Antes del inicio de la temporada, el Oklahoma City Thunder era una de las grandes incógnitas que presentaba la competencia. Mientras algunos sostenían que podrían pelear por un puesto de Playoffs, otros aseguraban que terminarían siendo vendedores en el mercado y moverían a sus veteranos, priorizando el desarrollo de sus prospectos. Y aunque la campaña todavía es joven, todo indica que ya hemos encontrado una respuesta concreta: OKC no sólo está dispuesto a dar pelea en la 2019-2020, sino que se está transformando en uno de los animadores del certamen.
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El Thunder cerró ayer un diciembre soñado, venciendo a los Mavericks de Luka Doncic por 106-101. Fue la séptima victoria del equipo en sus últimas ocho presentaciones, para terminar el mes con marca de 11 victorias y apenas 4 caídas. Ya no sólo se han hecho dueños claros de la séptima colocación del Oeste, sino que incluso están más cerca del sexto (Dallas), que del octavo (San Antonio). La realidad es que el récord de 18-15 no termina de contar toda la historia de un conjunto en franco crecimiento.
Lo curioso del caso de Oklahoma City es que su éxito no se está fundamentando en un gran trabajo ofensivo (17°), ni en una defensa dominante (14°), sino más bien en la enorme tarea del tridente que empuja el carro: Chris Paul, Dennis Schroder y Shai Gilgeous-Alexander. A pesar de que todos llegaron a la liga jugando en la misma posición (base), hoy parecen encajar a la perfección, al menos dentro de este esquema de Donovan. Cada vez que el trío pisa la cancha, suceden cosas muy buenas para los suyos.
Si revisamos los números de todas las combinaciones de tres jugadores, con al menos 100 minutos compartidos, la de OKC es la tercera más eficaz de la liga, muy cerca de los otros lugares del podio: tiene un Net Rating de +29,5 por cada 100 posesiones, apenas por detrás del James-Davis-Caruso de los Lakers (+30,9) y el Beverley-Leonard-Harrell de los Clippers (+30,4). Cuando los bases coinciden en el campo, el Thunder está siendo sencillamente imparable.
La experiencia, la jerarquía y el conocimiento de Chris Paul. El desequilibrio de un Dennis Schroder en el pico de su carrera. La dinámica, frescura y constante evolución de Shai Gilgeous-Alexander. Las figuras de Oklahoma cubren todos los casilleros y los resultados saltan a la vista, especialmente en ataque: además del mencionado y superlativo Net Rating, el tridente es el mejor de toda la NBA en cuanto a rating ofensivo, con 127,1 puntos por cada 100 posesiones. Una absoluta barbaridad. Y atención, porque la muestra no es para nada pequeña: 32 partidos y 198 minutos.
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De todas formas, quizá lo más interesante tenga que ver con el rendimiento de estas piezas en el clutch (últimos 5 minutos, diferencia de 5 o menos puntos). Paul es el jugador que más ha anotado en esa situación, por un buen margen de diferencia: 31 conversiones. Segundo aparece nada menos que SGA con 22, mientras que Schroder queda un poco más atrás con 12. Y si hablamos de eficacia, las cifras asustan: 58% de cancha, incluyendo un increíble 22 de 31 (71%) de Gilgeous-Alexander, que lo tiene segundo en toda la NBA en términos de porcentajes (Harrell lo supera con un 71,4%). No sólo el tridente funciona a la perfección: gana partidos en los minutos de definición.
Schroder with the buzzer beater to send it to OT! pic.twitter.com/Niin814Wzk
— MyBookie NBA (@MyBookieNBA) December 7, 2019
El Thunder parece haber encontrado un tesoro extremadamente valioso, casi sin buscarlo. Gilgeous-Alexander llegó debido al pedido de traspaso de Paul George, mientras que el arribo de CP3 tuvo que ver con la salida de Russell Westbrook, derivada justamente del canje con los Clippers. Pero mientras su futuro es brillante, con muy buenos proyectos jóvenes y un sinfín de picks para los próximos Drafts, el presente está tomando un tono cada vez más interesante. En Oklahoma City hay equipo.
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