Si llegar a la NBA supone algo al alcance de muy pocos, hacerlo con unos orígenes tan remotos como los de Rui Hachimura en un país donde el baseball y el fútbol superan con creces al baloncesto como los deportes más mayoritarios tiene un mérito mayor. Algo que se magnifica si se tienen en cuenta las barreras raciales y sociales que el nativo de Toyama ha tenido que derribar para ver cumplido su sueño.
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Llega con el cartel de veterano bajo el brazo (si a un chico nacido en 1996 podemos llamar veterano), su evolución desde que pusiera el primer pie en la Universidad de Gonzaga en el año 2016 ha sido constante. Una historia que parece escrita de antemano, pensada para otras disciplinas como el cine y que va acompañada de un perfil baloncestístico sumamente interesante.
Rui no había pisado una cancha de baloncesto con el objetivo de competir antes de enrolarse en el equipo de su instituto (Okuda Junior High School) a los 13 años impulsado por el que sería su entrenador, Joji Sakamoto. El anime Slam Dunk potenció que dejase de lado el deporte nacional de Japón en favor de la canasta y el balón naranja. Una serie que ha influido a varias generaciones desde que se estrenase en 1993 y que en palabras de Dexter Thomas supuso la primera oleada de fiebre por el baloncesto en el país.
Si una serie potenció la llegada de varios jugadores a la élite de este deporte, solo podemos imaginar qué supondrá el asentamiento y explosión de Hachimura para la proliferación del baloncesto en una cultura tan volcada con el seguimiento del ejemplo como la japonesa.
Con el descalificativo de hafu a sus espaldas, repetido de manera hiriente en su etapa de instituto en sus propias tierras, Hachimura no desistió, no tiró la toalla, siguiendo el mantra que Akagi repetía una y otra vez en Slam Dunk: "Si te rindes, el partido ya está perdido".
"Los chicos mestizos como yo, hay un montón de medio negros, medio japoneses", dice Rui, "hacen deporte y son realmente buenos. Va a ser genial verles también", refiriéndose al impacto que esto va a tener para la diversidad racial en el deporte japonés. Un hecho que rompe barreras y que afectará de manera positiva a todo el archipiélago. "Es bueno para el país", dice Hachimura, "Es bueno para Japón porque nunca hemos tenido un jugador como yo que haya llegado a la NBA".
Y es que el alero de los Wizards es el primero en la historia en su país en entrar entre los 15 primeros picks, superando a Yasutaka Okayama elegido por los Warriors en 1981. "Va a ser maravilloso y un sueño hecho realidad. Significa mucho para mi, mi familia y el baloncesto japonés, para todo el país", agregaba Rui.
Hachimura evolucionó su juego y fue ganándose la confianza del staff técnico de Gonzaga, una universidad que quedó prendada de su fuerza desde que le viesen anotar 22 puntos ante los Estados Unidos en el Mundial U17 de Abu Dhabi en 2014. Hachimura era ya considerado por algunos scouts como el jugador más dominante de Japón de su generación con mucha distancia respecto al resto.
De 4 minutos por encuentro en su primer año en los Zaggs pasó a 20 y 11 puntos para definitivamente subir a 30 y 20 puntos en un último año que ha supuesto su confirmación como lottery pick.
Un ascenso meteórico potenciado por su ética de trabajo, forjada a fuego en su fuero interno y que le ha llevado a desarrollar una serie de fundamentos defensivos que le convierten en un prototipo NBA perfecto. Hachimura es un perfil físico grande, esa es la primera impresión que uno siente al verlo, impone admirar sus 2.18 de envergadura y el abanico de posibilidades que abre.
El impacto mediático que su elección ha tenido en todo Japón es enorme en un país de 126 millones de personas, como es de esperar y su masa de seguidores aumenta con el paso de los minutos. Algo que Hachimura recibe con los brazos abiertos y acepta el papel que le toca como un futuro referente cultural para las generaciones venideras. "Hay un montón de chicos mitad japoneses mitad negros, especialmente en el área de Tokyo", dice Rui para The Undefeated. "Quiero ser ese chico al que miren y digan: 'Quiero ser como él'".