En una liga repleta de físicos imponentes y atletas explosivos, probablemente no haya dos jugadores más espectaculares en ese sentido que Giannis Antetokounmpo y Zion Williamson. Dos fenómenos de la naturaleza, que este martes se vieron las caras en un campo NBA por primera vez, durante el enfrentamiento entre Milwaukee Bucks y New Orleans Pelicans en el Smoothie King Center.
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La victoria quedó en manos de Milwaukee por 120-108, estirando su liderazgo de la Conferencia Este. Los Bucks no arrancaron bien el juego, pero gracias a un tercer cuarto arrasador (42-24), pudieron llegar a la definición con holgura. Sacando un pequeño acercamiento de New Orleans, que le permitió ponerse a siete promediando el cuarto período, el triunfo visitante nunca estuvo en riesgo.
Antetokounmpo no solo se quedó con el duelo ante Zion desde lo colectivo, sino que además tuvo otra actuación excepcional desde lo individual. Terminó con 34 puntos, 17 rebotes (todos ellos en defensa) y 6 asistencias en 33 minutos en cancha.
Gentry le propuso diferentes situaciones defensivas al MVP reinante de la competencia, pero ninguna de ellas dio resultado. Por su marca pasaron Ingram, Williamson, Melli y hasta Holiday. Ninguno fue capaz de frenar los ataques de Antetokounmpo. Su 12-17 de campo lo dice todo.
Zion se topó con una muralla
Williamson entraba a este juego con un 62% de campo en sus primeros seis partidos NBA y más allá de que terminó con buenos números globales (20 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias), lo cierto es que tuvo importantes problemas para imponerse ante la mejor defensa de la liga.
Giannis denies Zion 🤚#FearTheDeer pic.twitter.com/LIG2embZLK
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Si hay algo que tienen los Bucks, es presencia interior. No solo con Giannis, sino sobre todo con los hermanos Lopez, consolidados como los mejores protectores del aro de la competencia. Para un Zion que normalmente consigue la mayoría de sus puntos en la pintura, el desafío era enorme. Y lo cierto es que no logró superarlo.
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El ex Duke lanzó 5-19 de campo, incluyendo un 5-16 cerca del aro. Williamson se topó con una muralla como la que no había visto jamás en su carrera y al menos por una noche, la bestia fue domada.
Claro que los problemas de los Pelicans no solo pasaron por su novato sensación. La mediacancha titular (Jrue Holiday y Lonzo Ball) se combinaron para 7-26 de cancha y Derrick Favors se fue en cero durante sus 25 minutos de acción. El único de los titulares que realmente estuvo a la altura fue Brandon Ingram: 32 puntos, 7 rebotes y 12-19 de campo.
All-Star move right there 😤 pic.twitter.com/sTkwshZibu
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Además, hubo un buen aporte del banco, con cuatro jugadores por encima de los 8 tantos: 13 de JJ Redick, 9 de Nicolo Melli, 8 de Josh Hart y 8 de E´Twaun Moore.
Matthews y la explosión del tercer cuarto
El quiebre del encuentro se dio en el tercer cuarto. Hasta ahí, los Pelicans venían en control de las acciones (61-58 arriba al entretiempo), hasta que una tremenda ráfaga del mejor equipo del torneo los terminó dejando en el piso.
Más allá de los sospechosos de siempre, el +18 de Milwaukee en el parcial tuvo a un protagonista poco usual: Wesley Matthews. El escolta se despachó con tres triples claves, los cuales combinados con un Antetokounmpo indefendible (16 puntos y 6 rebotes), terminaron abriendo un partido que venía siendo muy parejo.
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Matthews acabó el juego con 17 unidades, solo superado por Giannis y Khris Middleton (20 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias) en el goleo de los de Budenholzer.
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