Hay jugadores especiales, jugadores capaces de hacer todo después de pasar por la nada en tan sólo unos instantes, jugadores que desnivelan una balanza por su propia inercia y peso. La magnitud de este tipo de jugadores la marca la historia, el palmarés y el legado, siendo el presente la última herramienta que se utiliza para comprender un fenómeno.
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Con Stephen Curry nos pasa algo parecido .
Noche tras noche nos ha deleitado con jugadas estratosféricas, triples imposibles y momentos de trance que confirman la relatividad del tiempo. Pero l o más maravilloso de Curry no reside en sus explosiones , que también lo son, sino en la perfección y la efectividad con la que realiza cada uno de sus encuentros. Como un instrumento que se mantiene de forma constante en una sinfonía sin llegar a decaer en ningún momento , destacando en los espacio de solo pero ocultándose cuando el conglomerado musical comienza a sonar.
En la noche del lunes, Curry ha anotado 38 puntos con un 52% en tiros de campo, un 50% en triples y un 100% en tiros libres. Todo eso capturando 7 rebotes y repartiendo 6 asistencias a lo largo de 38 minutos para la victoria de Golden State ante Minnesota (116-108).
Desde que regresó el sábado 2 de diciembre ante los Pistons, el base de los Warriors ha promediado 31.4 puntos, 5.6 rebotes y 5.1 asistencias, tirando con un 51.0% en tiros de dos y un 50% en tiros de tres. Unos números que se acercan peligrosamente a su famoso MVP por unanimidad de 2016, cuando tuvo una media de 30.1 tantos, 5.4 recobres y 6.7 pases gol, tirando con u n 50.4% de dos y un 45.4% de tres.
Los números siempre son fríos y por sí solos no velan nada en absoluto, pero bien interpretados indican aspectos relevantes. Si tomamos como ejemplo las cartas de tiro de rendimiento y distribución, observamos que sus lanzamientos cuando son desde el lado izquierdo (normalmente la zona más favorable para un diestro), sus porcentajes son casi infalibles a pesar de que apenas hace uso de esas zonas (3.3% desde el codo y 5.7% desde la esquina).
La clave de esta ecuación rendimiento por distribución está en la parte derecha del campo, acumulando más de un 30% entre central, codo y esquina, con un total de 49 triples sobre un total de 91 acertados. Más del 50% de sus triples.
Sus lanzamientos desde más allá de la línea de tres (91 acertados) lo colocan en el primer puesto de la liga empatando con James Harden , aunque La Barba ha jugado 5 partidos más que él, y promedia más de 11 intentos por noche con 4.1 acertados. Steph lo ha hecho en apenas 17 partidos, con un porcentaje del 50% y simplemente anotando una media 5.4 e intentando 10.7.
Para que nos hagamos una idea, de los 6 jugadores en toda la NBA que no son Curry que promedian al menos 8 triples por partido, ninguno supera el 40%. Ni Harden (37%), ni Lillard (36.5%) ni Walker (35.4%). El rendimiento de Curry solo encuentra un patrón en él mismo, en su propia explosión continuada plasmada en 2016.
Su nivel se ha mantenido intacto desde la lesión a principios de noviembre, y su nombre debe estar en toda conversación para el MVP. Un rendimiento que está afectando al equipo, ya que como se vio el lunes, cuando Curry anota más de 7 triples los Warriors no conocen la derrota (5-0).
Solo el tiempo puede marcar el camino hacia el que sería el tercer MVP de Stephen, con el que igualaría a Larry Bird, Magic Johnson y Moses Malone.