Entrevista con Pablo Prigioni: "Estar en Brooklyn es como hacer una maestría"

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Pablo Prigioni

Un pensamiento común durante el tramo final de la carrera de Pablo Prigioni como jugador era imaginarlo como entrenador en un futuro. El cordobés no sólo tenía una clase única como base, sino que daba indicios de tener el material para trasladar sus conocimientos al banco de suplentes. Y así fue nomás. Después de poner punto final a su carrera adentro de la cancha, tomó el enorme desafío de asumir como coach principal de Baskonia, su casa en España. 

No fue el mejor comienzo y tomó la decisión de dar un paso al costado tras un puñado de partidos. Pero encontró su camino rápidamente y la NBA volvió a llamarlo. A los 41 años, Prigioni es uno de los asistentes técnico de Kenny Atkinson en Brooklyn Nets. De su nueva función y mucho más habló Pablo durante una teleconferencia internacional de la que NBA.com fue parte.

Su nuevo camino en Brooklyn 

Pablo Prigioni

-¿Cómo fue la transición de aquella salida del Baskonia para llegar en tan poco a tiempo a la chance de sumarte a un staff de NBA?

-Antes de tomar la opción de Baskonia tenía oportunidades de la NBA. Me hacía ilusión empezar acá, pero Baskonia ocupa un lugar importante en mi vida y a nivel familiar nos cerrabas más empezar ahí, sabiendo las dificultades que tiene un equipo como ese. Pasaron cosas que me pusieron ahí, no suelo dudar cuando tomo una decisión y fue la correcta salir pronto para volver a empezar como me lo había imaginado antes. Gracias a Dios se dio la oportunidad Brooklyn, y estoy muy agradecido de la organización. Está siendo un año de aprendizaje y de vivir experiencias. A veces uno como jugador se piensa que ha vivido todo y no es así. Está siendo una maestría para mí, un máster en head coach y en asistente para la NBA. Estoy disfrutando mucho y a su vez tratando de aportar mi experiencia después de tantos años de carrera. 

-Llegaste a la NBA como jugador casi en el tramo final de tu carrera y quizás casi sin proponértelo a esa altura. ¿Imaginabas unos años después estar metido en una organización NBA para empezar una nueva etapa en tu vida?

-No, no lo imaginaba. Siempre tenía en la cabeza que me gustaría entrenar después del retiro, pero indudablemente mi llegada a la NBA me abró un mundo que no estaba a mi alcance mientras jugaba en Europa. Se dieron muchas cosas para que hoy pueda estar siendo parte de un staff NBA y está vinculado a eso. Por más que haya jugado a un nivel alto en Europa, no es fácil tener acceso como lo tenés jugando en la NBA. La profesionalidad que tuve como jugador, cómo me veían jugando a una edad avanzada, también les dio una imagen de que puedo ser una pieza útil en un staff NBA.

-¿Cuáles son tus funciones como asistente en el equipo? 

-Tengo algunos jugadores a cargo para ayudarlos y entrenarlos de manera individual. Debo estar pendientes de ellos, de su juego y su desarrollo. Al mismo tiempo tengo responsabilidades en los entrenamientos, tengo que participar como todos los asistentes. Lo que más me gusta es que el entrenador (Atkinson) tiene una manera buenísima de llevar al staff que es la ideal, y es que todos tienen y pueden dar su opinión, y va en línea con la organización. Intento dar opinión de las cosas que realmente sé. Estoy muy cómodo, aprendiendo muchísimo. La NBA es otro mundo, los staff son muy grandes y al haber tanta gente se puede llegar muy profundo a cada aspecto del juego. A veces hablo con amigos y digo que se me está agrandando la cabeza con todas las cosas nuevas y diferentes que estoy viendo. Como jugador pensás que te las sabés todas, y pero cuando llegás a este lado te das cuenta de que hay muchas cosas para llegar y controlar. Está siendo una gran experiencia que disfruto mucho.  

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-¿Cuáles sos esas cosas diferentes que ves en eso de decir que cuando eras jugador pensabas que te sabías todo y no era tan así?

-Es distinto. No es lo mismo ser jugador que esto. Hablaba mucho como entrenador, pero no es lo mismo. Lo que era como jugador me ayuda, pero no me da todo, no me genera la fluidez para ponerme enfrente de un equipo y hablarles todos los días de una cosa u otra. Acá me gusta que al ser muchos, se descomprime porque somos varios los que hablamos. En Europa o Argentina quizás tenés siempre al entrenador principal martillándote la cabeza y llega un momento en que el jugador no lo quiere escuchar más. Es un proceso. Hay mucho por aprender.

-¿Tenés un plan para esta etapa de tu carrera?

-El plan es aprender y desarrollarme, adquirir todos los conocimientos que pueda, mezclarlos con mis ideas y experiencias. Quizás algún día tengo la posibilidad de convertirme en un buen entrenador. Pero no incluye tiempos ni plazos. Espero evolucionar y ahora mismo serle útil a esta organización. 

El Prigioni entrenador

Pablo Prigioni

-¿Cuán importante es el modelo internacional para la NBA? Cada vez se ve más gente de Europa y otras partes del mundo haciéndose un lugar allá. 

