La temporada rookie de Toni Kukoc en los Chicago Bulls sin Michael Jordan y sus dos tiros ganadores

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"Estábamos seguros de que podíamos jugar en la NBA. Pero cuando llegamos la gente decía que éramos blandos, que no podíamos defender ni capturar rebotes. Nadie decía que teníamos unas habilidades diferentes a los jugadores de allí. Me hubiese encantado jugar con un entrenador que dijese, ´toma, aquí tienes la pelota, confiamos en tus decisiones´, al igual que ves ahora con Doncic, Jokic o Giannis".

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Pese a que su nombre en Europa era ya de un calibre enorme, en Estados Unidos no era nadie. Es impensable que un jugador europeo en la actualidad hubiese salido en segunda ronda del Draft como ocurrió con Toni Kukoc en 1990, considerando el palmarés que atesoraba ya el croata. Su carrera en la mejor liga del mundo será recordada por ser una pieza importante del segundo triplete de los Chicago Bulls de Michael Jordan, aunque la pregunta de "qué hubiese llegado a ser" en el básquet moderno asalta igual que con otras tantas leyendas.

O incluso si hubiese dispuesto de más balón en vez de compartir equipo con Jordan y Scottie Pippen. "No estaban preparados para nosotros", reza Kukoc.

De la ilusión de jugar con MJ, a liderar a los sorprendentes Bulls

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Tras años de persecución de Jerry Krause para conseguir su firma e, incluso, del recadito de Jordan tras la final Olímpica de 1992, finalmente Kukoc daba el salto en el verano de 1993 para unirse a la franquicia de Illinois. Era algo que ya tenía claro. Era el siguiente paso en su carrera tras triunfar en Europa y hacer un buen acopio de salario en la Benetton de Treviso.

Sin embargo, cuando todo era felicidad e ilusión por unirse a los Bulls campeones, los infortunios llegaban. Primero, el trágico asesinato del padre de Michael Jordan el 23 de julio. Después, tras un lacrimógeno funeral, el propio Jordan anunciaba su primer retiro. Lo hacía el 6 de octubre, poco antes de que comenzase la temporada. Chicago pasaba de ganar 55 partidos con MJ, a encontrarse un plantel sin su estrella, mejor jugador del planeta y con los refuerzos principales de Steve Kerr y el propio Kukoc. Nadie daba algo por ellos.

Aunque Pippen ya tenía una buena reputación, no era ni de lejos la figura reconocida que es hoy en día. De hecho, buena parte de su reputación se la labró al ser la estrella de los Bulls sin Jordan, quedando tercero en la carrera por el MVP en 1994. Mientras Horace Grant y BJ Armstrong eran las otras caras reconocibles, Kukoc demostró por qué le apodaban "White Magic".

El sacrificio de estrella a jugador de rol

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"Tuve que cambiar mi juego por completo", dijo Toni. "Yo era lo que era Scottie. Lo que él estaba haciendo aquí sin Jordan yo lo estaba haciendo en Europa. Cuando Michael se retiró (por segunda vez), tuve la oportunidad de ser el número dos, tuve algo de libertad".

Y así fue, aunque como rookie tuvo menos presencia y entró poco a poco, Phil Jackson confió en él y su rol fue creciendo. "Nunca había jugado la posición de ala pivote. Sabía que ciertas personas me masacrarían con su potencia. Podrían destruirme físicamente. Pero entonces, por el otro lado, podría hacerlo yo con ellos de otras formas".

Toni tenía 24 años cuando llegó a la NBA. Apenas era conocido por sus compañeros, ni por el propio Jackson, que solo lo había visto jugar en un par de ocasiones. Por aquel entonces, los scouts de la NBA no miraban a los jugadores extranjeros. Kukoc, dominador en el Viejo Continente con cinco premios a Jugador Europeo del Año, el premio Mr. Europa en cuatro ocasiones, tres títulos de Euroliga consecutivos y MVP de la Final Four en cuatro ediciones, más los éxitos en la liga yugoslava y el MVP del Mundial de Argentina de 1990, era un desconocido.

