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Vidas NBA: Esteban Batista, el pionero uruguayo en la tierra de las estrellas

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Esteban Batista

Nueva semana, nuevo estreno de "Vidas NBA", el podcast que explora las historias de jugadores, entrenadores, ejecutivos y otras figuras hispanohablantes alrededor del mundo de la NBA, producido por NBA Latam y narrado por Álvaro Martín, toda una referencia de la NBA en nuestra región.

Más | Episodio 1: Luis Scola | Ep. 2: Greivis Vásquez | Ep. 3: Iván Maggi | Ep. 4: Jomar Varela-Escapa | Ep. 5: Raul Neto | Ep. 6: Pau Gasol | Ep. 7: Braian Angola | Ep.8: Sergio Hernández | Ep. 9: Sebastián Ginóbili | Ep. 10: Walter Roese

En esta oportunidad, una larga y entretenida conversación con Esteban Batista (actualmente en San Lorenzo de Argentina), todo un pionero para el básquet de su país. Uruguay entró de cierta manera en el mapa de la NBA gracias a la constancia y trabajo de este pivote que, el 2 de noviembre de 2005, se convirtió en el primer jugador de su país en debutar en la mejor liga del mundo de la mano de Atlanta Hawks, donde pasó las dos temporadas que disputó en la competencia (70 partidos). 

Sus comienzos en el básquet después de fallar en el fútbol, el crecimiento veloz en Uruguay, la sorpresa del llamado para ser parte de la NBA, la llegada a la liga, los desafíos del comienzo, la adaptación, la decisión de salir después de una pretemporada con unos Boston Celtics llenos de estrellas, su carrera y más, en una charla que se puede escuchar en este link. Además, a continuación dejamos lo más destacado.

Esteban Batista

Los comienzos en el básquet

"Mi historia es bastante atípica, porque como buen uruguayo todos los niños acá nacen con una pelota de fútbol, todos soñamos con ser jugadores de fútbol. Yo intenté hasta los 15 años. Era grande y alto, y en la zona de Playa Pascual no habían canchas de básquet, había mucho campito y verde, y era fácil jugar a la pelota. Intenté hasta los 15 años hasta que me 'echaron' del club, y fue ahí donde tuve mis primeros contactos con la pelota de básquet gracias a mis amigos que me invitaron a jugar. Yo era un caradura porque no tenía idea de las reglas ni nada".

"A pesar de que no lo practicaba, era un chico que estaba al tanto del deporte, me gustaba ver resúmenes deportivos. Me acuerdo que las transmisiones de la NBA eran algo clásico, me gustaba poner ESPN y ver los partidos, seguía un poco la Euroliga y sabía cuál era el mejor equipo de Montevideo. Pero nunca se me había ocurrido jugar, me interesaba pero no me sentía apto. Ahí se terminaba mi entusiasmo por jugar, más que nada por vergüenza".

"Yo tengo mucho sentido común y siempre fui muy realista de mis limitaciones. En ese momento era un caradura. Yo empecé a los 15 y a los 22 me dijeron que Atlanta me fichaba por dos años. En ese proceso, nunca pensé que iba a vivir de esto, que iba a llegar a tal lado... Fue una bola de nieve que se fue dando, que iba dando pasos bastante rápidos y grandes. Cuando quise despertar, estaba en la NBA conviviendo con jugadores que miraba por TV cuando tenía 15 años. Nunca había pensado llegar hasta ahí".

El comienzo del interés NBA

"Fue en la previa del FIBA Américas 2005. Nosotros estábamos en Venezuela y se me acercaron diciendo que iba a haber scouts en Dominicana, donde se jugaba el torneo. Me dijeron que habían preguntado por mí, y que quizás me podían conseguir una prueba en una Liga de Verano o training camp. Ya con eso para mí era como estar en otra galaxia. Me motivé y afronté el torneo de la mejor manera. Fueron dos meses agotadores, me entrenaba tres veces por día y busqué dar la mejor versión de mí durante el torneo. Tuve suerte porque conseguí algo impensado, nunca nadie de mi país lo había logrado pese a que hubo muchísimos buenos jugadores. Fue el logro más grande de mi carrera deportiva".

"Ese FIBA Américas fue como un torbellino, tenía 20 puntos y 18 rebotes de promedio, fue una locura. Me acuerdo que era como que volaba en ese torneo. La motivación que había en ese torneo, incluso por las figuras que había en los rivales, hacía que me estuviera midiendo contra los mejores de América en ese momento, y era desafiante. Partido a partido me iba dando cuenta que lo podía hacer, y ahí empezó todo lo que vino después".

La llegada a Atlanta

"Se dio ahí en Dominicana. El 2 de septiembre, el día de mi cumpleaños, me toca la puerta quien estaba manejando todos los contactos y me dice 'dame un abrazo'. Yo le digo 'dámelo vos que es mi cumpleaños'. Pero me dijeron que me pusiera contento porque había logrado dos años de contrato con Atlanta. Le pegué un abrazo como si fuera mi madre, me quedé como media hora abrazado al tipo. Fue una alegría tremenda. Eran dos años garantidos en ese momento. Para un uruguayo que empezó a los 15 años era un sueño hecho realidad".

