NBA Playoffs 2019: ¡Utah Jazz resiste ante Houston Rockets! Ricky Rubio dirige y Donovan Mitchell ejecuta

Quin Snyder, Ricky Rubio y Donovan Mitchell

Utah Jazz 107 - Houston Rockets 91

Estadísticas

El Jazz que ha construido Quin Snyder es un equipo muy especial. Seguramente la derrota en el tercer partido los dejará sin opciones reales de pasar a la semifinal del Oeste (nunca en la historia de los Playoffs se ha remontado un 3-0), pero la manera en la que se han levantado en la noche del lunes para darle una alegría a su afición es digna de elogio. Más aún cuando el tercer cuarto de James Harden había colocado a los Rockets por delante de cara al parcial definitivo tras una primera mitad en la que los locales controlaron el juego. Lo fácil habría sido dejarse irse. Frustrarse por la impotencia. Pero el corazón de Utah pesó más.

Utah desplegó su mejor juego de toda la eliminatoria en un último cuarto de fantasía. 31-12 fue el parcial. Houston no tuvo respuestas ante la intensidad, agresividad y cabeza de su rival. Tampoco pudo frenar la fulgurante carga final de Donovan Mitchell. Una delicia de jugador. Un hombre sobre el que construir un proyecto que aspire a todo. Calidad y confianza le sobran. De 12 puntos con un 5/14 en tiros, 3 pérdidas y un -11 para su equipo con él en pista en los tres primeros periodos a un cierre con 31 tantos (11/26), 7 rebotes, 4 asistencias, 4 pérdidas y un +8. El verdugo de los Rockets con unos 12 últimos minutos sensacionales.

Mitchell ejecutó a los Rockets y Ricky Rubio dirigió la orquesta de Utah. El base español, muy señalado tras los tres primeros duelos, respondió a lo grande. Repartió 5 asistencias y mantuvo el ritmo que su equipo necesitaba en el cuarto acto. Antes, junto con un magnífico primer tiempo de Jae Crowder, llevó el peso anotador. Hizo de todo. No se amilanó a pesar de que no pudo acertar los tiros abiertos que la defensa de los Rockets le concedió adrede: 1/7 en triples. Siguió metido en el partido y no permitió que esos fallos le desconcentraran. Acabó con 18 puntos, 11 asistencias y un +15 en los casi 39 minutos que estuvo sobre el parqué. Sobresaliente actuación del catalán que permitió forzar el quinto encuentro.

Seguramente a Utah no le alcance ya para darle vuelta la serie: nunca se ha levantado un 3-0 en contra. Además, ante el éxtasis que se apoderó del Vivint Smart Home Arena, puede que los Rockets, con la excepción de un Chris Paul que rozó el triple-doble y luchó hasta el final, se dejaran ir para cerrar la eliminatoria en casa. Pero los ajustes de Snyder resultan de lo más interesante. En el Game 3 ya decidió sacrificar los centímetros de Favors en favor de Crowder (23 tantos esta noche). Y ahora, aunque partiendo desde el banquillo, convirtió a Royce O'Neale en la pegajosa sombra de Harden.

La Barba alcanzó los 30 puntos, pero perdió 8 balones y, con la excepción del tercer cuarto, no estuvo cómodo. Enorme la labor de O'Neal (11+11), a quien le sobró energía para ayudar en el ataque y el rebote. Es curioso, con un Gobert mucho menos protagonista, los Jazz dominaron la batalla bajo los aros: 52 rebotes por 35 de los texanos y 52 tantos en la pintura por 22. 17-3 fue el balance anotador en las segundas opciones.

En definitiva, una reacción sobresaliente de Utah. Es de esperar que, de vuelta en el Toyota Center, los Rockets salgan envalentonados para no complicarse la vida y cerrar la eliminatoria. Aunque el corazón de estos Jazz hace que el Game 5 recobre interés. Ya se sabe, mientras hay vida hay esperanza.

Autor/es