Magic Johnson en Argentina: Recuerdos de una visita imborrable que cautivó hasta a Maradona

Magic Johnson, Diego Maradona

En enero de 1994, Argentina recibió la visita de una de las máximas leyendas del deporte mundial, Earvin 'Magic' Johnson, quien disputó cuatro partidos en distintas ciudades del país, pese a que llevaba poco más de un año retirado de la actividad profesional, tras la medalla de oro obtenida en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 con el 'Dream Team' de Estados Unidos.

Hay que recordar que, en 1991, Johnson fue diagnosticado con el virus del VIH, lo que lo forzó a alejarse prematuramente de las canchas, con sólo 32 años. En aquellos tiempos, los tratamientos para el virus eran más escasos y menos efectivos que en la actualidad. Además, se temía que Magic pudiera desarrollar la enfermedad del sida con el paso del tiempo, lo que lo llevaría lentamente hacia su muerte. Esto, por suerte, nunca sucedió. El actual Presidente de los Lakers lleva más de 27 años como seropositivo.

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Para su gira por Argentina, el ganador de cinco títulos NBA trajo a su equipo de 'All-Stars', que eran jugadores con pasado en la liga norteamericana, como Reggie Theus, Earl Cureton o John Long, campeón con Detroit en 1989. Ninguno de ellos llegó a trascender en la NBA.

Primero hizo delirar a Córdoba

Magic Johnson

La travesía de Magic por el país comenzó en el polideportivo Carlos Cerutti de Córdoba, donde su equipo se midió a Atenas, que por entonces tenía grandes talentos como Marcelo Milanesio, Hernán Montenegro y un joven prometedor llamado Fabricio Oberto.

Milanesio, base histórico del básquetbol argentino, aún recuerda esa noche. “Fue algo inédito, nunca había venido una estrella de esa magnitud al país”, dijo y continuó. “Recibir en Córdoba a quien por entonces era el mejor jugador del mundo fue algo increíble. Me acuerdo que la cancha estaba repleta, el ambiente era espectacular”, expresó el armador de Atenas, quien ya había enfrentado a Johnson y al Dream Team en el Preolímpico de Portland en 1992.

“Magic me dejó una camiseta de regalo aquel día”, aportó Milanesio. “Él fue muy carismático con todos nosotros y con el público. Más allá de la alegría con la que se vivió ese partido, y el orgullo de tener a un personaje de esa magnitud en Córdoba, creo que no dimensionamos al grandísimo jugador que tuvimos a nuestro lado. Magic fue el mejor de todos, concluyó el siete veces campeón de la Liga Nacional, quien luego volvió a verse las caras con Johnson en Pinamar, en 1997, para una clínica que comandó Guillermo Vecchio.

Fiesta en Rosario y saludo con Diego

Magic Johnson, Diego Maradona

Rosario, más específicamente el estadio cubierto de Newell's Old Boys, fue la segunda parada del astro basquetbolístico en nuestro país. En aquella oportunidad, su rival fue un combinado de Olimpia de Venado Tuerto y Sport Club de Cañada de Gómez (ambos clubes santafesinos) con Sergio 'Oveja' Hernández y Julio Lamas como entrenadores. El actual DT de la Selección Argentina contó cómo vivió aquella noche inolvidable, y contribuyó con una anécdota muy particular con el número 32.

“Recién estaba empezando mi carrera como entrenador, era mi segunda temporada. Creo que esa noche todos fuimos afortunados de tener ante nosotros a un tipo como Magic Johnson. Para mí era simplemente el más grande, al día de hoy sostengo que Magic es el jugador que simboliza al básquet en estado puro, opinó Oveja.

“Esa noche reventaba todo, no había lugar ni para estar parado. Magic estaba alucinado, miraba para todos lados”, rememoró Hernández. “A mí se me hacía imposible sacarle la vista de encima a Magic en la entrada en calor. Encima, como se entra en calor a aro cruzado, lo tenía enfrente mío. Yo estaba ahí parado como un muñequito, con un traje claro (que no me volvería a poner nunca) y una corbata de motivos de básquetbol que me había traído León Najnudel de Estados Unidos. Cuando el árbitro pitó los tres minutos, Magic se me acercó y me preguntó: 'coach, ¿el banco nuestro cuál es?'. No le pude responder. ¡Magic Johnson me estaba diciendo 'coach' a mí! Sólo le pude señalar con el dedo. El tipo se dio cuenta de mi cara de novia enamorada, me hizo un cariño en la cabeza y se fue a su banco riéndose", relató el entrenador.

