El pasado 15 de febrero, Utah Jazz derrotó a Philadelphia 76ers en un partido que contó con la baja de Joel Embiid. El pivote estuvo fuera por molestias en la espalda y las responsabilidades recayeron en Ben Simmons, autor de 42 puntos y 12 rebotes, buena parte de ellos ante Rudy Gobert, aunque un Jordan Clarkson extraordinario (40 puntos) ejerció de héroe. Esta jornada la historia ha sido muy distinta. Embiid pudo jugar y dio un auténtico espectáculo. Recital y factor diferencial.
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40 puntos, 19 rebotes, 3 asistencias, 2 tapones, 1 robo y 14 de 27 en el tiro (52,9%), con 2 de 5 en triples (40%) y 10 de 13 en libres (76,9%). Enfrente, un Gobert que nada pudo hacer ante la marca de Embiid. Parecía un juguete en manos de un niño, haciendo y deshaciendo la figura a su antojo.
"Esos son los enfrentamientos que quiero dominar y demostrar que tenemos un gran equipo", dijo Embiid tras el 131-123 de la prórroga. "Quiero dominar en el lado ofensivo, pero sobre todo en el defensivo", dijo. Y es que el pivote francés, que regresa este año como All-Star, ha sufrido mucho ante los interiores de primera línea de la liga, con la estrella de los 76ers en la lista.
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El emparejamiento entre el ataque de Embid y la defensa de Gobert supuso cerca de 31 posesiones parciales, el 61% de los ataques del camerunés. En ellos, Embiid firmó 22 puntos con 8 de 18 en tiros de campo (44,4%), 1 de 4 en triples (25%) y 5 de 7 en libres.
Gobert sufre cada vez que se enfrenta a un pivote de élite, grupo al que él pertenece por galardones y contrato, en especial contra aquellos con capacidad para tirar por fuera. El gran ejemplo es Nikola Jokic, que pelea por el MVP con Embiid. El de los Nuggets ha destrozado esta temporada en dos ocasiones a Gobert:
- 17 de enero: 35 puntos, 14 rebotes y 9 asistencias (14 de 23 en tiro, 3 de 6 en triples)
- 31 de enero: 47 puntos, 33 rebotes y 5 asistencias (17 de 26, 4 de 4 en triples)
Esta segunda actuación, la del 31 de enero, es de las mejores de la carrera de Nikola y nada pudo hacer el de Utah. Como muestra también están los últimos Playoffs, en los que Jokic arrancó insípido, con Gobert muy por encima suyo en los dos primeros duelos. Sin embargo, el Joker despertó, buscó más el triple y pulverizó a Gobert, y con ello a toda la defensa de Utah, construida sobre los hombros del francés.
Sin respuesta por parte del francés en este duelo ante Philadelphia, no fue capaz de marcar diferencias en su especialidad, la defensa. Es cierto que enfrente estaba uno de los mejores, pero Gobert es cuatro veces All-Defensive, en dos ocasiones ganador del Defensor del Año y candidato al premio de este año. Cayó en varias de las fintas de Embiid, cometió faltas y solo pudo puntear algunos tiros de media distancia, la marca de la casa del camerunés. Pudieron ser más puntos de no ser por el desatino de Embiid desde el exterior.
También hay una parte de trabajo colectivo de Utah. Es un secreto a voces que Gobert sufre cuando sale de las cercanías del aro, pero el Jazz no ha mostrado hasta la fecha un sistema de reemplazos defensivos que tapen las salidas de Rudy. Cuando él sale, acostumbra a caer en una finta (uno de sus males endémicos) o a ser superado en velocidad, y entonces la defensa del Jazz no tiene garantías para frenar a los Embiid o Jokic de turno.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.