Las jornadas de los seeding games se van agotando y ya solo resta un partido para conocer qué dos equipos tomarán parte en el Play-In. De entre todos ellos uno en particular destaca por la gesta realizada y por lo impensado que resultaba imaginarlos en esta situación antes de que todo esto comenzase: Phoenix Suns.
Los de Monty Williams son el único equipo invicto hasta el momento desde que se reanudase la competición. En los 7 partidos que han disputado han pasado por encima de rivales de una entidad a priori superior, como Clippers, Thunder o Heat. Los últimos en comprobar la solidez de los renovados Suns fueron los Philadelphia 76ers, que no pudieron hacer frente a las numerosas bajas que traían y cayeron por 130-117 en otra espectacular noche de la estrella del equipo, Devin Booker.
El escolta de Kentucky firmó su tercer partido consecutivo con 35 puntos, consiguiendo un 11 de 24 en tiros de campo (45,8%), a lo que sumó 9 rebotes y 7 asistencias. De este modo, si Booker consigue alargar su gran momento en el siguiente encuentro contra Dallas Mavericks se uniría a Damian Lillard como los únicos jugadores en esta campaña con más de 4 partidos en fila por encima de estos guarismos (el jugador de Blazers alcanzó los 6 partidos seguidos).
“Llegamos con la mentalidad adecuada", dijo Booker al terminar el encuentro. "No llegamos diciendo que queríamos ganar ocho partidos seguidos. Solo queríamos ganar un encuentro ocho veces".
La estrella de los Suns se enfrentará al partido más importante a nivel colectivo de toda su carrera contra Dallas, pues una victoria no aseguraría matemáticamente la presencia en el Play-In, pero sí obligaría a Blazers o Grizzlies a ganar sus respectivos partidos. "Estos son los partidos que he estado esperando para jugar", dijo el escolta.
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La victoria es vital pues una derrota los eliminaría automáticamente, pudiendo caer incluso hasta el undécimo puesto final en la clasificación si San Antonio Spurs vence. "Estamos aquí para ganar", dijo Mikal Bridges, que terminó con 24 tantos ante 76ers. “Este es el partido más grande. Veremos si realmente podemos mantener lo que hemos estado haciendo. Salir ahí, tener la mentalidad de jugar juntos y no cambiar lo que hemos estado haciendo", agregó.
Los Suns han estado jugando su mejor básquet en años y eso se ha traducido en victorias, un 7-0 desde que arrancasen el reinicio frente a los Wizards que supone la mejor racha de triunfos de la franquicia desde marzo de 2010, cuando todavía estaban en el equipo jugadores como Steve Nash, Grant Hill o Amar'e Stoudemire. El problema es que un 8-0 de Phoenix en Disney no les garantizaría terminar entre los 9 primeros, un sabor agridulce por el trabajo bien hecho pero sin la recompensa que ello trae pues precisan de resultados cruzados para alcanzarlo.
"Todo el mundo en la liga nos mira y ve que no hemos perdido. Hemos hecho un verdadero esfuerzo y muchos de estos equipos han tenido buenos partidos que han sido difíciles de jugar. Hemos jugado contra equipos durante 48 minutos cada noche en los últimos partidos. No siempre ha sido bonito de ver, pero el juego a veces tampoco lo es", resumía el entrenador Monty Williams.
"Quizás no esté contento con la ejecución de algunas cosas, pero hicimos lo necesario para conseguir la victoria", continuó. “Sabemos que no tenemos el control total de nuestro destino, pero nos colocamos en una buena posición. Nadie hubiera imaginado que los Phoenix Suns estarían en esta posición".
Dallas Mavericks tratará el próximo jueves 13 de agosto de vencer a los que no conocen la derrota desde el 10 de marzo, precisamente ante Portland Trail Blazers, su gran competidor en esta reanudación.
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