Ya en su debut se destacó. Pese a ser un rol completamente nuevo para él, Kukoc salió desde el banco y en apenas 21 minutos dejó 10 puntos, 5 rebotes y 1 asistencia en 21 minutos para ganar a Charlotte Hornets. Superó los dobles dígitos de anotación en sus primeros nueve partidos y el Maestro Zen observó rápidamente el tipo de jugador que tenía, ideal para su triángulo ofensivo. Podía pasar, correr la cancha, tirar y anotar a tres niveles. La perla oculta que nadie esperaba para, entre él y Scottie, sustituir como pudiesen a Jordan. Tarea imposible, por supuesto.

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Kukoc se fue a los 24 puntos, 7 asistencias, 4 rebotes y 3 robos, su primer encuentro por encima de la veintena, en su presentación número 12. Su papel era diferente. No era el anotador principal, era la pieza de equilibrio que Pippen era cuando MJ estaba presente. Aun así, le costó adaptarse al nivel físico y en los Playoffs de 1994 tuvo mayores complicaciones que en cualquier otro momento de su etapa en los Bulls. Tenía que pasar el rookie wall que cualquier jugador europeo vivía.

Los dos grandes momentos del Kukoc rookie

21 de enero de 1994. Reggie Miller celebra en el United Center un gran tiro sobre Steve Kerr que pone a los Pacers dos arriba. Esa celebración le saldría cara, por muy complicado que fuese el tiro. Phil Jackson dibujaba la jugada con menos de un segundo en el marcador. Confiaba en un Kukoc que no había estado en la defensa anterior.

Llevaba 16 puntos con un 5 de 8 en tiro y la defensa de Indiana se olvidó de él. Tras un pase bombeado terrible, Toni lanzaba un tiro con tablero que entraba, sumaba tres puntos y hacía estallar al United.

La rivalidad entre Knicks y Bulls era legítima a comienzos de los 90. Durante varios años, Chicago se había impuesto con Jordan como dominador. Pero sin el 23, los de Pat Ewing tenían su gran oportunidad de pisar las Finales. Es cierto que los de Jackson habían sorprendido con las 55 victorias, un Pippen heroico y ese rookie europeo llamado Kukoc. Alcanzaron las semifinales del Este con la etiqueta de underdogs.

Los Knicks habían ganado los dos primeros y se disponían para ganar el Juego 3 en el United. Ewing anotaba desde el poste, Pippen se comía la posesión yendo dos arriba y regalaba un saque de banda a los de Pat Riley, que por medio del pivote empataban el partido. Ewing ya celebraba el irse a la prórroga, pero Phil sacó la pizarra de nuevo. El tiro sería para Kukoc. Pippen, molesto, decidió quedarse en el banco.

La respuesta del croata fue sensacional, anotando otro tiro imposible con apenas 1,8 segundos restantes. Chicago enloquecía de nuevo con el tiro ganador de Toni, el segundo en cuestión de meses.

Kukoc cerró su curso rookie con promedios de 10,9 puntos, 4 rebotes, 3,4 asistencias y 1,1 robos en apenas 24,1 minutos desde el banco, valedor para formar parte del segundo mejor quinteto de novatos. Un año prometedor, revelador de lo que vendría más tarde.

"Tuve que cambiar mi estilo", reconoce la Pantera Rosa. "Creo que eso es lo que también me hiere cuando miran los récords. Estaba ganando campeonatos, pero no estoy anotando más de 14, 15 puntos. Esos otros muchachos, Drazen, Dino, decían que anotaban más, que no era un All-Star. Por cierto, ¿cómo podría un equipo con 72 victorias tener solo dos All-Stars cuando otros equipos tenían como tres y cuatro y estábamos ganándolo todo? Pero ellos ni siquiera estaban llegando a los Playoffs. Pero está bien, me alegro de ser un ganador", cerró.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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