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Un día como hoy en la NBA: Nat Clifton, primer afroamericano en firmar un contrato con una franquicia NBA

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La NBA es la mejor liga del mundo por muchos motivos. Ofrece una enorme cantidad de partidos y sus correspondientes historias de éxito y fracaso, de humor y emoción. Reencuentros, ovaciones, actuaciones magníficas, finales de infarto... Los traspasos y un mercado loco. El Draft. Los Playoffs y sus Finales. Es espectáculo, es básquet y es adrenalina pura.

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Pero es también mucho más. La NBA es una liga modelo en lo que a tumbar barreras se refiere. Y lo hace a pasos lógicos y consumados, sabiendo exactamente en cada momento qué hace y los motivos. Es imposible obviar la más rápida respuesta a la pandemia del coronavirus. En cuanto se confirmó el positivo de Rudy Gobert, la NBA fue la primera gran liga del planeta en parar. Detrás vinieron el resto.

Hoy venimos a recordar a uno de los miembros del trío protagonista en tumbar la barrera racial. Sí, Bill Russell o Lew Alcindor -más conocido como Kareem Abdul-Jabbar- son los primeros grandes gigantes afroamericanos reconocidos, pero nada de ellos hubiese sido posible sin Earl Lloyd, Chuck Cooper y Nat Clifton.

El año 1950

Lloyd fue el primer afroamericano en disputar un partido en la NBA. Esto ocurría el 31 de octubre de 1950, cuando Lloyd formaba parte del plantel de los Washington Capitols y sumó 6 puntos y 5 asistencias contra los Rochester Royals.

Cooper y Clifton están hoy de aniversario. Aunque Lloyd fue el primero en debutar unos meses más tarde, Chuck conseguía ser el primer afroamericano en ser elegido en el Draft: elección número 14 para los Boston Celtics en la edición de aquel año, 1950. El propio Lloyd salía con el pick número 100.

Mientras que Nat ‘Sweetwater’ Clifton rubricaba ese mismo 25 de abril su sello en un contrato con los New York Knicks. El primer afroamericano en firmar con una franquicia NBA. Era el año de la barrera racial. Después vendrían muchos más.

De los Globetrotters, a los Knicks

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“Me dieron el nombre cuando era niño, porque todo lo que quería siempre era beberme un refresco. Ya sabes, agua dulce”, dijo Clifton una vez al New York Times.

Así nació el apodo de ‘Sweetwater’ para este joven que destacaba en la década de los 40 en el básquet de instituto de Chicago. Casi nunca tenía el dinero para permitirse un refresco, y la leyenda cuenta que ponía azúcar en el agua como su sustituto. Remedio casero ante la falta de dólares.

Clifton pasó un año por la Universidad de Xavier en Louisiana y después sirvió tres años en la Armada. Luego jugó para los Dayton Metropolitans de la NBL (National Basketball League, predecesora de la NBA), siendo el primer afroamericano de la historia del equipo. Tras la experiencia, se unió a los míticos Harlem Globetrotters. Ya entonces su sueldo de 10.000 dólares era el más alto para un jugador negro, pero él acudía al dueño del equipo para saber por qué los jugadores blancos recibían un salario mayor.

En 1950 y tras un periodo exitoso, los Globetrotters traspasaron a Clifton por 12.500 dólares a los New York Knickerbockers. Nat recibió 2.500 del monto total y firmaba su contrato con la franquicia de la Gran Manzana. Hacía historia y se unía a Lloyd y a Cooper.

La hija del ya fallecido Clifton, Jataun Robinson-Swopes, contaba a The Undefeated que su padre sufrió el racismo durante su etapa como jugador NBA. Los tres pioneros vivieron esos episodios.

"Su equipo no lo trató mal. Pero sí en algunos de los lugares a los que fueron. No lo dejaban estar en el hotel del equipo, aunque sus compañeros lo defendían. Tenían verdaderos prejuicios cuando iban a otras ciudades, llamándole nigger. Decían: "'vete a casa, nigger'. Nos contaba que fue duro".

