Michael Jordan y el golf: su pasión fuera de las canchas que se muestra en "The Last Dance"

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JORDAN Golf

La relación entre Michael Jordan y el golf ha sido uno de los recursos mejor utilizados en los seis episodios que llevamos de la serie-documental "The Last Dance". Con la excepción del básquetbol, este deporte británico es de las pocas aficiones que se han mostrado hasta el momento del mito de los Chicago Bulls. Una vía de escape de su frenética vida como estrella de la NBA y figura mediática a través de la cual canalizar toda la presión que le rodeó durante buena parte de su trayectoria como jugador profesional.

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Su afición por este deporte fue siempre de sobra conocida, acostumbrando a compartir ratos con rivales y amigos fuera de las canchas, su presencia en torneos benéficos se convirtió en una tradición. De hecho, una vez que se retiró como jugador de los Bulls comenzó a realizar una competición anual bajo el nombre de Michael Jordan Celebrity Invitational que entre 2001 y 2014 reunía a diferentes personalidades del mundo del deporte y el espectáculo para recaudar dinero para asociaciones y causas benéficas. Tras años y años recorriendo los diferentes campos de golf del mundo, His Airness participó en 2018 como parte de la construcción de un campo en el Estado de Florida que recibió el nombre de Grove XXIII.

Otro lugar para competir

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En el segundo episodio de The Last Dance el actual general manager de los Boston Celtics, Danny Ainge, y jugador en la época de Jordan relató cómo en la previa al segundo duelo de Playoffs en 1986 entre ambos decidieron realizar una jornada de golf. Entre el primer y el segundo partido ambos jugadores se dieron cita en una partida en la que Ainge comenzaría a picar a Jordan y que despertaría su fuego competitivo en el siguiente encuentro donde anotó 63 puntos. "Le quité unos dólares a Michael ese día, y estamos compitiendo el uno contra el otro", dijo Ainge. "Eso podría haber sido un error".

Golf y apuestas siempre parecieron ir de la mano con el jugador de los Bulls que nunca ocultó su afición por los juegos de azar, que para él significaban una manera más de competir. De ese modo resultaba común que Jordan apostara altas sumas de dinero en ese tipo de actividades. Una complicada relación que despertaría ciertas polémicas, pero que dejaba clara su predisposición a añadir interés al golf.

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Una de ellas sucedería entre Mike y Jeremy Roenick, exjugador de los Chicago Blackhawks, también con los Playoffs de fondo, esta vez en 1992 y con Cleveland Cavaliers de rivales. "Jugamos una ronda y le gané un par de miles de dólares y estaba preparado para irme", contó Roenick en un programa de radio en 2019. "Esa noche los Bulls jugaban contra Cleveland y pensaba que él iba a querer irse a casa a descansar, pero no, Me dijo de jugar de nuevo. Llenamos una bolsa con hielo y unas cervezas y volvimos a jugar otros 18 hoyos y volví a ganar otros 2.000 dólares", relató.

Cualquier otro jugador profesional habría sido incapaz de combinar una actividad tan intensa fuera de las canchas con un rendimiento a la altura de las expectativas, pero Jordan era diferente. Así, tras pasar toda la tarde en el campo el jugador de los Bulls emprendió su camino hacia el estadio para jugar contra los Cavs no sin antes volver a apostar. "Te apuesto a que esta noche ganamos de más de 20 puntos y yo voy a anotar más de 40", relató Roenick sobre lo que Su Majestad le dijo. Y Jordan cumplió con creces, sumando la victoria y 52 puntos.

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Una afición con miles de historias a través de la cual canalizar toda esa ansia competitiva que tenía His Airness dentro y que dejaba salir en una actividad a priori tan pausada como el golf. Un deporte que llegaría a practicar en los lugares más insospechados como los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, cuando perdió frente a su entrenador Chuck Daly además de competir contra otros golfistas locales en El Prat a donde acudió casi diariamente durante la cita olímpica. "Jugábamos 18 hoyos por la mañana, luego, él jugaba con los socios partidas de dinero y a última hora de la tarde jugábamos los dos solos algunos hoyos sueltos, algún día llegó a jugar 45 hoyos", dijo Gorka Guillén que trabajaba en el recinto.

El golf también trascendería a los Chicago Bulls, pues, según Pippen, Jordan le regalaría un set de juego en su temporada rookie con el objetivo de vencerle. “Michael era una superestrella en el baloncesto e incluso era más grande que otras superestrellas de cualquier otro deporte", contó Scottie en The Last Dance. "No era como cuando un jugador normal te invita a almorzar. Era mi año de rookie y me regaló un par de palos. Estaba tratando de acercarme al Golf para quedarse con todo mi dinero”, añadió entre risas.

Sin duda, Michael Jordan tiene tanto que ver con el básquetbol como con el golf, su otra gran pasión, que ha sabido conjugar a la perfección desde que comenzó a practicarlo a mediados de la década de 1980.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.