Russell Westbrook fue uno de los nombres propios del verano y de la agencia libre. Tras diez temporadas en Oklahoma City Thunder salió traspasado rumbo a Houston Rockets para comenzar una nueva etapa con el objetivo de ayudar a su amigo James Harden en su intento por conseguir el anillo que tanto ansía. Las dudas y el excepticismo respecto a su posible adaptación al juego de Mike D'Antoni fueron casi instantáneas. Un jugador con un promedio del 31% en tiros de tres en sus últimas tres temporadas no invitaban al optimismo en el equipo que más triples lanzaba y anotaba por noche de toda la NBA en las tres campañas precentes.
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El arranque de la temporada les dio la razón a aquellos que dudaron de su coexistencia con La Barba pues sus promedios seguían descendiendo al mismo ritmo que sus porcentajes de cara al aro. Westbrook perdía progresivamente su estatus de estrella indiscutible por su propio rendimiento individual en un equipo cuyo estilo no terminaba de encajar en el físico base.
Sin embargo, con la llegada de diciembre todo cambió. Brodie empezó a acumular un volumen de uso mayor y a incrementar el número de lanzamientos cerca del aro intentados y se produjo la magia: volvió a ser él mismo. Desde que comenzase el último mes del año, el base de los Rockets ha dado un paso adelante para reivindicar su puesto en el equipo como el verdadero MVP que realmente es, dejando atrás porcentajes negativos y un sobreuso del lanzamiento exterior que no le beneficia en absoluto.
La temporada de Westbrook
| Mes | Partidos | Puntos | Rebotes | Asistencias | TC% | T3% |
| Octubre | 4 | 22,5 | 12,0 | 10,3 | 48,5 | 31,3 |
| Noviembre | 13 | 21,9 | 6,3 | 5,8 | 41,1 | 21,6 |
| Diciembre | 9 | 27,0 | 8,7 | 8,7 | 43,5 | 24,4 |
Una mejoría que se confirmó en la victoria de Houston Rockets por 139 a 125 sobre Phoenix Suns con 47 puntos de James Harden a los que se sumaron 30 más del propio Westbrook y que supusieron el tercer partido en toda la temporada en el que superaba el 50% de acierto en triples y tiros de campo. Russ fue clave en la victoria de los de D'Antoni por el influjo de "game changer" que representó para el equipo, descargando de peso ofensivo a La Barba y arremetiendo contra el aro sin que la defensa de los Suns le detuviese.
El base de los Rockets demostró que puede ser efectivo en isolation y obviamente tras bloqueo directo, pero dejando claro que el Morey Ball sigue sin ser su estilo. De los 30 puntos que anotó, 14 vinieron desde la media o larga distancia, principalmente tras driblin y en suspensión, aprovechando que la defensa de Suns permitía ese tipo de lanzamientos con el objetivo de colapsar la zona y evitar una penetración.
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La realidad es que intentar condensar a Westbrook en un sistema tan cerrado como el de Houston acaba por limitarlo. Russ es un verso libre, imparable cuando consigue entrar en partido y cuando este toma una tónica física y de ida y vuelta. A partir de una mejoría defensiva considerable en los de Texas, Westbrook ha podido dar un paso adelante y asentarse como el segundo anotador del equipo por méritos propios y no por derecho de legado.
"Estamos donde necesitamos estar", dijo el base a The Athletic tras ganar a Clippers. "No estamos todavía sanos al 100% y eso es lo que más debe preocupar al resto. Podemos jugar mejor los 48 minutos y ponernos en una mejor posición para ganar", aseguraba.
De hecho, en los últimos cinco partidos, Wesbrook promedia 31 puntos (46% TC, 27% T3), 7,8 rebotes y 6,3 asistencias, siendo el sexto máximo anotador en ese lapso y uno de los más acertados en tiros de campo, por delante de otros como Trae Young o Pascal Siakam.
Los Rockets necesitan del mejor Westbrook por varios motivos. El primero y más evidente para ser más sostenibles durante la temporada regular y así gestionar mejor los minutos en cancha de James Harden de cara a los Playoffs. El segundo por una razón de roster ya que ante la baja de Eric Gordon y el bajón de Austin Rivers los puntos escasean en Houston y encontrarlos en un MVP se antoja imprescindible. Mike D'Antoni puede que no haya encontrado en Brodie su base del futuro, pero sí un parche para un presente que les puede conducir hacia el éxito no conseguido en 2018.
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