Los Sacramento Kings entran de lleno en la pelea por los Playoffs del Oeste con De'Aaron Fox como estrella

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Las predicciones sirven de poco en la presente temporada. Equipos que suben y bajan de manera inesperada. Lesiones. Problemas internos. Revelaciones. Y así toda la campaña. La 2019-2020 está siendo intensa y las últimas semanas de temporada regular prometen mucha emoción por el último puesto de Playoffs del Oeste.

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Memphis defiende la plaza. Los Pelicans de Zion Williamson parecen los favoritos en su persecución. Lillard ultima su regreso para impulsar a Portland. Pero hay un invitado menos comentado, que siempre recibe menos atención mediática: los Sacramento Kings.

Merecen más, sin duda. Una temporada plagada por las lesiones y la inconsistencia en la rotación, responsabilidad de un Luke Walton en parte decepcionante. Sin embargo, los Kings gustan y se gustan. Cuando adoptan su identidad son capaces de ganarle a cualquiera, aunque justo su problema está ahí. Parece que no siempre tienen claro quiénes son.

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Antes del parate del All-Star, Sacramento marchaba 21-33. Mantenerse en esa guerra por la 8º posición era posible, pero era necesario un buen parcial. Justo el que están realizando tras el Fin de Semana de las Estrellas.

Los Kings acumulan un 6-1 desde el 20 de febrero, balance global de 27-34. Son el 10º mejor ataque y la 6º defensa en este parcial. Impresionante, ¿no? Quizás lo esperado era que mostrasen este nivel de forma más regular, porque tienen las armas y el estilo para hacerlo.

La gran diferencia para la escuadra de Walton es esa identidad. La idiosincrasia del equipo se basa en la velocidad, en jugar con un ritmo alto y un De'Aaron Fox desatado. Las lesiones del base y de otros miembros fundamentales para este estilo marcaban los problemas de los Kings en la campaña. No sirve de excusa, pero con la regularidad que han tenido otros rivales hablaríamos de un equipo situado en puestos de postemporada.

Y ahí está Fox, como principal artífice de la mejora, que no el único. Desde el All-Star Sacramento aumenta pulsaciones. De los 7 partidos disputados, el ritmo de juego más bajo ha sido precisamente en la única derrota: contra Oklahoma, un bloque que prefiere ritmos más bajos, invertir tiempo en el baloncesto de media cancha.

Hield Kings

La excepción a la regla la confirma la victoria contra Detroit, en la que los Kings comenzaron con un parcial en su contra de 20-1. El ritmo aumentó de manera exponencial según avanzaba la noche, hasta terminar en medidas habituales. Tienen que correr. Les gusta, se sienten cómodos y es en esos escenarios donde superan al rival.

Otro motivo del renacimiento de los californianos es su nueva rotación. Walton ajustó durante meses y parece que, tras los movimientos de febrero, encontró la formación necesaria. Bogdan Bogdanovic sustituye de manera definitiva a Buddy Hield en el cinco inicial, mientras Harry Giles entra como pivote titular. Nemanja Bjelica y Harrison Barnes se mantienen en las alas.

El banquillo lo forman cuatro jugadores principales: Cory Joseph, el propio Hield, Kent Bazemore y Alex Len. Dos recién llegados, uno de los fichajes veraniegos y un jugador proyectado y con salario de titular. Entre todos estos, posiblemente el nivel más destacado sea el de Giles. El pivote de segundo año vio cómo rechazaban su opción de equipo para la próxima temporada. Cerca de los 22 años, está haciendo su mejor baloncesto como titular.

Giles promedia 12,9 puntos, 7,1 rebotes y 1,9 asistencias en 26 minutos con un 58,7% en tiro. Se complementa con Len, un cinco más clásico de corte reboteador que está en 8,2 rebotes en 18,5 minutos desde el All-Star. Esta dualidad de pivotes capaces de adaptarse a ritmos altos beneficia mucho al juego de los Kings y del propio Fox.

Volvamos con el zorro, el más listo de la clase. El nivel de Sacramento sube porque él lo hace. El equipo gana más porque él produce y se siente más cómodo. Ese ritmo extra que les estaba faltando dañaba al resultado final del base, que más que producir peor mostraba sensaciones más desconcertantes de lo visto la pasada temporada.

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En este tramo, De'Aaron se centra más en anotar. Ataca con contundencia la canasta, muestra mayor atrevimiento y acierto con el triple y su confianza como líder anotador es desmedida. Está en 24,3 puntos por noche desde el All-Star, además de 5 asistencias, 3 rebotes y un excelente trabajo defensivo.

Fox tiene todo lo necesario para ser uno de los bases más diferenciales de la competición. Un jugador cuya velocidad en el parqué potencia los resultados de su bloque, que además permite un sólido trabajo atrás. Se trata de una pieza para ser top 10 en ambos lados de la pista. Solo demanda compañeros a su ritmo.

Desde Inpredictable otorgan a los Kings un 33% de opciones de terminar 8º, el porcentaje más alto para sus proyecciones. Al igual que las predicciones de temporada, estas estadísticas sirven de poco. Es cierto que su calendario post All-Star no es el más exigente, pero los calendarios sencillos y las victorias tampoco van siempre de la mano.

Descartar a los renacidos Kings de la carrera por los Playoffs sería un atrevimiento, al igual que hacerlo con cualquier otro equipo de los que compiten por la plaza de Memphis. ¿Será el año para romper la maldición de los 13? Sacramento lleva desde 2006 sin vivir la emoción de unas series en abril. Fox llama a la puerta. Ya era hora.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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