El panorama de Atlanta Hawks para la 2021-2022 tras la eliminación de los NBA Playoffs 2021

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Trae Young Bogdan Bogdanovic Clint capela

Temporada de muchísimas ilusiones para Atlanta Hawks, que tras tres temporadas de reconstrucción sin Playoffs han alcanzado las Finales de Conferencia. Han caído, sí, pero se trata de un grupo joven liderado por Trae Young. que en su primera aventura en postemporada ha demostrado ser una verdadera estrella de la liga. Además, con el entrenador Nate McMillan alcanzaron la identidad deseada tras los ambiciosos fichajes de la offseason 2020.

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Los problemas físicos de Young condicionaron la serie, pero el nivel del equipo ha sido sobresaliente. Muy guerreros y combativos, disponen de talento y carácter. El plantel es profundo y pese a otras lesiones han sabido emplear al máximo a sus figuras, fuesen más relevantes o complementarias. Jugadores como Bogdan Bogdanovic, John Collins, Danilo Gallinari o Kevin Huerter salen reforzados.

Con la campaña terminada es momento de reflexionar sobre el proyecto de los Hawks y delinear los siguientes pasos. ¿Qué puede mejorar este joven y atractivo equipo para superarse a sí mismo y conseguir el asalto definitivo a las Finales?

El salto adelante con el Trae Young mejor rodeado

Danilo gallinari Trae Young Bogdan Bogdanovic

Atlanta realizó una fortísima inversión desde las oficinas en los meses anteriores al inicio de la temporada. Los dos fichajes de renombre, Bogdanovic y Gallinari, acompañaban al todavía por estrenar Clint Capela, jugador obtenido vía traspaso en el cierre de mercado de febrero de 2020, es decir, en las últimas semanas antes de la pandemia de COVID-19. Bogi, Gallo y Capela eran los elegidos para unirse a Huerter, Hunter y Reddish en la tarea de facilitar el trabajo de Young, desde quien empieza todo en los Hawks.

Pese a las dudas continuó Lloyd Pierce en el cargo. El técnico, de gran reputación en la liga, todavía no había conectado con Trae y su relación con varios de los pesos pesados del proyecto era mejorable. Trabajaron en esta química interna con ímpetu y ganas reales de solventar los problemas del pasado. Sin embargo, las semanas iniciales de temporada fueron muy complicadas. Pierce dudaba con la rotación y las lesiones, en especial la de Bogdanovic, no ayudaban.

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Hasta el 1 de marzo Atlanta era el 22º equipo en porcentaje de victorias. Solo Wizards, Cavs, Magic y Pistons figuraban por detrás en el Este. Un drama para el mejorado plantel cuyo objetivo debía ser figurar como joven alternativa en la conferencia. Lejos de aquellas previsiones tenían la 8º peor defensa y su ataque tampoco arrancaba como era de esperar (12º). Entonces despidieron a Pierce y pusieron a McMillan, hasta entonces asistente principal, como entrenador jefe interino.

McMillan siempre había destacado por el trabajo defensivo. Considerado más un entrenador de temporada regular que de Playoffs, en ocasiones mostró sus propias costuras cuando el rival exigía explotar un nivel superior de sus jugadores. Claro que nunca tuvo a un desequilibrante anarquista como Young dirigiendo su orquesta, ni una escuadra de ejecutores a su alrededor tan poblada. Precisaban voz veterana y orden. Soluciones y una figura con la que conectar mejor en la banda.

El entrenador solventó las diferencias entre Young y Collins. El ala pivote demandaba mayor movilidad del balón para involucrar al resto de jugadores, algo que sorprendió al base y que no consiguió arreglarse con Pierce. Pero McMillan era un tono distinto y supo hacerlo. Metió a Bogdanovic como titular y puso desde el día uno énfasis en la defensa. Los Hawks cambiaron de forma radical desde su primer día: racha de ocho triunfos seguidos, récord final de 27-11 (3º mejor en porcentaje de victorias), rotación establecida, 8º mejor ataque y 12º defensa. Objetivo conseguido.

"El mensaje al vestuario (tras caer eliminados) ha sido claro. No hay lamentos. No tenemos ningún lamento", dijo McMillan a los medios tras el Juego 6 ante Milwaukee. "Nos hemos vaciado en estos Playoffs. Estos chicos han dejado todo". McMillan termina contrato y en los próximos días hablará con la franquicia sobre su futuro. Todo lo que no sea su continuidad será una enorme sorpresa.

