Un año y casi una semana pasaron desde aquel 23 de enero de 2019, cuando el Bankers Life Fieldhouse quedó en silencio cuando su estrella, esa que se había conformado como tal durante el curso pasado, quedaba tendida sobre la cancha, con dolor, con la certeza de saber que algo malo pasaba y con la incertidumbre de reconocer que iba a tener que estar un tiempo fuera del lugar donde mejor se mueve. Un año y casi una semana después, la espera se terminó. Y en tiempos donde encontrar una sonrisa alrededor de la NBA cuesta bastante, el regreso de Victor Oladipo es motivo para mirar con los mejores ojos.
Este miércoles, desde las 18 CDMX y 21 Argentina, Indiana Pacers recibirá a Chicago Bulls con Dipo en cancha, con su escolta estrella de regreso tras la rotura del tendón del cuádriceps de la pierna derecha. Una noticia esperada por toda la liga, porque recupera a uno de sus jugadores más destacados, pero sobre todo por el conjunto de Nate McMillan, que sin dudas se potencia con su presencia. Toda una definición considerando que, pese a no tenerlo, logró mantener su lugar de privilegio en la elite de la Conferencia Este.
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Y ahí está lo maravilloso del caso para estos Pacers. Al perder a tu jugador principal, a tu estrella, lo común es sufrirlo en la estructura colectiva. Indiana salió de lo común y por partida doble.
It's time.#Ready4Action pic.twitter.com/Ky70m0uk7k
— Indiana Pacers (@Pacers) January 29, 2020
Cuando el equipo está por encima de los nombres
Pocos equipos en la NBA parecen tener la capacidad de reinventarse, de agruparse como un bloque compacto y buscar maneras de mantenerse siendo competitivo como estos Pacers. Quizás el primer gran responsablea sea el entrenador McMillan, una persona cuyo convencimiento llevó a sacar lo mejor de cada uno de sus integrantes. Dos veces...
Cuando Oladipo se lesionó en la 2018-2019, Indiana tenía un récord de 32-15, entre los importantes del Este pero con un pronóstico reservado. Claro, pocos confiaban en sostener el nivel considerando el impacto de Dipo. Sin embargo, lograron 16 victorias más para sostener su lugar en los Playoffs como el 5° mejor de la región, algo impensado y que, pese a la caída por 4-0 ante Boston Celtics en la primera ronda, es para destacar.
Desde la lesión de Oladipo, el equipo fue un bloque sólido, solidario, con determinación y variantes. Seis jugadores promediaron al menos 10 puntos en ese tramo, con Bojan Bogdanovic dando un salto de calidad notable y estableciéndose como la primera opción ofensiva (20,7 puntos, 4,1 rebotes y 2,4 asistencias de promedio). Entre esos jugadores también estaban Myles Tuner (13,9 y 6,9 rebotes) y Domantas Sabonis (12,8 y 9,0).
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Cuando hoy encontramos que los Pacers, en esta 2019-2020, reciben a Oladipo en el 6° lugar del Este y otra vez con un récord espectacular para el contexto (30-17), podemos pensar que la continuidad del proceso podría ser una clave. ¿Se acuerdan que tras la lesión de Oladipo hubo 6 jugadores con doble dígito anotador? Bueno, cuatro de esos ya no están en Indiana: el propio Bogdanovic, Darren Collison, Thad Young y Wesley Matthews.
La reconstrucción de un plantel en la pretemporada siempre lleva su tiempo. Pero Indiana, con cuatro titulares nuevos (contando a Sabonis, quien pasó al quinteto inicial), volvió a establecerse como un equipo 100% competitivo contra cualquiera.
Nuevamente, el secreto está en la suma de las partes: siete jugadores promedian al menos 10 unidades. Sabonis es la gran estrella con un salto de lujo (18,1 tantos, 12,8 rebotes y 4,6 asistencias de media), y Myles Turner, aún sin el salto esperado, es una pieza importante (12,1 puntos, 6,0 recobres, 1,9 tapones). Claro que los nuevos se han sumado y adaptado de la mejor forma, sobre todo Malcolm Brogdon, estableciéndose como un base garantía y decisivo (17,1 puntos, 4,3 rebotes y 7,3 asistencias); y TJ Warren, el máximo anotador (18,2, 51,4% campo).
¿Cómo impactará la vuelta de Oladipo?
Está claro que, al principio, Oladipo será llevado de a poco, con restricción de minutos (al menos hasta el All-Star) y muchísimos cuidados lógicos para alguien con una inactividad tan prolongada. Al mismo tiempo, esperar a la versión pre lesión de Oladipo (23,1 puntos, 5,2 rebotes y 4,3 asistencias en la 2017-2018) sería un error, sobre todo considerando que es un jugador cuya explosión era un sello.
Claro que, al mismo tiempo, Dipo podría darle el salto que el equipo necesita para aspirar a avanzar en Playoffs, ni hablar si pensamos que tendrá casi dos meses y medio para tomar forma. Sobre todo, el escolta le dará un plus a un ataque que, en el perímetro, luce con algunas limitaciones. De hecho, Indiana es el segundo equipo (junto a San Antonio) que menos triples anota en la NBA, apenas 10,3 por encuentro. Sí, en eficacia son el tercero mejor (37,5%), pero un crecimiento en volumen no vendría nada mal. En sus dos campañas en la organización, tiene un 36,2% triples en 5,9 intentos por juego. Además, es algo en lo que trabajó muchísimo durante su recuperación.
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Lo lógico es que Oladipo asuma el lugar de Jeremy Lamb en la formación titular, para quedar junto a Brogdon, Warren, Sabonis y Turner. Un tirador más para la configuración interior siempre luce como opción positiva. Además, Lamb en función de Sexto Hombre potenciaría a un banco que no está entre los mejores (19° en anotación, con 34,9 tantos por encuentro).
¿Lo más importante? La simple presencia de Oladipo le dará un plus anímino incalculable a la organización. Bienvenida la vuelta de uno de los grandes talentos de la NBA.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.