Con la temporada de la NCAA finalizada abruptamente, debido a la expansión del Coronavirus, los mejores prospectos del baloncesto universitario se han declarado elegibles para el Draft 2020 de la NBA. Ahora le llegó el turno de nuestro análisis a Malachi Flynn, base de San Diego State.
¿Quién es y cómo juega Flynn, uno de los mejores bases NCAA de la 2019-2020? Lo analizamos a continuación.
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Información personal
Malachi Flynn es un base de 1,87 de estatura y 84 kilogramos, nacido el 10 de mayo de 1998 en Tacoma, Washington. Su carrera NCAA comenzó en la Universidad de Washington State, donde pasó dos años, promediando 9,7 puntos en la 2016-2017 y subiendo su producción a 15,8 tantos y 4,3 asistencias en la siguiente campaña. Luego de aquella 2017-2018, Flynn decidió transferirse a San Diego State, viéndose obligado a ver desde afuera la 2018-2019 debido a las reglas NCAA.
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La 2019-2020 ha sido por lejos la mejor campaña de su carrera. Promedió 17,6 puntos, 5,1 asistencias y 4,6 rebotes, además de 1,8 robos en 33,4 minutos. Su producción lo llevó a ser elegido no solo como MVP y Mejor Defensor de la Conferencia Mountain West, sino también a integrar el Segundo Quinteto Ideal All-American, en el que se destaca a los mejores jugadores de la nación.
Fortalezas
Flynn es uno de los mejores bases ofensivos de esta clase 2020, con muchísimos recursos para jugar con el balón en las manos. Lo primero que destaca es lo prolijo que es para conducir a sus equipos: su relación de 2,8 asistencias por cada pérdida es la mejor entre todos los prospectos del Draft. Es inteligente y juega de manera simple, haciendo realmente mejores a sus compañeros.
Su mayor especialidad es el juego de pick and roll, donde estuvo entre los mejores de toda la NCAA en la 2019-2020. De nuevo, no solo puede anotar por su cuenta allí, sino que sabe involucrar a sus compañeros.
Claro que a la hora de buscar sus puntos, Flynn también es más que capaz, aprovechando su buen manejo, disparo externo y toque, especialmente con una flotadora que controla a la perfección. El 40% de sus disparos llegaron desde el pick and roll, donde además fue sumamente efectivo: 1,06 Puntos por Posesión (percentil 96).
A pesar de su falta de físico o gran explosión, ese control del balón y creatividad le permitió ser efectivo dentro de la pintura: lanzó un 56% en situaciones de definición, lo cual no está nada mal para un jugador por debajo del 1,90. Es decisivo con la pelota en su poder.
Igualmente, está claro que mejor arma como anotador es el tiro a media y larga distancia. Tomó 6,2 triples en sus tres años universitarios y anotó el 36% de esos disparos. Tiene buena mecánica de disparo y es capaz de anotar desde el drible, a pie firme o saliendo entre cortinas, algo que hizo con cierta frecuencia en San Diego State.
Estuvo por encima del 85% en tiros libres en sus últimas dos campañas en la NCAA.
Compite en el campo propio, tal como quedó demostrado con su premio a Mejor Defensor del Año en la Mountain West. Tiene manos rápidas y robó 1,8 balones en la 2019-2020.
Debilidades
El principal problema con Flynn pasa por su falta de estatura, largo de brazos o explosión atlética. En la NCAA, especialmente en una Conferencia de nivel medio, no pagaba el precio de estas debilidades, pero la historia en la NBA podría ser muy diferente, especialmente en el costado defensivo.
Carece de versatilidad en la marca y estará obligado a marcar bases. Puede poner algo de presión, pero estará en una clara desventaja frente a jugadores más fuertes, grandes y atléticos. Aún con sus buenos antecedentes, puede ser un jugador al que los rivales lo tengan en la mira, una vez que llegue a la NBA.
Debe evitar a toda costa este tipo de desconcentraciones en el campo propio y dar el 100% para compensar el no tener las mejores herramientas naturales.
Posición de Draft proyectada: 2° Ronda.
Comparación NBA: Chris Chiozza, Trey Burke.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.