"Desde que me puse a armar la valija que tenía una excitación tremenda. Iba a la NBA, un mundo de fábula que solo veía en la tele, que era imposible de alcanzar. La llegada allá fue justo un 11 de septiembre, aniversario del atentado de las Torres Gemelas, y era tremendo el tema de la seguridad y los controles. Además era un papelón porque yo no hablaba inglés, y estuvimos como tres horas perdidos al llegar a Atlanta. Pero nos encontraron y nos esperaron con una limusina, con mi representante nos costaba creerlo. Yo estuve un par de meses como asimilando todo lo que era eso, los viajes en aviones privados, los hoteles, los entrenamientos, la infraestructura, los estadios, los jugadores... Y a la vez tenía que demostrar por qué me habían elegido para estar en ese equipo. Fueron meses movidos".

"Me costó muchísimo al comienzo por no hablar inglés. Uno se tiene que adaptar rápido a eso, pero al principio tenía muchos problemas de entendimiento. Tuve que hacer un curso intensivo durante cuatro meses con una profesora, y eso fue una salvación porque no sólo me ayudó con el equipo, sino con la vida cotidiana".

Esteban Batista

La pretemporada con Boston en 2007

"Era un equipo que se estaba armando para ser campeón. Yo confiaba en mí, seguía teniendo claro que habían pasado dos años desde mi llegada a Atlanta y había evolucionado como jugador. Sinceramente, lo que pasó es que yo no tuve muchos minutos en mi segundo año, y en ese momento yo lo que quería era jugar, sufría mucho por no tener minutos. Con Boston fuimos a hacer la pretemporada en Europa, y sabía que había una superpoblación de jugadores de primer nivel. En esos partidos en Europa se me vinieron los fantasmas de la segunda temporada en Atlanta, y yo quería jugar, quería sentirme jugador. Tenía amigos que me decían que estaba loco por querer irme de la NBA, pero yo ya había asimilado eso, no era que me sorprendía a diario por la NBA, era algo cotidiano. Entonces yo en ese momento quería jugar, y al ver que si llegaba a quedar iba a tener muy pocos minutos por ser un equipo con grandísimos jugadores, pensé que quizás me tenía que ir a otro lado donde me sintiera mejor conmigo mismo. Les pedí un consejo a Doc Rivers y Kevin Garnett, con quien había hecho una buena relación en esos pocos meses, y decidí que lo mejor era dejar la NBA".

Los compañeros en Boston

"Ray Allen era una persona muy graciosa. No hablaba mucho, pero cuando lo hacía era un fenómeno, muy positivo, te hacía reír. Paul Pierce era un personaje, era lo opuesto a Ray Allen. Todo el tiempo hablando, haciendo bromas. Era el líder de ese equipo, y para mí un personaje, pero era gracioso, desfachatado... Muy bueno tipo. Big Baby (Glen Davis) era como su apodo. Las salidas que tenían eran desopilantes, era una persona con la que te reías constantemente, tenía una personalidad tremenda. Era como la mascota del momento, era muy gracioso. Su apodo se adaptaba perfecto, era inocente, gracioso y para cualquier tema tenía una salida que te hacía matar de la risa. Rajon Rondo era un fenómeno. Era un poco más serio, pero muy buen compañero. Doc Rivers también era muy bueno, me trató súper bien en los momentos que compartimos con el equipo".

"Kevin Garnett era el 1, por lejos. Todo lo que se puede ver en los partidos o en la tele, es lo contrario como compañero. Me apadrinó de cierta manera en aquella pretemporada, me llamaba para sumarme al resto del grupo, me contaba cosas, me preguntaba... Cuando estuvimos en Italia nos sacaba a cenar todas las noches con el equipo, y después nos pasámos horas charlando. Una cercanía que no podía creer, me veía tomando un café mano a mano con alguien que era un estrella de la NBA. Podría haber sido más distante o no darnos tanta bola a los jóvenes en ese momento. Es más, en ese momento me pidió el email cuando me fui, y yo pensé que lo iba a olvidar al instante. Y me acuerdo que a los cuatro meses, cuando estaba jugando en Europa, me llegó un mail de él preguntándome cómo estaba todo de mi parte. Quedé completamente descolocado, porque lo que menos esperaba es que este tipo me fuera a mandar un mail cuatro meses después de dejarle la dirección en un papelito. Nos cruzamos un par de mails y me encantó el detalle. Cuando se retiró le mandé y cruzamos un par de mensajes por Instragram. No voy a decir que soy amigo de Garnett, pero eso habla de la grandeza que tiene como persona que a veces no la vemos porque nos quedamos con lo que vemos en los partidos. Me sorprendió muchísimo".

Un mensaje para el Esteban joven

"Aprendé inglés sería algo seguro (risas). Cuando me pongo a pensar todo lo que me pasó habiendo empezado a los 15 años, creo que sería injusto con el destino de pedirle algo más o estar en desacuerdo con algo de lo que me pasó. Si tuviera que elegir algo, quizás sería la chance de llegar a la NBA un poco más maduro, a los 25 ó 26 años. Pero estoy súper agradecido de que me haya tocado cuando me tocó. Las cosas pasan cuando tienen que pasar. Me tocó joven, y me tocó vivir el sueño de todo jugador de básquet. Estoy loco de la vida de esa chance".

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Leandro Fernández Photo

Editor Jefe de las ediciones en español de The Sporting News.