Los Ángeles Lakers (19-14) vs Golden State Warriors (23-11)
19:00 Ciudad de México / 22:00 Buenos Aires
Los últimos cuatro años estuvieron signados por una misma constante: LeBron James, otrora líder de Cleveland Cavaliers, enfrentó a Golden State Warriors en las Finales de la NBA. El Rey y uno de los mejores equipos de la historia de la liga edificaron un clásico moderno que entregó escenas ya convertidas en clásicos inolvidables. Este año, LeBron y los Warriors no se cruzarán en las Finales porque James se llevó sus talentos a Los Angeles para resucitar a los Lakers. Sin embargo, una de las máximas rivalidades de la historia nos promete múltiples capítulos: el primero será en Navidad.
Pese a las dudas iniciales, la franquicia angelina se consolidó como una amenaza en el Oeste. Con 34 años, LeBron sigue siendo una fuerza dominante en ambos costados de la cancha y le agregó a su juego un tiro de tres puntos constante que crea desde su propio drible: solo Damian Lillard, Kemba Walker y James Harden anotaron más que él por esa vía. En sus primeras semanas con la camiseta de los Lakers, James promedia 27.6 puntos, 8.2 rebotes, 7.2 asistencias y 1.3 robos en 35.1 minutos por encuentro. Convertido en el epicentro del sistema de Luke Walton, el astro potenció al núcleo joven conformado por Kyle Kuzma, Josh Hart, Lonzo Ball y, con menor impacto, Brandon Ingram. Kuzma, de buena temporada como novato, elevó su rendimiento y ostenta una planilla de 18.1 puntos y 5.7 rebotes por encuentro.
Más: LeBron James, a seguir estelarizando los 25 de diciembre
LeBron también encontró aliados dentro del grupo de experimentados. JaVale McGee se afianzó en la pintura en plan estelar y la contratación de Tyson Chandler cambió la ecuación defensiva de los Lakers, quienes encontraron una fórmula ideal en la posición de pivote. El crecimiento de los angelinos es sostenido y, en contraste con el pesimismo previo, la clasificación a playoffs parece lógica. En postemporada, con LeBron todavía como el jugador más determinante de la liga, serán un escollo duro para cualquiera.
Golden State llega a la Navidad en su mejor momento de la temporada después de haber sorteado la lesión de Stephen Curry y los problemas de vestuario entre Kevin Durant y Draymond Green. Steve Kerr aparenta haber recuperado la química que permitió la construcción de uno de los equipos más hegemónicos de la historia. Mientras esperan por el debut de DeMarcus Cousins para formar su quinteto All-Star, los Warriors empiezan a reencontrarse con su pasado inmediato.
Las virtudes de los actuales bicampeones son más que conocidas: una ofensiva fantástica y una defensa subestimada que se encuentra entre las mejores de la NBA. Golden State reúne en un mismo plantel a dos firmes candidatos a MVP. Kevin Durant está siendo determinante con 29 puntos, 7.8 rebotes, 6.1 asistencias y llega a la Navidad superando los treinta puntos en cuatro de los últimos seis partidos. Durant, una de las máquinas más eficaces en ataque de la historia, ostenta 50.7% de cancha y 36.5% de tres puntos. Si Durant es la sobriedad convertira en una máquina ofensiva, Stephen Curry es la magia, el show y la fantasía: el mejor tirador de todos los tiempos promedia 29.2 puntos, 5.2 rebotes, 5.2 asistencias y 1.3 robos con una eficacia de 49.4% de cancha y 46.5 de tres puntos.
Más: Stephen Curry y la chance de cambiar su historia en la Navidad
LeBron fue el único que logró interrumpir el dominio incontestable de Golden State. Este 25 de diciembre escribirán un nuevo capítulo de una rivalidad para la historia.