A la hora de mirar el duelo de este viernes entre Argentina y Francia por las semifinales del Mundial de básquet 2019, es imposible no observar a ese jugador que impacta a simple vista. Esos 2,16 metros de un físico largo e intimidante que corren de un lado a otro de la cancha, con brazos interminables que lo hacen aún más peligroso para su función, son llamativos por sí solos. De Rudy Gobert estamos hablando. De la torre en donde los galos centran su estructura. La torre con la que tendrá que batallar la Selección nacional para meterse en la definición en China.
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El impacto del jugador de Utah Jazz quedó retratado de manera perfecta en los cuartos de final. Estados Unidos, el eterno candidato con actualidad terrenal, quedó expuesto ante un jugador completamente diferencial. Un pivote que, a los 27 años, está en el pico de su carrera y que acaba de llegar a su tope de rendimiento en este Mundial. Esos 21 puntos (6-12 dobles, 9-10 libres), 16 rebotes (7 en ataque), 2 asistencias, un robo y 3 tapones (para 36 de valoración) grafican una actuación memorable.
El +/-, ese dato a veces cuestionable, hace justicia con su impacto: en 34 minutos en cancha con Gobert, Francia le sacó 26 de diferencia al Team USA. En los 6 minutos en donde descansó, perdió por 16. Todo dicho.
El Mundial de Gobert
Decíamos que Gobert es el centro de la estructura francesa, y está claro que no es una exageración. Especialista defensivo como pocos, su presencia intimida por completo. Su envergadura a partir de esos brazos larguísimos no sólo lo ponen como un taponador de elite, sino que lo suyo va mucho más allá de las tapas reales: Gobert modifica lanzamientos, los desafía como pocos y genera en el ataque una sensación clara: si te acercás a su zona, corrés peligro de perder el desafío.
Si le sumamos que ha evolucionado en su juego ofensivo, convirtiéndose en un muy buen continuador y finalizador de acciones de pick and roll, más el hecho de haberse transformado en alguien cumplidor y sólido con los libres (entendiendo a ese apartado como una carencia habitual de los hombres altos), encontramos un combo realmente completo.
En China, Gobert promedia 12,7 puntos (65,8% dobles, 78,8% libres con 5,5 intentos por encuentro), 9,7 rebotes, 2,2 asistencias y 2,3 tapones en 26,9 minutos. Es el jugador con mejor promedio de recobres de los que todavía siguen en el torneo (4° en la tabla general), y también el líder en tapones (2° en la general, sólo superado por los 3,2 de Salah Mejri).
Si los cambios defensivos y el quedar emparejado con un perimetral bajo y rápido siempre fue uno de los lunares de su juego, basta con ver una acción del cierre contra Estados Unidos: Donovan Mitchell, su compañero en Utah, lo sacó de la pintura, penetró, ganó en velocidad y -cuando intentó definir- se encontró con su brazo para un bloqueo sensacional. Con las reglas FIBA, sobre todo a partir de no existir los 3 segundos defensivos, su impacto puede ser aún mayor.
You need to slow the replay down to really appreciate Gobert's mid-air adjustment and reach. Mitchell fooled him and it didn't matter.
— Mike Prada (@MikePradaSBN) September 11, 2019
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Estrella en la NBA
Una realidad: no se necesita tener una presencia en el All-Star Game para ser considerado una estrella en la NBA. Gobert es un ejemplo claro. En un terreno donde los números son gran parámetro, ser un jugador 100% de equipo y poco llamativo desde lo ofensivo hacen bajar sus acciones a la hora de entrar en la fiesta anual de la grandes figuras. Pero su juego habla por él. Y Gobert hizo méritos de sobra para haber estado.
La temporada 2018-2019, su sexta en la NBA (todas con Utah) tras haber sido elegido en el 27° lugar del Draft 2013, ha sido la mejor de su carrera. Promedió 15,9 puntos, 66,9% campo, 12,9 rebotes, 2,0 asistencias y 2,3 tapones en 31,8 minutos. A excepción de los bloqueos, los otros registros fueron los más altos de su vida para cada rubro. En efectividad, fue el mejor de toda la liga. Y en cuanto a las tapas, fue su quinto año consecutivo promediando más de 2 por duelo (en la 2016-2017 lideró la NBA con 2,6).
Estamos hablando de un jugador que modifica por completo el andar de su equipo. Con Gobert en cancha, Utah se ha convertido en las últimas temporadas en una defensa de elite que le permite dar pelea dentro de la siempre durísima Conferencia Oeste. Y haber ganado los últimos dos premios al Mejor Jugador Defensivo de la NBA (más dos menciones All-NBA) es un reconocimiento a su capacidad de impacto en la liga.
| Temporada | Puntos | Rebotes | Asistencias | Tapones | %TC | %TL |
|---|---|---|---|---|---|---|
| 2016-2017 | 14,0 | 12,8 | 1,2 | 2,6 | 66,1% | 65,3% |
| 2017-2018 | 13,5 | 10,7 | 1,4 | 2,3 | 62,2% | 68,2% |
| 2018-2019 | 15,9 | 12,9 | 2,0 | 2,3 | 66,9% | 63,6% |
| Carrera (406 PJ) | 11,1 | 10,5 | 1,3 | 2,2 | 62,9% | 63,1% |
Brillar no pasa por una cuestión de números. Gobert lo sabe como nadie. Es uno de los mejores obreros de la NBA, y en China es el ancho de espadas de una Francia que amenaza con ponerle fin al sueño de Argentina en China.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.