La NBA siempre depara actuaciones y momentos inesperados. Situaciones poco habituales que dan riqueza a la liga y circunstancias que provocan el asombro de los fans. De los mejores escenarios es cuando jugadores secundarios o que no tienen el foco de referencias realizan producciones extraordinarias. Como hoy con el caso de Tristan Thompson.
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Parece que la época en la que el pivote de los Cleveland Cavaliers era un jugador diferencial ha quedado atrás. Ese jugador que formó parte del quinteto de Rookies de la 2011-2012 y que fue parte del mítico anillo de 2016 se quedaba atrás. O eso parecía. La realidad es que, simple y llanamente, no dispone de un equipo de primer nivel donde su trabajo sucio destaque, sino todo lo contrario.
Eso si, Thompson tiene 28 años -cerca de los 29, los cumple en marzo- y está completando su mejor temporada a nivel individual. 12,9 puntos, 10,5 rebotes, 2,2 asistencias y 1 tapón por partido en 31,7 minutos por noche. Y en la jornada del jueves, contra los Detroit Pistons, dejó el partido de su vida: 35 puntos (15-20 campo, 5-6 libres), 14 rebotes, 3 asistencias, 1 robo y 3 tapones en 45 minutos para comandar el 115-112 en suplementario.
"Esto es un vestuario feliz. Después de la derrota del martes, que fue dura y sentimos que no jugamos como debíamos, hoy teníamos que hacerlo. Estoy muy contento con estos chicos y la manera en la que comenzamos esta gira de partidos", dijo el entrenador John Beilein en rueda de prensa.
Un partido que fue va a la prórroga y resultó muy ajustado entre dos equipos cuyas miras esta temporada alcanzaban a más. Ni los Pistons pretendían quedarse tan cortos ni generar tantas dudas con su futuro, ni los Cavs mostrar una progresión tan escasa. La realidad es que ambos viven momentos críticos y que victorias así son balsámicas para la moral del plantel, aunque sean simples parches temporales.
Thompson fue el mejor de los Cavs en una noche en la que nadie brilló más que él. Ni Kevin Love (17 puntos, 6 de 14 en tiro), ni Collin Sexton (19 puntos, 9 de 19 en tiro). Darius Garland fue el que más cerca se quedó, con una de las mejores presentaciones de su temporada rookie (20 puntos, 7 asistencias, 8 de 14 en tiro) y mostrando la evidente calidad que atesora.
100% chance of celebratory showers for @RealTristan13’s career-high. ☔️ pic.twitter.com/IMv0B8JcLO
— Cleveland Cavaliers (@cavs) January 10, 2020
El veterano fue una bestia y destrozó a los Pistons durante toda la noche. Nada pudo hacer con él un Andre Drummond que se vio superado. Tanto Drummond como cualquier jugador emparejado con él. TT pareció volver a esa versión de los Cavs de LeBron, Kyrie y Love, cuando podía terminar partidos importantes con 4 puntos, pero con defensas salvajes y 18 rebotes, siendo 10 ofensivos.
"No puedes decir mucho de Tristan Thompson con este partido, no dice nada de él. Siempre juega bien para el equipo y siempre realiza buenas actuaciones", comentó el entrenador sobre el partido del canadiense, uno de los capitanes del equipo.
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Por mucho que Beilein quiera resaltar la regularidad de su jugador, la actuación no deja de ser extraordinaria para Thompson: es su tope de carrera en puntos (superó los 29 en un duelo durante su campaña sophomore). Un jugador acostumbrado a rendir día a día y que casi nunca regala actuaciones así. Simplemente porque es otro perfil. Sin embargo, ante los Pistons, se dieron los ingredientes necesarios.
Un trabajador que termina contrato en verano y seguro será bien valorado por equipos de Playoffs que busquen o bien un cinco inicial de complemento o un pivote de lujo para el banco. Thompson sigue siendo una máquina de producir dobles-dobles (18 en 36 partidos) y seguro que en sus fueros internos quiere volver a un panorama competitivo, sea en Cleveland o en otra franquicia.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.