Shai Gilgeous-Alexander, el futuro de Oklahoma City Thunder pasa por un base que no juega de base

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Cuando se habla de baloncesto moderno se habla de físico. Lo primero que miran los scouts es que el jugador en cuestión cumpla ciertas medidas físicas. Como con todo, hay excepciones. Jugadores que rompen la norma y, ya sea por talento o liderazgo, se cuelan por los moldes establecidos.

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El caso de este protagonista es especial, ya que reúne los requisitos físicos y de calidad que busca un scout NBA para un base. Sin tener la magia de elegidos como Luka Doncic o Trae Young, ni el atletismo de otras bestias como Giannis Antetokounmpo o Ben Simmons, Shai Gilgeous-Alexander representa el paquete completo. Un base que brilla sin hacer ruido, sin jugar de base y con un largo camino por recorrer.

"¿Es el líder anotador de un equipo de Playoffs en el que es la tercera opción anotadora?", le decía un scout anónimo de la liga a The Athletic sobre el talento canadiense, que este 12 de julio cumple 22 años.

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La pieza central del traspaso de Paul George a los Clippers. Cuando Oklahoma se hizo con esa colección de primeras rondas del Draft, gracias a George y Russell Westbrook, el foco caía sobre el base. Su papel como novato en los competitivos y sorprendentes Clippers había sido muy positivo. Rol destacado, titular y, en la mayoría de situaciones, lejos de ser la opción principal en ataque.

"Ha aprendido mucho de Chris (Paul) este año sobre cómo controlar el juego, sobre entender lo que está pasando y cómo y cuándo tienes que actuar", contaba otro scout NBA a The Athletic.

Es el líder anotador de Oklahoma (19,3) sin ser el jugador que más lanza cada noche, honor que corresponde a Dennis Schroder (15 vs 14,8). Lo cierto es que en los Thunder están muy repartidos los puntos y los tiros, en especial en ese trío de bases (CP3, Schroder, SGA) y Danilo Gallinari.

La mejor parte de la evolución de Shai en la 2019-2020 es que llega sin hacer ruido. Sus cifras muestran que aumenta su volumen y también su eficiencia, algo a elogiar para un chico de 21 años -durante la temporada- que ha vivido un traspaso radical en verano. De vivir y jugar en Los Ángeles, a vivir y jugar en Oklahoma. Pocos escenarios de mayor cambio puede haber en la NBA.

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Además, si bien Schroder y Paul hacen de guía, sobre todo este segundo, en un papel extraordinario de mentor y entablando gran relación con el joven, al final ambos le desplazan de su hábitat natural. Que Shai quede cerca de los 2 metros de altura (1,96) no le hace menos base. Es más, toda su vida ha sido el jugador con el balón en las manos. Esta temporada en Oklahoma juega con otros dos bases a su lado que le trasladan del rol de base al de alero anotador.

Es más, si Oklahoma tiene el mejor trío de la liga en las formaciones que presentan a Paul, Schroder y Shai juntos, es en buena parte por las habilidades tan adaptables del canadiense. Todavía tiene que añadir músculo y crecer (81 kilos), pero tiene mucha envergadura y ese tamaño le permite emparejarse con aleros, algo impensable para CP3 y el alemán. Shai, siendo el más joven y el futuro de los Thunder, ejerce fuera de su entorno para un mayor y mejor sentido colectivo.

#Shai

"Parte de su mejora llegará cuando juegue más partidos y tenga experiencia. Ser más fuerte, continuar trabajando en su tiro..." dijo otro scout de la Conferencia Este. "Si estás en los Playoffs vamos a tener que ver cómo anota los tiros liberados en el perímetro, porque seguramente vayan a pasar por debajo los bloqueos que le pongan".

Ver jugar a Shai es una experiencia extraordinaria. Más desconocido entre el público casual y fetiche de los más habituales, Shai parece tener el cerebro de un veterano dentro de un envoltorio joven por desarrollar. SIn ser el mejor en ninguna categoría, ni tampoco contando con el mayor poder atlético, es muy inteligente, toma pocas malas decisiones y sabe controlar su cuerpo como muy pocos jugadores a la hora de entrar a canasta.

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La producción estadística crece en todos los sentidos y se ubica en buenas posiciones en puntos por posesión en aclarados, pick&roll o catch&shoot, aunque todavía tiene margen de mejora en todos ellos y, sobre todo, margen para asumir mucho más. Si ves un partido de Oklahoma, Shai siempre queda por detrás de Paul y Schroder en manejo de balón, y por debajo de Gallinari en importancia anotadora. Eso sí, es Gilgeous-Alexander el que más tiempo pasa en cancha: 35,1 minutos de media, buena ventaja sobre los 31,8 de CP3, segundo en minutos.

¿Qué le falta por mejorar? A nivel general, el tiro de tres en situaciones de recibir y tirar. Cada vez se atreve más con el tiro desde el drible y el triple en step-back, pero en varias ocasiones ha renunciado a triples claros nada más caer el balón en sus manos. Parte importante si no va a ser un creador del nivel de Chris Paul (¿cuántos generadores han alcanzado su nivel en la última década?). Shai registra un espectacular acierto del 40,7% en triples en C&S, pero apenas intenta 1,3 por partido.

"Es realmente difícil decirle a un jugador" Hey, lanza ese tiro", porque en el momento del partido no están en ritmo", dijo Billy Donovan sobre este asunto el pasado noviembre. "Muchas veces el jugador no se siente cómodo disparando".

chris paul shai

Sin duda uno de los aspectos más destacados de Shai es cómo encuentra vías hacia el aro. Es sensacional su combinación de uso del cuerpo, apoyos largos y cambios de balón de una mano a otra para finalizar. Incluye reversos y fintas de mucho nivel (olvidado en este aspecto cuando se habla de los que mejor engañan). Y, sin embargo, la eficiencia debe subir: esta temporada acumula un 41 de 100 en intentos cerca del aro, según Synergy.

El buen camino de Shai comienza con su entorno y su cabeza. Los que le conocen y hablan de él dibujan a un chico joven, divertido y centrado. Maduro, con la cabeza de un veterano y conocedor de los pasos a dar para alcanzar su mejor versión en varios años. Chris Paul no selecciona a cualquier chaval para ser su aprendiz, necesitas algo especial.

Comenzar en los Clippers de la pasada temporada fue el primer paso. Le vino bien, aprendió de una gran organización y colaboró de primera mano en un bloque donde lo colectivo era lo primero. Para su segunda temporada, el traspaso a Oklahoma es lo mejor que le podía pasar. Entorno parecido al de los Clippers del año pasado, caras conocidas (Paul, Gallinari) y mayor relevancia en una franquicia que le mira con ojos de enamorado.

Shai Gilgeous-Alexander es menos mediático que varios de los mejores guardias jóvenes de la NBA. Jugar en Oklahoma y ser menos vistoso tiene su precio, pero es algo que a él no le preocupa. Tiene 22 años, su camino acaba de comenzar y será protagonista en un equipo de Playoffs. Porque, no olvidemos, a día de hoy Shai es el líder anotador de unos Thunder que marchan por delante de Houston en la clasificación, equipo al que enviaron a Russell Westbrook el pasado verano a cambio de Chris Paul, dos primeras rondas y otras dos con derecho a intercambio.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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