¿Cómo jugaba DeMarcus Cousins antes de las lesiones? El recuerdo de un pivote totalmente dominante

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DeMarcus Cousins

"Uno de mis objetivos para esta temporada era ver a DeMarcus destrozando a todos, volviendo a demostrar lo grandioso que es como jugador". La frase de Draymond Green a Marc Spears (The Undefeated) esconde un deseo de muchos. El Cousins que todos conocimos era, sin lugar a dudas, uno de los pivotes más dominantes de la NBA. Un talento como pocos en su posición que era capaz de todo. Un Cousins muy pero muy lejos de su actualidad. Porque la confirmación de la rotura de ligamentos cruzados en su rodilla izquierda es otro cachetazo a una potencial vuelta al pasado.

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No sólo están sufriendo Los Angeles Lakers, que habían confiado en él en la Agencia Libre, con la clara idea de recuperar algo de su mejor versión, situación que los podía potenciar en esa búsqueda de un campeonato. No sólo que el plan quedó en la nada, sino que la liga parece perder definitivamente a aquel enorme jugador que supo ser. A los 29 años y tras dos lesiones devastadoras, el camino de regreso de Boogie parece muy cuesta arriba. Aunque claro, nos queda el recuerdo de un verdadero crack.

Su último gran partido

DeMarcus Cousins

No hay que irse muy hacia atrás en el tiempo para comprender lo que hacía Cousins. El 22 de enero de 2018, New Orleans le ganó 132-128 a Chicago Bulls, y el pivote demostraba todo su poder con un partido descomunal: 44 puntos (5-11 triples, 13-14 libres), 23 rebotes (7 en ataque), 10 asistencias, 4 robos y un tapón en 51 minutos de acción.

Boogie mostraba 100% lo que era: un portento físico repleto de cualidades poco comunes para alguien de su tamaño y posición. Porque era hábil con el balón en sus manos, había mejorado considerablemente su lectura y creación de juego a partir de su capacidad de pase y su triple había pasado a ser una amenaza. Un combo que potenciaba aún más lo básico que ya traía, un abanico muy grande de recursos para dañar cerca del aro.

Tras haber sido traspasado desde los Kings sobre la fecha límite de la 2016-2017, aquella 2017-2018 venía siendo fantástica para Cousins. Su pareja con Anthony Davis imponía respeto y miedo, y sus números hablaban por sí solos. En 48 partidos, tenía promedios de 25,2 puntos, con al agregado de hacerlo con su segundo registro más efectivo (47% de campo), que tenía -además- su mejor versión para el triple (2,2 anotados por encuentro, con 35,4% de acierto). Genial para alguien de 2,11 metros. Además, traía 12,9 rebotes, 5,4 asistencias (ambas cifras top), 1,6 robos y 1,6 tapones en 36,2 minutos

Como si fuera poco, los Pelicans se mostraban muy competitivos. Tras aquel duelo ante los Bulls, tenían un récord de 25-21 y eran peligrosos en el Oeste, algo que Boogie siempre deseó tras aquellos 6 años y medio en Sacramento, donde el poderío individual quedaba en la nada en cuanto a lo colectivo (nunca había jugado en Playoffs).

Pero apenas 4 días después de aquel choque ante los Bulls, el 26 de enero, cambiaba todo. En un encuentro ante Houston Rockets, Cousins se rompió el tendón de Aquiles izquierdo a pocos segundos del final, después de ir a buscar un rebote tras fallar un tiro libre. Para colmo, era un choque donde había completado otro triple-doble (15 tantos, 13 rebotes y 11 asistencias), el tercero de aquel curso.

Desde allí, la caída: no logró la renovación millonaria que se esperaba, falló su plan de título en Golden State Warriors, donde incluso se rompió el cuádriceps en su segundo partido de Playoffs (era la primera vez allí), y se rompió los ligamentos de su rodilla izquierda antes de debutar en Los Angeles Lakers. Sí, el dolor es de todos.

Su potencia en Sacramento

DeMarcus Cousins

Que lo colectivo o su falta de madurez en varios momentos (quizás su mayor defecto) no tape la realidad: Cousins fue una bestia en su etapa en los Kings. Sí, nunca logró que su poder individual se transformara en éxito grupal, pero vaya si se puede decir que fue uno de los pivotes más dominantes de su era. Un talento absoluto que acompañaba su fuerza física natural.

De espaldas al aro, Boogie era indetenible. Y cuando empezó a expandir su juego, se hizo aún más peligroso. Los números sostienen lo que se veía. ¿Cómo se ubicó Cousins entre la temporada 2010-2011, la de su estreno en la liga, y la 2017-2018, la de su primera lesión grave cuando estaba en los Pelicans?

  • Tercer jugador con más doble-dobles: 328, apenas superado por Dwight Howard (371) y Kevin Love (336)
  • Líder en partidos de al menos 20 puntos y 10 rebotes: 231, 25 más que el segundo (Love con 206)
  • Líder en partidos de al menos 25 puntos y 10 rebotes: 148, 4 más que el segundo (Anthony Davis, con 144)
  • Segundo en partidos de al menos 25 puntos y 15 rebotes: 51, a dos de los 53 de Love
  • Segundo en partidos de al menos 30 puntos y 10 rebotes: 74, superado apenas por Anthony Davis (83)

En ese mismo lapso, Boogie fue el único jugador en toda la NBA con al menos 10.000 puntos (11.518), 5.000 rebotes (5.884) y 1.400 asistencias (1.725). ¿Más?

  • Fue cuatro veces All-Star
  • Fue dos veces All-NBA (segundo mejor quinteto en 2015 y 2016)
  • Terminó en el Top 10 de anotación en cuatro temporadas
  • Terminó en el Top 10 de rebotes en seis temporadas

Las lesiones son parte de este deporte, y todas son crueles. Pero Boogie las sufrió como pocos en la historia reciente. Y aquella bestia que dominaba la pintura de la NBA parece cada vez más un gran recuerdo del pasado.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Leandro Fernández Photo

Editor Jefe de las ediciones en español de The Sporting News.