo unas zapatillas Nike de color negro y rojo en el Madison Square Garden. Ese diseño rojinegro de las zapatillas fue rápidamente prohibido por la NBA. Por entonces, la política de la liga indicaba que las zapatillas debían combinar con el uniforme vestido y con las zapatillas de las compañeros. Eso llevó a una regla, la regla del 51%, que indicaba que el 51% de las zapatillas debían ser de color blanco y seguir manteniendo una línea con la de sus compañeros (esa regla se levantó recién a fines de los 2000).
Ese modelo aún no era llamado "Air Jordan": el partido de las zapatillas prohibidas tuvo lugar en octubre de 1984 y el primer modelo de las Air Jordan salio a la venta recién en 1985, ya con MJ a punto de ser coronado como el Rookie del Año. Lo que le prohibieron a Mike fue un "prototipo", un diseño de las ya existentes Nike Air Ship. Ese es el calzado con el que vemos a Jordan ser maravilloso en sus acciones como novato, pero en colores blanco y rojo.
Lo que sí hizo Nike fue crear una promoción espectacular alrededor de la prohibición, generando el rumor de que la NBA había prohibido ese calzado porque le daba una ventaja a Jordan sobre sus rivales. Suficiente para que los niños crean que MJ era tan atlético gracias a las zapatillas. "It's gotta be the shoes" (tienen que ser las zapatillas), fue luego el slogan de un anuncio de Jordan con Spike Lee (personificando a Mars Blackmon, de su película "She's Gotta Have It") para promocionar un modelo de la línea.
"Cuando salió ese comercial, dije: 'Quiero ser como Mike', literalmente. Era todo para mí", confesó Allen Iverson.
La historia detrás de todo esto es que a MJ en realidad no lo convencieron mucho ni las Air Jordan I ni las Air Jordan II, que si tenían éxito con el público. Según cuenta el diseñador Tinker Hatfield en un episodio de la serie de Netflix "Abstract", Jordan estaba disconforme e iba a abandonar su contrato con Nike.
El libro "Showboat" de Roland Lazenby dice que el motivo era distinto: Peter Moore, diseñador de las Jordan I y II, explica que él y Rob Strasser, ex vicepresidente de Nike, se habían marchado de la empresa por diferencias con Phil Knight, co-fundador y ejecutivo principal, y que a MJ no le terminaba de cerrar Knight, como tampoco a Knight el hecho de que su empresa dependa del marketing de un individuo específico: "Phil Knight no pensaba que Nike debía depender de un sólo atleta. De los atletas en general sí, de uno determinado no".
Sea el motivo que sea, Nike no se podía permitir que Jordan se marchara: ya se trataba de la nueva megaestrella de la NBA, camino a ser MVP por primera vez. Por eso le encargaron a Hatfield que se haga cargo de las Air Jordan III, un modelo que cambió todo dentro de la línea: con un look más lujoso, fueron las primeras en tener el famoso logotipo del "Jumpman". Además desarrollaron toda una línea de ropa alrededor de las zapatillas, algo que MJ pretendía y que, según Moore, fue idea suya junto a Jordan y Strasser. Así, el #23 quedó conforme.
"Pienso que, hasta hoy, Phil Knight cree que ayudé a salvar a Nike", manifestó Hatfield, que para esas zapatillas eligió un corte de altura medio, algo que Jordan pedía, además de innovación con materiales nuevos. Igual, a veces, Hatfield se iba de la raya: "Yo quería algo diferente, pero a veces Tinker pensaba en algo extremadamente diferente y yo le decía no, ese no es mi estilo", cuenta MJ. Con esas Air Jordan III, el 23 de los Bulls se consagró como una megaestrella en el All-Star Weekend de Chicago 1988.
Hoy en día, Hatfield, un ex atleta de salto con garrocha de la Universidad de Oregon, sigue asociado a Nike y a la línea: "Tinker es un científico loco. Hacía salto con garrocha y cuando yo jugaba al básquetbol todo se trataba de saltar, por lo que fue fácil encontrar esa sinergia. Nos complementamos muy bien. Como equipo, logramos ser capaces de crear un producto que se mantenga. Llegó a los atletas de más alto nivel, que pueden vestir esa misma zapatilla unos 30 años después", dijo Jordan en "Abstract".
Hatfield continuó a cargo del diseño de la línea hasta que llegaron las Air Jordan XV, un modelo particularmente raro y criticado que Jordan no vistió en cancha: se estrenaron en 1999, con el ex jugador de los Bulls ya retirado.
No importaba que MJ ya no juegue. El boom había atravesado todos los límites y Air Jordan ya estaba establecida como marca independiente de Nike, aunque perteneciente a la empresa, con distintas colecciones de ropa y no solo zapatillas o indumentaria exclusivamente para realizar deportes. Jordan ya es un ícono de la moda urbana. Los lanzamientos de viejos modelos con nuevas combinaciones de colores continúan causando furor entre los coleccionistas que hacen filas fuera de las tiendas el día del lanzamiento para comprarlas.
Sigue al tope
Según una publicación de la revista Forbes, tomando en cuenta datos del año fiscal 2018-2019, Michael Jordan, a más de 15 años de su último retiro, sigue siendo el basquetbolista que más dinero recauda gracias a la industria de la indumentaria, y por lejos. MJ facturó un estimado de 130 millones de dólares durante ese año, 40 millones más que lo que ingresó económicamente por todos sus contratos NBA y 98 millones más que su escolta, LeBron James, que tiene un contrato con Nike.
Los otros miembros del top 5 fueron Kevin Durant (26 millones, Nike), Stephen Curry (20 millones, Under Armour) y el ahora fallecido Kobe Bryant (16 millones, Nike).
Luka Doncic y Zion Williamson, las dos más grandes estrellas menores de 21 años de la actualidad de la NBA, firmaron contratos con Jordan Brand recientemente, lo que augura un futuro de más éxito y ganancias para la marca de "Su Majestad". En el caso del esloveno, recientemente se revelaron las fotografías de sus zapatillas con la silueta del Air Jordan 1.
Los shorts largos, una idea de Jordan
Ya hablamos de lo que significó Michael Jordan para la industria de las zapatillas y de la moda; ahora abundaremos un poco de una idea que hasta hoy continúa: los shorts largos. En fotografías o videos de cómo se jugaba antes se aprecia que los shorts siempre eran cortos, apenas llegando al muslo, llamados Daisy Duke shorts por ser parecidos a la indumentaria que utilizaba Daisy Duke en la película Los Dukes de Hazzard.
Conforme se fue desarrollando la carrera de Su Majestad, quería llevar algo de los Tar Heels por debajo, por lo que descubrió que usar ese tipo de indumentaria dejaba ver lo que traía abajo, así que le pidió a Nike unos shorts largos que lo hicieran sentir más cómodo y los empezaron a producir.
Para la temporada 1989-1990, fue el jugador que empezó a utilizar ese tipo de prendas y lo siguió su compañero y escudero, Scottie Pippen. A partir de ahí, empezó a cambiar esa prenda que hasta el básquetbol de ahora continúa vigente.
“En mi conocimiento, Michael Jordan es responsable por los shorts largos. Es la persona y por eso se empezaron a usar. Probablemente no quiera hablar de la historia, pero esa es la verdad”, dijo David Moore, diseñador de las Air Jordan I. “Es algo que me parecía más natural, más cómodo para mí. Se sentían grandiosos”, dijo Jordan.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.