“Lo que recuerdo de Magic es su carisma, es un tipo increíble”, expresó Hernández. “Nos saludaba y nos dedicaba un ratito a cada uno. Sabía que sentíamos una admiración total hacia su persona. Es un monstruo, un fuera de serie. Esa noche está palo a palo con las mejores cosas que me han pasado en la vida, ponderó.

Sin embargo, Johnson no fue la única estrella que brilló aquella noche en el Parque Independencia. A poco de empezar el partido, apareció Diego Armando Maradona, por entonces jugador de Newell's. Ambas leyendas del deporte se abrazaron e intercambiaron camisetas y saludos, ante un público que estallaba en gritos, aplausos y ovaciones. “Soy uno de los diez mil tipos que estuvo bajo un mismo techo con Magic Johnson y Diego Maradona. Lo veo hoy, 25 años después, y me parece tremendo. Es como una de esas películas yanquis en la que todo parece exagerado”, enfatizó Oveja.

En Buenos Aires y con encuentro muy cercano

Magic Johnson

A continuación, Johnson y compañía se trasladaron a Buenos Aires, donde se midieron a un equipo conformado por jugadores de Boca y Ferro en el estadio de Obras Sanitarias. Gabriel Cocha fue uno de los que vivió aquella jornada desde adentro, y no olvida la maravillosa experiencia de haber conocido y jugado con el base de 2.06 metros.

“Tengo un muy lindo recuerdo”, inició el ex jugador de amplio recorrido en la Liga Nacional, y actual comentarista deportivo. “Magic representaba algo muy grande para nuestra generación, era un ícono, él había cambiado el juego. Colmó las expectativas en esa gira: no sólo la rompió en cada partido, también demostró ser un tipo extraordinario”, expresó.

Tras el encuentro, Cocha y sus compañeros intentaron acceder al vestuario visitante para conocer a la leyenda, pero lograron algo aún mejor. “Jorge Racca, quien había jugado en General Pico con un compañero de Magic, le preguntó a éste si podíamos conocerlo en el vestuario. 'Vénganse directo al hotel', nos dijo. Así que fuimos y hasta entramos en la habitación de Magic Johnson”, aportó.

“Magic se mostró súper agradable con todos. Éramos muchos en la habitación, así que tuvimos como un ida y vuelta con él en el que nos contó varias cosas. Nos dijo que estaba muy contento de estar en el país y de vivir el calor del público argentino. Él no pensaba que era tan conocido acá. Haber vivido algo así con un ídolo de toda la vida fue extraordinario”, finalizó Cocha.

Magic Johnson

En la tierra de Manu Ginóbili

La gira terminó en el estadio Osvaldo Casanova de Bahía Blanca, en una jornada por demás emotiva. Alberto 'Beto' Cabrera, un histórico del básquet bahiense, cumplía diez años de retirado, y el propio Magic le entregó una placa distintiva junto a dirigentes de la ciudad.

El rival fue un conjunto reforzado de Estudiantes, con figuras como Juan Espil, Alejandro Montecchia y Wallace Bryant. Ese fue el partido más parejo de los cuatro, pese a que las estrellas de Johnson ganaron 153-141. Espil, autor de 37 puntos, quien también jugó previamente en Córdoba, aportó su testimonio y reveló una gran anécdota personal que vivió con Magic.

“Es un fenómeno, terminó ambos partidos (Córdoba y Bahía Blanca) metiendo triples de mitad de cancha”, mencionó. “En Bahía jugamos un partido bárbaro. El Casanova estaba que explotaba, habían fácil cinco o seis mil personas, era tremendo lo que se sentía, el ambiente que había”, evocó.

“Magic me dijo que se acordaba de la bandeja que hice contra Michael Jordan en Portland '92, lo que me pareció una locura. Aproveché para pedirle las zapatillas. Me las firmó y me las mandó con Wallace Bryant”, cerró Espil, quien aún guarda el par que le regaló Johnson.

En sus siete días en el país, Magic Johnson no sólo deslumbró con su talento único en el universo. También brindó carisma, humildad y cariño a todos los fanáticos argentinos que se acercaron a él, incluyendo jugadores y entrenadores, quienes quedaron marcados por ese momento. La leyenda cultivó grandes recuerdos y anécdotas entre todos los que pudieron presenciar su magia. A 25 años de aquella histórica visita, las sensaciones aún perduran.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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