-En la diversidad de opiniones es cuando uno evoluciona. Hay muchos equipos de la NBA que han visto o se han interesado en tener dentro de sus grandes staff gente de otros lados, con otra visión de cómo se entrena y juega. Incluir a una persona con visión distinta dentro del grupo le da riqueza a ese grupo. Creo que todo va por ahí y me parece acertado e interesante. Si tenés un grupo de 7 u 8 entrenador y todos piensan igual, quizás no se crea un debate y no terminás de mejorar. Respetan mucho el juego FIBA, y tener a alguien que te pueda dar una perspectiva así siempre es bueno. 

-Fuiste un gran referente para distintas generaciones como jugador. ¿Buscás lo mismo en tu función como entrenador?

-No sé qué clase de entrenador puedo ser el día de mañana. Intento en cada día tomarme todo lo que estoy viviendo como una formación para adquirir más conocimientos. Tengo mis ideas y pensamientos claros con los que iría a muerte siempre, pero los entrenadores tienen que tener la capacidad de hacer ajustes y de modernizarse. El juego cambia constantemente. No sé qué tipo de entrenador puedo llegar a ser dentro de 10 años, sería hablar por hablar. En vez de mirar tan lejos, prefiero mirar el día a día y mejorar. Siempre tendré mi manera de ser, mi carácter y convicciones. Veremos si algún día me toca liderar mi proyecto. Me queda un largo camino por recorrer como asistente, ojalá algún día pueda convertirme en un gran entrenador. 

-¿Qué cosas fuiste sacando de la gran cantidad y calidad de entrenadores que te tocó tener en tu carrera como jugador?

-De todos he sacado cosas. Tengo un mix adentro mío y es difícil decir que saqué más cosas de uno que de otro. Hace 8 ó 10 años empecé a tomar apuntes del juego que iba viendo, cosas que pensaba y guardaba antes de irme a dormir. Ojalá eso me sirva para algún día ser un buen entrenador y tener pequeñas cosas de cada uno de ellos. He tenido la suerte de aprender un poco de todos. Es como si esas notas fueran mis principios como entrenador, y muchas veces voy y lo leo de nuevo. Las uso como un back up para que me recuerden cosas. Pienso que me pueden ayudar ahora y en el futuro. Son muchas experiencias y vivencias que van pasando día a día. 

El retiro de Manu y el futuro de Argentina

Pablo Prigioni, Manu Ginóbili

-¿Cómo tomaste el retiro de Manu Ginóbili y cómo viste el impacto de su decisión desde adentro?

-En los últimos años nos fuimos preparando para eso que iba a llegar. Contra el tiempo no se puede hacer nada y era cuestión de tiempo que pasar. Dejar el básquet como lo dejó, en el nivel que lo dejó y con el legado que dejó, es un orgullo y satisfacción enorme como compañero y amigo. Intento no ponerme triste, sino que pienso que nos ha hecho disfrutar a muchos. Le deseo el mejor post retiro posible, y espero que sea feliz como lo fue como jugador. En la NBA dejó un respeto que se vio claramente, las estrellas de la liga actuales y del pasado, todo el mundo se rindió ante su trayectoria. Debe haber sido una gran satisfacción para él. El próximo paso es esperar el retiro de su camiseta, y esperemos que pueda recibir más cariño ahí. 

-¿Qué puertas se pueden abrir para los argentinos a partir de tu llegada a la NBA como asistente? ¿Puede ser como un nuevo camino para tener compatriotas ahí?

-No sé qué otras puertas se pueden abrir. Yo corro con la ventaja de haber jugado acá. Manu (Ginóbili) si quisiera tendría su lugar, lo mismo con el resto de los que jugaron acá, sería más fácil para ellos. Injustamente para entrenadores argentinos que son mejores que nosotros y llevan años haciéndolo les es más complicado entrar por diferentes razones. Hay mejores entrenadores que pueden ocupar mi lugar, pero nosotros tenemos la ventaja de que nos conozcan como jugador y persona. Después obviamente que hay que aprovechar la chance y demostrar que sos capaz de llevar adelante este rol. No sé cuánto se le puede abrir la puerta a otros entrenadores. No por merecimientos sino por algo que es difícil de controlar. 

-¿Qué se necesita para volver a tener jugadores argentinos en la NBA? Este año es el primero sin uno después de más de 15 años.

-Me encantaría tener la respuesta. Hay jugadores en Europa que tienen la chance en el futuro, pero no se puede asegurar eso. En lugar de pensar es ello, en Argentina deberíamos pensar por qué no tenemos jugadores en la NBA ahora mismo. Ser honestos y pensar si hicimos algo mal o es una cuestión de suerte. Es algo que deberíamos hablar en Argentina entre todos. Es una conversación larga la que hay que tener.

-¿Cuál es tu mirada de la situación?

-No sé si tengo una visión clara, no sé si soy capaz de dar algo que realmente aporte. Me parece que eso es para sentarse en una mesa con entrenadores, con formadores, con entrenadores de selecciones inferiores e incluir a mucha gente, periodistas, dirigentes. Es bueno reflexionar y quizás se llegue a una respuesta. Yo no la tengo. Sería interesante poder coordinar algo de eso que nos deje una hoja de ruta para volver a tener jugadores en la NBA. 

Pablo Prigioni

Autor/es
Leandro Fernández Photo

Editor Jefe de las ediciones en español de The Sporting News.