La noticia más esperada en Oregon junto al regreso del pivote bosnio. Se consideraba segura desde hace semanas la vuelta a las canchas de Zach Collins, pero ya es algo oficial: ha recibido el alta médica y se entrena con sus compañeros con normalidad. O al menos puede participar en las sesiones de entrenamiento actuales, según informa Joe Freeman de The Oregonian.
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Collins apenas pudo jugar dos partidos al completo sano y un tercero con dolor. El hombro izquierdo sufría dolores y confirmó al terminar un duelo contra Dallas que iba para largo. El interior de 22 años formado en Gonzaga no ha vuelto a jugar en la 2019-2020 desde octubre.
La baja del ala pivote titular de Portland Trail Blazers se unía a la otra gran ausencia, Jusuf Nurkic, reemplazada con la presencia de Hassan Whiteside. Por si fuese poco, Rodney Hood, alero titular, disputó 21 encuentros y cayó lesionado el 6 de diciembre contra los Lakers: rotura del tendón Aquiles izquierdo y final de la temporada.
Conseguir continuidad ha sido una quimera para los Blazers de la 2019-2020. El ataque y Damian Lillard han sostenido una pésima defensa que ha mostrado las carencias defensivas de Whiteside, pivote de números fáciles y tapones, pero que supone un coladero atrás. Los Blazers son la cuarta peor defensa de la temporada, además del cuarto peor equipo cerrando el rebote defensivo.
"Cuando entró mi médico a decir que mi hombro está como un hombro normal, que estaba listo para jugar, fue como si me quitaran un peso de encima”, dijo Collins. "El proceso de rehabilitación no es difícil. Es muy largo y aburrido. La peor parte es no estar de gira con el equipo, no estar cerca de ellos todos los días, sentirse desconectado. Es raro. Mentalmente es una gran lucha. Estoy emocionado por volver y saber que puedo hacer todo de nuevo".
Todo esto con Collins mejorará, incluso puede alcanzar niveles insospechados durante el curso si Nurkic y Collins pueden tomar ritmo. Los Blazers ven cómo su rotación tendrá por fin la profundidad que, por las lesiones, no han podido tener en ningún momento. Y Zach Collins es un guerrero, por lo que estos meses provocarán que salga todavía más fuerte a jugar.
Collins ofrece un paquete como jugador interesante y útil para cualquier equipo. Pick 10 del Draft de 2017, tuvo un papel secundario sus dos primeras temporadas y dejó destellos de lo que podría ofrecer con un papel de más minutos. No necesita la pelota, es más, juega sin ella, pero si Collins recibe más tiempo en cancha, la defensa y el juego de Portland lo agradecen. El prometedor combo que guarda es el del tiro exterior, la habilidad e inteligencia para jugar y el trabajo sucio, tanto en pantallas y rebotes como cerrando el aro.
Aunque solo disputase dos partidos y medio, Collins pertenece al reducido grupo de interiores que en la 2019-2020 promedian más de dos triples intentados por partido con un 40% de acierto y una cifra igual o superior al 2% en el porcentaje de tapones. Karl-Anthony Towns, John Collins, Jerami Grant, Paul Millsap y Marc Gasol son los otros. Zach Collins es sinónimo de impacto positivo y encaja a la perfección con el juego de Terry Stotts.
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