La reconstrucción de Nigeria para los Juegos Olímpicos: del peor partido en la historia a poder ser la revelación en Tokio

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Competir y obtener resultados positivos en el básquetbol internacional es uno de los objetivos más ambiciosos que puedan tenerse en este deporte. La exigencia de las competiciones, la igualdad entre selecciones y el continuo desarrollo de los jugadores ha hecho de cada una de las citas entre países unos torneos de una dificultad mayúscula. Contar con buenos jugadores o que estos formen parte de la NBA con un rol más o menos importante ya no es sinónimo de éxito, pues se necesitan años de trabajo, el establecimiento de una estructura y la cohesión del propio grupo.

El caso de la Selección de Nigeria es uno de los más interesantes en la historia reciente del básquetbol FIBA. Un país que ha nutrido al deporte de la canasta de grandes jugadores desde hace muchos años pero que nunca ha conocido el éxito en los torneos intercontinentales. De hecho, su mejor resultado hasta la fecha fue un 13er puesto en el Mundial de 1998, siendo esta su primera aparición en una competición de este tipo.

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La Federación nigeriana quiso cambiar esta dinámica en 2011, aprovechando una generación que les llevó a ganar los African Games y quedar terceros en el Afrobasket de la mano de Ime Udoka, Derrick Obasohan o Ejike Ugboaja. Una serie de resultados positivos que tuvo su recompensa a través de la clasificación para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 donde se codearían con la élite del baloncesto, reuniendo para la ocasión a varios jugadores NBA como Ike Diogu y Al-Farouq Aminu y tentando a otros como Andre Iguodala.

Sin embargo, el resultado no fue muy satisfactorio.

Y eso que el torneo olímpico comenzó de la mejor manera posible para los nigerianos. En la jornada inaugural los africanos lograron su primera victoria ante Turquía en un apretadísimo encuentro donde Aminu fue la figura más destacada. Pero aquel triunfo fue más  bien un espejismo pues los dirigidos por Sani Ahmed no lograrían vencer en ningún partido más, pero no solo eso sino que no tendrían opciones de triunfo en los otros 3 duelos que les quedaban por delante en Londres. Todo comenzó a venirse abajo en el primer cuarto ante Lituania donde recibieron un 14-8 de parcial, siendo incapaces de levantar el marcador y perdiendo por 19 puntos de distancia. 

nigeria, usa, 2012

A medio camino entre las grandes diferencias con respecto a sus competidores y la dificultad para rendir cuando uno ya se sabe eliminado Nigeria se enfrentó a Estados Unidos en el tercer día de los Juegos de 2012. Lo que ocurriría sobre el parqué del The Marshmallow sería historia, pero de esa que mejor no refrescar. Los norteamericanos venían de haber vencido por 47 a Túnez y se encontraban en un momento muy dulce, puliendo su estilo y cada vez más cómodos jugando juntos. Y sucedió lo inevitable. Decir que el Team USA barrió de la pista a los nigerianos sería quedarse corto y es que el equipo conformado al completo por jugadores NBA logró el triunfo por el mayor margen de victoria de toda la historia de los Juegos Olímpicos, imponiéndose por 83 puntos de diferencia en un marcador irrepetible de 156 a 73. Aquel duelo incluyó además la máxima en puntos y triples anotados (26) en un encuentro de los JJ.OO. El impacto de aquel marcador dejó huella en el equipo que en el último partido de la Fase de grupos fue vencido por Argentina, que arrancó con un parcial de 37 a 19.

El sueño de llegar a los Juegos Olímpicos se había cumplido, el hito era estar ahí, pero los resultados cosechados en Londres dejaron claro a la Selección nigeriana que necesitaban algo más, que precisaban de la mezcla adecuada de talento y experiencia para poder llegar al siguiente nivel. 

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Ese proceso de reconstrucción del equipo nacional llevó su tiempo, quedando en 7º lugar en el Afrobasket de 2013 y no disputando el Mundial del año siguiente. El oro conseguido en el torneo continental africano en 2015 fue el punto de partida para relanzar el proyecto (el primero de su historia), volviendo a unos Juegos Olímpicos donde firmaron el mismo balance (1-4), pero con unas sensaciones bien distintas, compitiendo contra España, Lituania y venciendo a Croacia. Había material para brillar y razones para creer, logrando al siguiente año la plata en el Afrobasket

Objetivo Tokio

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Los Juegos Olímpicos de 2020 estaban marcados en rojo en el calendario de la Federación nigeriana. Conscientes del momento competitivo en el que se encontraban y aprovechando el desembarco en la NBA de un buen número de jugadores con raíces en su país, estos pusieron todos los recursos disponibles para dotar de consistencia y fuerza al grupo. De este modo y con el objetivo de ser la primera selección africana en llegar a unos cuartos de final de unos Juegos Olímpicos consiguieron convencer a Mike Brown para que fuese su entrenador. Una figura de relevancia, respetada dentro del mundo NBA y que se ha ganado a pulso una reputación como un especialista defensivo.

"Queremos liderar a Nigeria y la diáspora, pero lo que es más importante, sentimos que vamos a representar a toda África en estos Juegos Olímpicos", dijo Brown a The Undefeated recientemente. "La experiencia es algo que definitivamente espero con ansias porque no muchas personas pueden decir que tuvieron la oportunidad de ser parte de los Juegos Olímpicos. Ser el entrenador de Nigeria es algo que me apasiona. Me ha apasionado mucho intentar hacer crecer el baloncesto en Nigeria de la manera correcta".

El actual técnico ayudante de los Golden State Warriors ha conseguido armar un plantel con un potencial enorme en el básquetbol FIBA, combinando físico, capacidad atlética, defensa y talento creativo. De este modo se explica que Nigeria haya llegado a Tokio con el cartel de posible sorpresa y es que en la fase de preparación los africanos han dado muestras de poder desplegar un juego muy eficaz y que puede poner en problemas a bastantes rivales. Lo que más llama la atención con los D'Tigers es que han abrazado un sistema de ataque con los cinco jugadores en cancha abiertos, tratando de maximizar el espacio y sacar de la zona de confort a oponentes con formatos más tradicionales.

El toque de Brown en la selección de jugadores es más que evidente, dando una gran importancia en el equipo a Josh Okogie, especialista defensivo, Miye Oni, que puede ser una suerte de 3&D, el anotador Gabe Vincent, así como el diamante en bruto que es Precious Achiuwa. Una plantilla donde destaca la presencia veterana del ex de los Jazz y Warriors Ekpe Udoh, que está llamado a ser el líder y guía de los africanos en su intento de dar la sorpresa. Un total de 8 jugadores NBA que pueden poner en aprietos a más de un rival.

Y sino, que se lo digan a Estados Unidos, que en su primer amistoso de preparación se vio superada por Nigeria por 90 a 87. Un encuentro en el que los africanos se aprovecharon de la defensa en cambio estadounidense para encontrar la mejor situación ofensiva, firmando un 20 de 42 desde el triple, mientras sus oponentes solo pudieron atesorar 10 de 24. Una manera de "vengar" lo sucedido en Londres 2012 y que cerraba el círculo de la reconstrucción nigeriana, la cual les ha llevado a terminar la fase previa habiendo vencido a la subcampeona del mundo en 2019 (Argentina) y perdiendo únicamente contra Australia.

Que estos resultados sean fruto de las circunstancias o un aviso al resto de contendientes es algo que todavía está por resolver, lo que sí está claro es que la Selección nigeriana es un equipo muy a tener en cuenta, no solo en Tokio sino en siguientes compromisos internacionales.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.