Los Playoffs confirman lo visto durante la temporada regular. Pese a cierta inconsistencia en la anotación exterior, baza clave de su ataque, Atlanta ha demostrado carácter e imprevisibilidad. Young es una estrella diferente. El base les da un punto de partida con el que pueden superar cualquier defensa. Por supuesto, el trabajo sería inasumible de no estar rodeado así, pero esa es labor de la directiva, no del jugador. Los Hawks de Trae son una realidad. Estamos en la fase inicial de un proyecto que puede recortar en profundidad para mejorar en calidad.

Situación salarial y necesidades

John Collins

  • Agentes libres: John Collins (restringido), Solomon Hill, Tony Snell, Lou Williams, Brandon Goowdin (restringido)
  • Opciones de jugador/equipo: Kris Dunn (opción de jugador de 5M)
  • Jugadores con contrato: Danilo Gallinari (20,47M), Bogdan Bogdanovic (18M), Clint Capela (17,1M), Trae Young (8,3M), De'Andre Hunter (7,7M), Onyeka Okongwu (6,1M), Cam Reddish (4,6M), Kevin Huerter (4,2M), Bruno Fernando (1,7M)
  • Elecciones del Draft: pick 20 (Primera Ronda), pick 48 (Segunda Ronda)

Atlanta dispone de su estrella principal, Young; el dúo generador y anotador a su lado, Bogdanovic y Huerter; Capela, pivote que encaja en ambos lados de la cancha; el sexto hombre veterano en Gallinari; la pareja de aleros todavía por explotar, Hunter y Reddish; y el prometedor segundo año de Okongwu tras las prometedoras píldoras de Playoffs. ¿Quién falta? El bueno de Collins, que en Playoffs ha promediado 13,9 puntos, 8,7 rebotes y 35,7% en triples. Tercero en puntos, minutos y tiros por encuentro.

Collins termina contrato rookie y la pregunta es cuánto compensa pagarle. Es un notable ejecutor y mejorado defensor, aunque tiene todavía fallos importantes en este aspecto. Se trata de un jugador de todavía 23 años, pero la cuestión es si Atlanta querrá pagarle lo que pida o si él optará por buscar conjuntos que ofrezcan mayor protagonismo. En el pasado ha reclamado ser un jugador de contrato máximo, algo que dista con lo ofrecido sobre la cancha. Suma en positivo y se ha reconvertido al papel de obrero en defensa y ejecutor en ataque que le pedía McMillan, pero ¿un máximo? Demasiado para su rendimiento.

El futuro de Collins marca el verano de los Hawks. La plantilla es profunda y tienen que decir qué hacer. Quizás moverle en sign&trade traiga activos interesantes al equipo, permitan darle mayor protagonismo a Gallinari, Hunter y Reddish y, de paso, generen algo de espacio salarial para retoques antes de entrar en la renovación de Trae Young. Firmar la oferta cualificada por una temporada permitiría a Collins seguir un año y salir al mercado de 2022, otra de las opciones.

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Sea el caso que sea, la situación con Collins no parece sencilla. En más de una ocasión ha habido rumores de posible salida y seguro que habrá equipos interesados. Si algo ha demostrado Travis Schlenk, ejecutivo del equipo, es que no le tiembla el pulso para mejorar el proyecto. ¿Es superior el techo de los Hawks con Collins o su traspaso aumentaría el potencial? Todo parte desde esta premisa.

Fuera de Collins no hay agentes libres de peso. Williams fue protagonista en Finales del Este por la baja de Young, pero su promedio de Playoffs es de 15,4 minutos por partido. De seguir Kris Dunn, que ha sufrido problemas físicos, Atlanta podría probar uno de sus fichajes frustrados. Mientras, Hill y Snell han aportado. Ambos podrían regresar, pero seguramente en contratos por el mínimo.

¿Qué necesita Atlanta? Si salen Williams, Hill y Snell, añadir varios veteranos a la rotación, tanto para jugar minutos de peso como para ser complementos en cancha, pero presencias en el vestuario. La gran mejora puede llegar buscándole a Young un compañero All-Star, aunque el mercado está caro por la falta de género. Lo cierto es que están a otra estrella de ser una amenaza seria, y activos tienen de sobra para pescar.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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