Números que hablan: Ricky Rubio y su faceta como tirador en la NBA

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ricky rubio

"Numeros que hablan" es nuestra sección en la que combinamos una estadística destacada con la explicación de lo que realmente sucedió en la cancha. ¿Nuestro objetivo? Responder preguntas clave, descubrir verdades ocultas y abrir el telón sobre por qué algunos números importan más que otros.

Hoy, Ricky Rubio es el protagonista.

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ricky rubio

41,18

Según NBA.com, ese es el porcentaje de acierto de Ricky Rubio en situaciones de recibir y tirar (catch&shoot) desde el triple en la 2019-2020 con los Phoenix Suns.

¿Por qué merece ser destacado? Porque es una cifra de alto nivel y pone en valor el contexto positivo que tiene alrededor el base, que siempre ha tenido problemas con la anotación y, en especial, para generar peligro sin el balón en sus manos. La presente temporada demuestra que Ricky puede alcanzar notables niveles si su uso es el ideal.

De los 48 guards (bases/escoltas) que promedian más de 30 minutos por partido en la 2019-2020 (con un mínimo de 20 partidos disputados) la mayoría de ellos responden al perfil de jugador anotador. Ya sea en mayor o menor presencia sobre balón, jugadores como CJ McCollum, Fred VanVleet o Donovan Mitchell se encuentran entre los más certeros en catch&shoot, y otros como Buddy Hield, Joe Harris o Danuel House Jr entre los que más intentos realizan.

*Desde este momento catch&shoot también aparecerá como C&S

ricky rubio tiro

El triple vale tres puntos y para alcanzar el pormedio de un punto por posesión basta con anotar uno de cada tres intentos. Es decir, con 33,3% en triples alcanzas el punto por posesión, cifra a la que Rocky no llega en su promedio de carrera NBA: un 32,6% con 2,7 intentos. Dos temporadas destacan por encima del resto, cuyos niveles generales son bajos: la original, rookie en Minnesota, y la primera de sus dos con los Jazz.

  • 2011-2012: 2,3 intentos desde el triple, 34%
  • 2017-2018: 3,5 intentos desde el triple, 35,2%

Ese 35,2% de la 17-18 es la mejor marca individual de Ricky desde el triple, pero llegó en un contexto cuanto menos sorprendente. Rubio pasó de Minnesota, equipo que necesitaba de su generación para el resto, a Utah, donde le pedían puntos y su generación quedaba en un segundo plano. Ricky jugó el mejor baloncesto desde que está en Estados Unidos en la 2017-2018, temporada solo superada a nivel personal con Phoenix. Aquella campaña con Utah fue un éxito por meterse en Playoffs y eliminar a Oklahoma en Primera Ronda.

Sorprende que esa 17-18 fue de mucho lanzamiento exterior para Ricky, con más intentos de los habituales sobre bote. Subió hasta el promedio de un intento por partido en triple sobre bote, aunque el porcentaje se resentía hasta un muy bajo 28,4%. Eso sí, en C&S dejó su mejor marca: un 37,6% con 2,6 intentos por encuentro. En general la carrera del base es floja en términos de anotación, acierto de cara al aro y tiro en sus diferentes modalidades. Solo esa 2017-2018 y la rookie, en la que firmó un prometedor 35,2% en C&S con 1,4 intentos, se salvan.

Es por eso que sorprende de primeras encontrar a Ricky en la lista de jugadores con mejor acierto desde el triple en C&S. Phoenix es un equipo basado en la conducción del base, los sistemas abiertos de Monty Williams y movimiento, pantallas y cortes constantes entre los jugadores sin balón. Es por eso que Rubio destila baloncesto en los Suns, porque ejecutan líneas que él domina.

Aun así, Phoenix no es el equipo que más lanza desde el triple. En 100 posesiones son 22º en intentos y, lo peor de todo, 19º en acierto con un 35,3%. Tienen tiradores, pero falta continuidad y algún que otro lanzador que ha estado fuera por lesión. Entre los jugadores con más de 20 minutos por noche, Ricky es 6º en acierto por detrás de Cam Johnson, Devin Booker, Mikal Bridges, Kelly Oubre y Aron Baynes.

En Arizona le piden a Ricky que conduzca y defienda. Es el timón veterano de un barco todavía endeble pero lleno de prometedores corsarios. El proceso de maduración y superación personal propio, unido a los cambios de la liga y sus pasos por Minnesota y Utah, culminan en Phoenix con su versión más experimentada, la que cuadra el timing perfecto después de ganar el MVP del Mundial 2019.

Ricky apenas lanza 3,3 triples por partido y pasa 31,6 minutos de media sobre la pista. El total de 10,7 tiros por noche calca la cifra de las dos anteriores temporadas, la más alta de su carrera. La diferencia principal es que, aunque él termina menos acciones que en su etapa en Utah, tiene más balón a la hora de dirigir. Sus porcentajes de asistencias descendieron alrededor del 30% con los Jazz, ahora en Phoenix alcanza de nuevo la cifra del 40% que tenía en Minnesota.

De los 48 guards que promedian más de 30 minutos en la 2019-2020, Ricky está 12º en porcentaje de acierto en triples en C&S con su 41,18%. Es cierto que su volumen está muy por debajo de otros, pero es que Ricky nunca ha sido un tirador. Se encuentra por el fondo, siendo el 40º con menos intentos. 

La realidad estadística y visual muestra que Rubio juega ahora en un peor equipo, pero también uno en el que encaja mejor y cuyo papel maximiza sus puntos fuertes, incluso disminuye los débiles y saca partido suyo. En el último gif vemos cómo Monty Williams usa al español como bloqueador señuelo, para engañar a la defensa y, confiando en que dejarán de prestarle atención, Ricky se encuentra liberado para lanzar. Nunca ha sido ni será un tirador de élite, pero Ricky Rubio es un veterano en su momento más alto de confianza y, con el sistema adecuado, es un tirador a respetar.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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