Clifton destacaba por su poderío atlético, pero también por su capacidad anotadora. Incluso llegó a ser All-Star en 1957 cuando disfrutaba de su último curso con los Knicks, antes de disputar la campaña 1957-1958 con los Fort Wayne Pistons. Sin embargo, dejó constancia de que no pudo explotar todo su talento.

“Yo podía anotar. Era un jugador ofensivo con los Globies y en Xavier”, contaba Clifton hace años a The Associated Press. “Pero en la NBA, porque era grande y fuerte, comencé a emparejarme a jugadores como (George) Mikan, Dolph Schayes, Bob Pettit y Ed McCauley. Además, no había jugadas para mí. Siendo el único negro en el equipo, siempre pensé que la razón por la que no recibía más la pelota era porque los otros estaban cuidando de sí mismos, pensando lo que tenían que hacer para conservar su puesto".

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Promedió 10,3 puntos, 8,5 rebotes y 2,7 asistencias en su periplo en New York, entre 1950 y 1957. Tras su temporada con los Pistons, regresó para jugar dos años más con los Globetrotters antes de retirarse, equipo donde siempre se sintió más cómodo.

Sin existir todavía la pensión para jugadores, Clifton se ganó el pan de los siguientes años con un taxi en su querida ciudad de Chicago. Tuvo problemas económicos, hasta que en 1965 llegó la pensión de la NBA, al mismo tiempo que para Lloyd y Cooper.

Hubiese sido sensacional ver su cara de emoción al recibir el honor del Salón de la Fama, pero no pudo ser. Clifton fallecía en su taxi en agosto de 1990 tras sufrir un infarto. Su entrada en el Hall of Fame llegó 24 años más tarde, en 2014.

"Estaba muy orgulloso de él, pero me sentí mal porque no estaba allí para poder aceptarlo", cuenta su hija. “Y me sentí fuera de lugar. En ese momento, dije: "Ya era hora". Pero no lo dije negativamente. Si él hubiera estado allí, seguro que hubiera dicho lo mismo que yo dije: "Ya era hora". Había estado esperando durante años. Cuando era nominado y no entraba se sentía decepcionado".

Han pasado 70 años de esa firma. Del año que la barrera racial caía en la NBA. Gracias al esfuerzo, la lucha y el sufrimiento, porque también lo hubo, de hombres como Nat Clifton, Earl Lloyd y Chuck Cooper, la NBA es la liga que es hoy en día. Innumerables jugadores afroamericanos que dominan la competición, tanto en el presente como desde sus albores. Sería impensable una NBA sin ellos. Sin todos.

Ese es el mayor legado de Nat Clifton, el chico que corría con un vaso de agua y azúcar en 1940 porque no podía permitirse un refresco. Al igual que Derrick Rose, Isiah Thomas o Mikan, una leyenda del básquet de Chicago.

También en este día

  • 1965: Jerry West de Los Angeles promedió 46,3 puntos por partido cuando los Lakers derrotaron a los Bullets de Baltimore en seis partidos en las Finales de la División Oeste de 1965. West anotó al menos 40 puntos en cada partido, en el promedio de anotación más alto para una serie de Playoffs en la historia de la NBA
  • 1968: El apodo "Suns" fue elegido como el nombre de la franquicia de Phoenix, en un concurso patrocinado por un periódico local
  • 1993: Michael Jordan capturó su séptimo título consecutivo de anotador en la NBA (32,6 puntos de promedio), empatando el récord de Wilt Chamberlain. Jordan también lideró la liga en robos (2,83) por tercera vez en su carrera, convirtiéndose en el cuarto jugador en recolectar 1.800 robos en su carrera
  • 2015: Oklahoma City Thunder derrotó a los Dallas Mavericks 118-104 en la primera ronda de la Conferencia Oeste, para una victoria de la serie por 4-1

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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